Boletín UNAM-DGCS-587
Ciudad Universitaria
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final del boletín
LA DEMOCRACIA ACTUAL, CONTROLADA, INDUCIDA Y ACOTADA POR LAS ELITES DEL PODER
·
Aseguró Víctor Flores Olea, ex director de
la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
·
En ella se ha eliminado la posibilidad de
discutir otras alternativas del desarrollo integral o nuevos caminos
·
La economía capitalista globalizada debe
considerarse ya un rotundo fracaso
Hoy
más que nunca se vive una democracia controlada, inducida y acotada por las
elites del poder, quienes cuentan con poderosos instrumentos “orientadores” de
la opinión y de la voluntad ciudadana, afirmó Víctor Flores Olea, ex director
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
En
este sistema confiscado, agregó el escritor y analista político, se ha
eliminado “la posibilidad de discutir otras opciones del desarrollo integral,
de nuevos caminos, otras formas de organización que pudieran satisfacer las
necesidades individuales y sociales”. Se postula “sin alternativas”, lo cual
significa la negativa a reconocer la voluntad ciudadana como instancia última
de decisión.
Lo
anterior significa además, señaló al dictar la conferencia La democracia:
experiencias y perspectivas actuales, dentro del ciclo Los retos del siglo XXI
y las ciencias sociales, que no se modificarán sin resistencia los aparatos de
la dominación, sino más bien que se les defenderá incondicionalmente hasta por
la acción de las armas. El ideal de los Estados de la globalización neoliberal
es una “democracia totalitaria” (o un “totalitarismo tranquilo”, como algunos
han nombrado).
El
sistema actual está para el control y dominio, no para la real expresión de la
voluntad popular o atender las demandas colectivas; sino para satisfacer el
interés de las elites, no para la libertad, igualdad y solidaridad; como
máscara para fomentar las desigualdades y el extremo individualismo, no como
sistema de vida creadora que reconoce la pluralidad y diversidad de los
pueblos; persigue la homogeneización para el mercado y se ha atrincherado en un
“pensamiento único”, que procura imponerse mundialmente, refirió.
Añadió
que no es inútil insistir que la hegemonía del capitalismo y de las clases
beneficiadas por el sistema ha eliminado los principios igualitarios y
participativos. Las libertades individuales y sociales se tornaron en
exclusivas para comerciar y acumular, no para la realización del hombre, están
al servicio del crecimiento que ha beneficiado a los pocos.
Así,
precisó, las batallas reivindicativas apuntan a una dimensión comunitaria que
contradice la estructura; las nuevas garantías y condiciones que se buscan son
profundamente “desorganizadoras” del orden establecido.
En
la Sala de Usos Múltiples del Instituto de Investigaciones Sociales, Flores
Olea agregó que estas luchas tienen, por tanto, un profundo significado
anticapitalista, y su contenido no alude a la forma como se integran los
sistemas políticos, sino que apuntan a algo más radical: la emancipación del
hombre y de la sociedad de los entramados opresores, a la liberación profunda
de las colectividades y las personas, las cuales han sido cosificadas y
alienadas, y se les niegan las posibilidades de su crecimiento pleno,
olvidándose de la necesidad de autorrealización y autorregulación en libertad.
El
ex embajador de México en la entonces Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas y Mongolia, expresó que por ello, estas conquistas son mucho más
amplias que las de la tradición liberal clásica: son a favor de libertades que
aluden a la autorrealización individual y social, con semejanza de
oportunidades y en plena solidaridad.
Tienden
a rescatar su significado genuino; exigen la participación real de la sociedad
en variadas tomas de decisión que afectan la vida pública y, en sus expresiones
más radicales, aspiran a la autogestión y autoadministración de los diversos
procesos y organizaciones político-sociales, incluso de carácter productivo y
en materia de servicios, pero también de gobierno mismo, explicó.
Enfatizó
que el mayor enemigo de la democracia es la globalización neoliberal, la cual
es un amplio movimiento ideológico publicitario que postula desde hace años la
clave de la nueva prosperidad. Sin embargo, “apenas se penetra, se observa
hasta qué punto el capitalismo de este momento ha dividido al mundo en guetos
de riqueza y prosperidad y en enormes manchas de miseria que se extienden por
todo el globo”.
No
obstante, advirtió, no es la única posible, sino la basada en principios
comunitarios de solidaridad y participación. Por eso, es necesario contribuir a
un movimiento político universal que trascienda la situación actual de la
globalidad en manos de los intereses del gran capital, que simplemente acumulan
la mayor cantidad de riqueza en el menor tiempo posible, sin atención alguna a
los efectos sociales y naturales devastadores que produce su conducta. “Ante
una mundialización puramente cuantitativa, pugno por una eminentemente
cualitativa, justa y equitativa”, indicó Flores Olea.
De
este modo, la economía capitalista globalizada debe considerarse ya un rotundo
fracaso. La cuestión es que la miseria que origina no es únicamente material,
sino también cultura, moral y espiritual.
Así,
es fundamental la discusión sobre la democracia posible hoy, la cual ha de ser
más amplia, abierta, participativa y radical que la ofrecida por el Estado del
neoliberalismo; debe tener finalidades específicas, estar al servicio real de
la sociedad y no sólo como “conveniente” mediación al servicio de los intereses
particulares, concluyó.
-oOo-
FOTO 1
El profesor
Víctor Flores Olea dictó en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM
la conferencia La democracia: experiencias y perspectivas actuales.
FOTO 2.
Víctor Flores
Olea, ex director de la FCPyS de la UNAM, habló acerca de las elites del poder,
quienes cuentan con poderosos instrumentos “orientadores” de la opinión y de la
voluntad ciudadana.