Boletín UNAM-DGCS-374
Ciudad Universitaria
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final del boletín
DEBE UNAM PONER EN MARCHA SU POTENCIAL Y CREATIVIDAD PARA GENERAR ENERGÍA
·
Aseguró Mari Carmen Serra Puche, coordinadora de
Humanidades de esta casa de estudios
·
Para José Luis Valdés Ugalde, director del CISAN,
se deben establecer metas anuales que sean revisadas y ajustadas de acuerdo con
sus resultados
Producir energía significa una
gran responsabilidad para México. En esa tarea la UNAM deberá participar y
poner en movimiento su potencial y creatividad, así como su capacidad de
convocatoria y sus redes institucionales, consideró Mari Carmen Serra Puche,
coordinadora de Humanidades.
Al inaugurar el Seminario
“Alternativas energéticas Mexico-Estados Unidos para el siglo XXI”, organizado
por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), dijo que esta
casa de estudios generará nuevos conocimientos e investigaciones para
garantizar respuestas oportunas a los desafíos, ante el riesgo de que “nos
convirtamos en meras piezas de un tablero lejano a nuestro control”.
Ante ello, agregó, nuestro
país y las instituciones responsables de la investigación, la academia y la difusión, así como las
instancias en donde se diseñan las políticas públicas, deben estar atentas a
esos nuevos fenómenos, para conocerlos y utilizar todos los elementos posibles
para enfrentar los cambios y adoptar tecnologías alternas que permitan las
transformaciones deseables.
En el Auditorio de la
Coordinación de Humanidades, Serra Puche insistió en que el papel de la
Universidad consistirá en colaborar para conocer, de manera objetiva, esas
realidades y encontrar esquemas de atención a este tipo de problemas que
resultan estratégicos para el futuro de la nación.
“Con este tipo de esfuerzos y
reflexiones, aportaremos a la UNAM, al país y quizá a toda nuestra sociedad,
nuevas ideas y propuestas que habrán de incidir en un sentido positivo”,
consideró.
Refirió que las
transformaciones globales de los últimos años han revelado una multiplicidad de
cambios que ponen en tensión los equilibrios internacionales y regionales, y
obligan a los países a considerar las nuevas posibilidades y modalidades de su
inserción, así como su capacidad de respuesta en estos escenarios.
Por su parte, José Luis Valdés
Ugalde, director del CISAN, reconoció que es urgente que nuestro país diseñe un
plan de desarrollo de capacidad instalada para la generación de energía a
partir de fuentes renovables, que vaya desde la hidroeléctrica y geotérmica,
hasta la eólica y solar.
Consideró que se deben
establecer metas que puedan ser revisadas y ajustadas de acuerdo con los
resultados anuales de costo, desarrollo, construcción y operación. Asimismo, evaluar la posibilidad de emplear
tecnologías que no hayan sido implementadas en México, pero que sean
promisorias en los balances futuros.
El titular del Centro advirtió
que la nación debe analizar las implicaciones de incorporarse al modelo de
seguridad impulsado por Estados Unidos, con el que Canadá simpatiza, y definir
derroteros comunes como construir una infraestructura crítica con recursos
energéticos. “Es importante ampliar nuestras perspectivas sobre el negocio de
la competitividad compartida con esos países”.
Comentó que energía y petróleo
son centrales para las instalaciones y necesarios para la economía, con base en
una estrategia inteligente y realista, que sea rentable en los mercados
internacionales. Se trata de asegurar su disponibilidad y menor costo posible
de combustible para toda actividad comercial.
También se relaciona con la
incorporación de grandes sectores de la población a mejores niveles de
bienestar. Los asuntos relacionados forman un conjunto de temas de mayor
relevancia por sus efectos en la economía nacional, abundó.
En su oportunidad, el ex
director de Pemex y consultor privado, Adrián Lajous, recordó que a partir del
2000 México se convirtió en importador neto de gas natural. La expansión de
esas compras coincidió con un creciente déficit comercial en la Unión
Americana, que propició un fuerte aumento de precios en ese país.
Señaló que el disparo de su
costo en el invierno de ese mismo año llevó al gobierno mexicano a suspender el
mecanismo de precios regulados. Al restablecerse, la Comisión Reguladora de
Energía no realizó ajustes, por lo que la estructura de precios controlados dejó
de reflejar el valor de oportunidad del mismo.
Adrián Lajous subrayó que
Norteamérica enfrenta un fuerte déficit estructural de gas natural, que se
traducirá en crecientes compras de otras regiones. La demanda mexicana crece de
manera rápida, mientras la producción declinó a partir de 1999. Las tendencias
se traducen en una expansión sin precedentes de importaciones; todo parece
indicar que México seguirá siendo comprador neto de este combustible durante el
actual decenio.
América del Norte tiene
importantes recursos gasíferos, convencionales y no convencionales que
requerirá desarrollar en los próximos años; deberá hallar nuevos yacimientos y
explotar los ya conocidos, mediante la aplicación de nuevas tecnologías y
mejores prácticas productivas. Será preciso construir grandes gasoductos que
atraviesen regiones inhóspitas y ambientes frágiles, enfatizó.
A su vez, el ex diputado
Sergio Benito Osorio puntualizó que México cuenta con amplios recursos aún por
descubrir y cuya magnitud pudiera ser suficiente para transformarlo de
importador a un país con sus necesidades aproximadamente cubiertas.
Desde finales de los años 90
la generación de electricidad giró hasta concentrarse en la tecnología de
ciclos combinados. Pasó de 6 por ciento al inicio de esa década a 9 por ciento
en 2000 y 27 en 2003, y se estima que ascenderá hasta 45 en 2013, expresó.
Los datos contrastan con las
tendencias mundiales registradas por la Agencia Internacional de Energía, donde
el carbón soportará 37 por ciento de la generación eléctrica y el gas natural
21. En esa misma fecha crece la demanda en gas; en 2003 se dispara hasta 18.7
por ciento e impulsa la demanda nacional a cinco mil 273 millones de pies
cúbicos diarios, magnitud que rebasa la producción nacional y atrae
importaciones por 983 millones de pies cúbicos: 18 por ciento del abasto
nacional, reveló.
Según proyecciones
gubernamentales, en 2013 su requerimiento total crecerá 5 por ciento anual,
adelantó; de ahí el consumo para electricidad, separado el autoconsumo de la
actividad petrolera, podría llegar a 64 por ciento, en tanto que las
actividades industriales y residenciales representarían 30 y 40 por ciento,
respectivamente.
El mismo indicador se elevaría
a 8.1 mil millones de pies cúbicos y la disponibilidad local sólo sería de 5.5
mil. Es decir, se requeriría importar 47 por ciento de las necesidades
nacionales, abundó.
En cuanto a las reservas
probadas de gas, indicó que en 2002 cambiaron los criterios de evaluación y las
mexicanas sufrieron una disminución de 28.1 billones de pies cúbicos a 11.8
billones. Esto significó reducir su duración de 17 a sólo siete años,
considerando los niveles de extracción de 2003.
Por último, el economista
argentino Francisco Figueroa, del Oil and Gas Journal OLADE, consideró que
algunos de los problemas que presenta el gas natural en Latinoamérica son:
reformas insuficientes o incompletas y, en general, sin políticas energéticas
con visión integral; así como marcos regulatorios y normativos que favorecen el
abuso del poder dominante y de algunas empresas privadas.
Asimismo, una evaluación
limitada de los recursos gasíferos, estudios incompletos de costos
incrementales de exploración y explotación de gas natural, y precios a largo
plazo irreales que no favorecen la inversión en el sector, concluyó.
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Foto 1.
Mari Carmen Serra
Puche y José Luis Valdés Ugalde a su llegada a la Coordinación de Humanidades,
donde se efectuó el seminario Alternativas energéticas México-Estados Unidos
para el siglo XXI.
Foto 2
El director del CISAN, José Luis Valdés, planteó la posibilidad de aplicar nuevas tecnologías aún no desarrolladas en México pero que sean promisorias en los balances energéticos futuros, ante la coordinadora de Humanidades, Mari Carmen Serra.