Boletín UNAM-DGCS-320
Ciudad Universitaria
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José Alberto López, del Instituto de
Astronomía, campus Ensenada, refirió que es la primera ocasión en que se observa,
en tiempo real, a una estrella que estaba a punto de morir y se reactiva
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El resultado,
publicado en la revista Science, modifica de forma sustancial los modelos de
evolución estelar
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En este
trabajo han colaborado expertos de instituciones de Polonia, Inglaterra,
Estados Unidos, Bélgica, Alemania e Irlanda
José Alberto López, del
Instituto de Astronomía de la UNAM, con sede en Ensenada, Baja California,
participó en el descubrimiento del “renacer” de una estrella que estaba a punto
de morir, lo cual implica que ha reactivado los procesos de generación de
energía en su superficie y vuelve a cursar una trayectoria evolutiva por la que
ya había transcurrido antes.
Esta es la primera ocasión en
que se observa –prácticamente en tiempo real– un fenómeno de esta naturaleza,
el cual representa una de las transiciones evolutivas más complicadas en la
vida de una estrella que en su juventud fue similar al Sol. Esa manifestación
había sido predicha por las teorías de evolución estelar, pero nunca antes
vista mientras sucedía.
Tal hallazgo fue posible
mediante la observación del objeto conocido como Sakurai, ubicado en la
constelación de Sagitario, cuyo nombre fue puesto en honor a su descubridor
Yukio Sakurai, astrónomo aficionado que detectó la presencia de este objeto en
1996 por su repentino crecimiento en brillo.
Particularmente, José Alberto
López aportó imágenes y espectros de alta resolución realizadas en el
Observatorio de San Pedro Mártir, de la UNAM, los cuales permitieron la
interpretación global de los resultados; pero su labor más importante fue en la
lectura inicial de los datos del radiotelescopio VLA (Very Large Array) en
Nuevo México, Estados Unidos.
En este trabajo, aclaró, ha
colaborado un grupo de expertos de primer nivel de diversas instituciones de
Polonia, Inglaterra, Estados Unidos, Bélgica, Alemania e Irlanda;
específicamente en el análisis detallado posterior, la revisión de modelos de
estructura estelar y la colección de datos a diversas frecuencias del espectro
electromagnético.
Al principio, señaló el
especialista universitario, se pensó que se trataba de una Nova, pero pronto se
hizo claro que era algo distinto: se observó a una vieja estrella enana blanca
a punto de extinguirse y que, de repente, volvía a adquirir dimensiones
gigantescas, al incrementar su radio y luminosidad.
Se tienen, añadió, registros
de comportamientos en brillo similares de estrellas en los años 1670 y 1918,
que se pensó estuvieron asociados a fenómenos de renacimiento o born-again, como se describen en inglés;
y se sabe que esta actividad efectivamente se da, pues se conocen los casos de
V605 Aquilae, A 30 y A 78 que muestran ahora las características
esperadas de un objeto que transita de nuevo las últimas fases de su evolución
después de un episodio de "renacimiento".
Según explicó José Alberto
López, al convertirse la enana blanca de nuevo en una estrella gigante, ésta
queda envuelta en una densa capa de polvo y material frío que la obscurece
totalmente. Los modelos predecían que tardaría del orden de mil años en volver
a entrar en calor, excitar e ionizar los elementos a su alrededor. “Lo que
encontramos es que este proceso se dio en menos de 10 años, descubrimos la
emisión de este material que se está calentando nuevamente y emite frecuencias
de radio en las primeras etapas, lo cual fue
emocionante”.
El avistamiento fue posible
gracias a las observaciones obtenidas con el radiotelescopio VLA, con el VLT
(Very Large Telescope) ESO en Chile y con el telescopio de San Pedro Mártir.
Las campañas correspondientes se realizaron durante 2003 y 2004. También se
utilizaron datos del Hubble Space Telescope. “Es decir –aseguró el
investigador– usamos todo lo disponible para evaluar nuestros resultados”.
Para la astronomía, subrayó,
este hallazgo es de gran importancia, pues la teoría dice se debería esperar
que muchas estrellas enanas blancas experimentasen el episodio de
"renacer"; sin embargo, no las observábamos, “y ahora sabemos porqué:
el proceso se da mucho más rápido de lo anticipado, lo cual disminuye las
probabilidades de detectarlas en el momento preciso. En esta disciplina,
recordó, no tenemos control de un experimento como sucede en un laboratorio;
“modelos físicos y estadísticas son nuestras armas de predicción”.
El resultado, publicado en la
revista Science, modifica de forma
sustancial los modelos de evolución estelar, consideró el astrónomo. Ahora, por
ejemplo, sabemos que en las estrellas "renacidas" puede ser una forma
dominante de producción de carbono, lo cual tiene amplias implicaciones en la
evolución química de la galaxia y, en particular, en la interpretación de las
abundancias de este elemento en meteoritos de nuestro sistema planetario.
Sin embargo, aún nos queda
mucho aprender, afirmó. “Al paso que Sakurai está evolucionando seguramente
mostrará un comportamiento interesante en los próximos años; en esa medida nos
preparamos para continuar el monitoreo de este objeto”. De hecho, concluyó,
“una segunda etapa de observaciones con el VLA ya ha sido solicitada y
concedida; desde San Pedro Mártir también la seguiremos estudiando en los
próximo años.
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PIE DE FOTO
FOTO 01
José Alberto
López, del Instituto de Astronomía de la UNAM, participó en el descubrimiento
del “renacer” de una estrella a punto de morir, lo cual implica que ese cuerpo
reactivó sus procesos de generación de energía.