Boletín UNAM-DGCS-190
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
POLÍTICO Y DE APLICACIÓN, EL PROBLEMA DE LOS DERECHOS HUMANOS
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El defensor público
argentino Mario Luis Coriolano, dijo en la UNAM que esta situación no se debe
acrecentar con desconfianza, indolencia y escepticismo
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Se clausuró el
Seminario “Lucha contra la Tortura”, organizado por el Instituto de
Investigaciones Jurídicas de esta casa de estudios
El problema de los derechos
humanos no es de fundamentos o definiciones, sino político y de aplicación, y
no se debe acrecentar con desconfianza, indolencia y escepticismo, subrayó en
la UNAM el director del Banco de Datos contra la Tortura de Argentina, Mario
Luis Coriolano.
Durante la clausura del Seminario
Lucha contra la Tortura –realizado en el Instituto de Investigaciones Jurídicas
(IIJ)–, a cargo del embajador adjunto de la Embajada de la Gran Bretaña en
México, Vija Rangarajan, y el secretario académico de esa entidad
universitaria, José María Serna de la Garza, señaló que es clara la necesidad
de reforzar sus conceptos de independencia y poder.
Dentro del paradigma
internacional de los derechos humanos y su doble impacto, indicó, la
independencia judicial de los siglos XVIII y XIX se mantiene y fortalece, así
como la no interferencia de los otros poderes.
A partir de la segunda mitad del
siglo XX, abundó, la figura del juez independiente e imparcial es requisito en
la Convención Americana y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos. Este último agregado se refiere a su autonomía en casos concretos:
debe ser neutral, sin ningún interés comprometido.
El defensor público puntualizó
que se deben aprovechar las reformas judiciales para fortalecer las defensas
débiles y, en algunos casos, las inexistentes. Pero, resaltó, una de las reglas
básicas es la transparencia.
Por su parte, en el auditorio Héctor
Fix–Zamudio del IIJ, el asesor de la Defensoría del Pueblo de Colombia, Jheison
Torres, planteó que la historia del poder en la humanidad, que define las
reglas constitucionales, es la invención permanente de mecanismos para
controlar la actuación de policías, juzgadores, políticos y masas, entre otros.
La fórmula, expuso, es el
fortalecimiento de controles y del Estado de derecho; el equilibrio de los
agentes o sujetos en desventaja. Para ello, hay muchas maneras de hacerlo, no
sólo las reformas legales; una de ellas, dijo, es mediante el diálogo entre
instituciones.
Otro aspecto que consideró
fundamental fue la educación, pero no sólo académica sino para la prevención de
la violación de los derechos humanos y, en especial, la tortura. Para esto,
manifestó la necesidad de que se logre la visibilización y sensibilización de
los problemas, así como tener un espacio de creatividad en la mencionada
formación.
A su vez, el fiscal y dirigente del
Programa de Capacidades contra la Tortura de Brasil, Luciano Mariz Maja,
expresó su esperanza de poder enseñar a los humanos a mejorarse, pues la
enseñanza y valores en este sentido significa vivir la palabra.
Comentó que es necesario
compartir experiencias, dividir el miedo, multiplicar el coraje, valorar las
conquistas, marcos normativos y luchar para implementarlos.
Asimismo, refirió, se debe
reconocer que una decisión justa es resultado de un proceso en las mismas
condiciones, lo que muestra que el esfuerzo de cada parte es para ser
equitativos, no justicieros. ”Manos solidarias –destacó– serán la solución para
las manos desesperadas”.
En su oportunidad, la
coordinadora de la Maestría en Derecho Internacional en Derechos Humanos de la
Universidad Essex, Inglaterra, Clara Sandoval, identificó la existencia de una
ideología que se ha sedimentado mediante el tiempo acerca de qué es el derecho
y cómo debe operar.
A través de los siglos, definió,
se han generado diversos conceptos como el de la justicia, los cuales se
traducen en la manera como se trabaja a diario en esta disciplina, por medio de
los diferentes roles que desempeñan los especialistas en el área, ya sea
funcionarios públicos, abogados o profesores.
En la actualidad, apuntó, existe
un pensamiento dominante y una crisis institucional en el sistema de justicia
no sólo de México sino de Colombia, Perú, Brasil o Argentina, entre otros.
La postura que sostiene al
sistema, concretó, debe empezar a transformarse, lo cual lleva tiempo. Por
ello, invitó a los abogados a convertirse en operadores jurídicos; no como
meros objetos del sistema bajo premisas aprendidas sin analizar ni cuestionar.
Por ello, pidió inquirir estas visiones y categorías con los que trabajan para
ofrecer un servicio mejor y con convicciones, concluyó.
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FOTO 01
Mario Luis
Coriolano, director del Banco de Datos contra la Tortura de Argentina, subrayó
en la UNAM que el problema de los derechos humanos no es de fundamentos o
definiciones, sino político y de aplicación.
FOTO 02
La clausura del Seminario Lucha contra la Tortura –realizado en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ)–, estuvo a cargo del embajador adjunto de la Embajada de la Gran Bretaña en México, Vija Rangarajan, y el secretario académico de esa entidad universitaria, José María Serna de la Garza.