Boletín UNAM-DGCS-097
Ciudad Universitaria
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final del boletín
IRRENUNCIABLE, LA
AUTONOMÍA DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS
·
Coinciden expertos en que esta conquista es
irrenunciable y está vigente
·
Sin la garantía de financiamiento adecuado,
esta figura resulta sumamente restringida
·
Se inauguró el Segundo Encuentro de Auto-estudio de las Universidades Públicas
Mexicanas
En el México del siglo XXI la
autonomía de las instituciones públicas de educación superior es viable,
vigente y una conquista irrenunciable que debe fortalecerse, coincidieron
especialistas reunidos en el Segundo Encuentro de Auto-estudio de las
Universidades Públicas Mexicanas.
La UNAM, a través de los
centros de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
(CEIICH), encabezado por Daniel Cazés Menache, y de Estudios Sobre la
Universidad (CESU), dirigido por Axel Didriksson, convocó a este debate con el
propósito de que expertos de distintas instituciones reflexionen sobre el
estado actual de la autonomía en las entidades educativas que la poseen y también en aquellas que, sin
tenerla, la ejercen en alguna medida.
En el marco de la inauguración
y la primer mesa de diálogo, Daniel Cazés Menache propuso la creación de un
organismo autónomo en el que sólo participen las instituciones, legisladores y
eventualmente los ejecutivos federal y estatales para garantizar la autonomía
financiera de las universidades públicas.
En la Torre II de Humanidades,
expuso que la autonomía de estas
instituciones debe definirse en tres niveles fundamentales: la académica,
financiera y de gobierno.
Sin embargo, aclaró que sólo
deben considerarse como entidades
públicas de educación superior a aquellas que tengan espacio tanto para la
investigación como para la enseñanza, así como
programas de extensión, ya que
los centros que proliferan, en su enorme mayoría, no cumplen con los requisitos mínimos para que puedan
considerarse en este ámbito.
Sugirió que las universidades
y demás organismos públicos de este nivel sean definidos como de servicio e
interés nacional, autónomos y descentralizados dentro de la estructura del
Estado y con plena capacidad jurídica para las funciones sustantivas.
A su vez, Axel Didriksson
indicó que para el CESU, dedicado a la problemática de la vida universitaria,
histórica, presente, contemporánea y del futuro, es necesaria la organización de este tipo de encuentros,
con el propósito de hacer aportaciones sobre los cambios en las instituciones
educativas del país.
En su oportunidad, el director
de la Facultad de Medicina de la UNAM, José Narro Robles, señaló que sería
prácticamente imposible imaginar la vida de la UNAM sin el grado de autonomía
que hoy se tiene, por lo que dijo “es una conquista irrenunciable”.
“Hoy, cuando sabemos lo que
representa, lo indispensable que resulta en la
vida académica, cultural, de investigación para la docencia, no tenerla
supondría existir con una universidad mutilada”, sentenció.
Narro Robles opinó que en el
eje académico esta capacidad ha sido puntual para fortalecer el desarrollo,
mientras que ha habido avances destacables en la organización y manejo
administrativo.
Coincidió que en el tema
del financiamiento existe aún gran
distancia por recorrer, ya que se registran disparidades entre el que se otorga
a las universidades públicas, así como en lo relativo a recursos adicionales.
Desde su punto de vista, el
país vive un momento fundamental, por lo que quienes están comprometidos con
la educación superior, deben hacer
aportes fundamentales para ésta, con el propósito de construir nuevas
respuestas a las necesidades sociales.
Consideró que por ello es
necesario revisar el cumplimiento que las entidades de educación superior dan a
la sociedad mexicana para formar recursos e indagar cómo las instituciones
contribuyen a la generación de conocimiento para resolver los grandes problemas
del México contemporáneo.
Por su parte, el rector de la
Universidad de Guadalajara, José Trinidad Padilla López, indicó que la
autonomía de gobierno está vigente en la mayoría de las universidades públicas,
aunque a partir de los años ochenta el incremento de los recursos financieros
de éstas se ha visto frenado.
Por ello, consideró, el
financiamiento ha servido para acotar
la autonomía y se ha convertido en un dique, por lo que propuso un nuevo
diálogo con el Estado sobre la transformación de su relación con este sector
educativo.
Advirtió que desde su
surgimiento, el concepto de autonomía nació ideologizado, pero no debe
equiparse con temas como el de soberanía.
En su oportunidad, Eduardo
Ibarra, de la Universidad Autónoma Metropolitana, indicó que este tipo de encuentros, al margen de lo que implica
el contexto político y la sucesión presidencial, contribuye a ponderar el rumbo
de la sociedad mexicana en los próximos
años
Advirtió que existe una especie
de autismo entre los académicos que no se escuchan, por lo que deben abrirse
espacios hacia la reflexión.
En su turno, Raúl Domínguez
Martínez, investigador del CESU, aseveró que la autonomía, sin la garantía de
un financiamiento adecuado, resulta sumamente restringida. Tanto en el pasado
como en el presente, la ausencia de una garantía legal para el adecuado
otorgamiento de recursos al quehacer universitario ha dejado abierta la
posibilidad para una manipulación sobre criterios extra académicos.
Dijo que la previsión del
artículo tercero constitucional resulta insuficiente cuando se refiere al
compromiso del Estado de atender y promover “todos los tipos y modalidades
educativos, necesarios para el desarrollo de la nación, que apoyará la investigación
científica y tecnológica, etcétera, en la medida en la que no sanciona
aportaciones fijas relativas”.
Por ello, destacó la necesidad
de poner en práctica una política cuya meta sea inducir y estimular un programa
permanente de expansión de la educación superior y de producción y consumo de
ciencia y tecnología propias. “Sin una promoción adecuada y sostenida de estas
actividades, el porvenir de la sociedad se encuentra comprometido con las
peores circunstancias, con la posibilidad de permanecer en el subdesarrollo y
la dependencia”.
Se han resentido de forma
directa los efectos de la adopción acrítica y mecánica de patrones
neoliberales, ya que la puesta en marcha del nuevo modelo de progreso desplazó
a la red de instituciones públicas de su posición estratégica, lo cual se
factibilizó y consumó sobre la base de un uso discrecional del financiamiento.
Por su parte, Oscar Vásquez
del Mercado, secretario académico de la Facultad de Derecho, sostuvo que el
reto que tienen las universidades es que la autonomía debe fortalecerse frente
al Estado y ante los grupos que pretenden influir en las instituciones, lo cual
será posible mediante el otorgamiento de recursos adicionales.
Además, esta garantía debe
estar fuera de intereses mediáticos y de partidos políticos; así como
permanecer ajena a campañas de proselitismo: las instituciones de educación
superior no pueden ser usadas para efectos electorales.
Explicó que los conceptos de
libertad, soberanía y autonomía pueden confundirse; sin embargo, no debemos pensar
en una entidad autónoma que dependa de una colectividad que no sea soberana; es
decir, no es posible entender una autonomía que no exista dentro de una
soberanía.
Para Carlos Pallán Figueroa,
académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, el tema sigue revistiendo
enorme actualidad y el contenido de la Ley Orgánica aún es importante. En el
caso de México, asistimos a una circunstancia según la cual la institución
autónoma en sus tres órdenes es una característica de América Latina y no de
otras latitudes.
Por ello, añadió, la reforma
al artículo tercero constitucional de 1980 aún conserva gran actualidad y sigue
siendo un instrumento esencial para normar nuestros procesos de autonomía.
“Este concepto es una idea
presente desde el primer proyecto que plantea la necesidad de una universidad
nacional, en la segunda mitad del siglo XIX. Como tal, se expresa en tres
diversos órdenes: académico, estructura organizativa y de gobierno interior, y
financiero”, concluyó.
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Raúl Domínguez, Óscar Vásquez, José Narro, Daniel Cazés, José Trinidad Padilla y Carlos Pallán en una disertación sobre la autonomía universitaria. Participaron en el Segundo Encuentro de Auto-estudio de las Universidades Públicas Mexicanas, en la UNAM.
FOTO 02
Luis Porter, Axel
Didriksson, Daniel Cazés y Eduardo Ibarra durante la inauguración en la UNAM
del Segundo Encuentro de Auto-estudio de las Universidades Públicas Mexicanas.