Boletín UNAM-DGCS-081
Ciudad Universitaria
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ENFRENTAN MAYORES EXIGENCIAS Y RETOS LAS MUJERES CON PUESTOS EJECUTIVOS: MABEL BURÍN
·
Deben soportar mayor escrutinio y análisis
de su vida privada, aseveró la profesora de la Universidad Hebrea Argentina Bar
Ilan
·
El “techo de cristal” en su carrera laboral
es un factor depresógeno, destacó
· Dictó la videoconferencia El trabajo académico y la subjetividad de las mujeres profesionistas
Las mujeres que en
sus carreras laborales desean ocupar puestos ejecutivos, hasta ahora
caracterizados como masculinos, deben enfrentar el doble de exigencias y
mayores riesgos que sus pares varones, afirmó en la UNAM Mabel Burín, académica
de la Universidad Hebrea Argentina Bar Ilan.
Asimismo, señaló,
deben soportar mayor escrutinio y análisis de su vida privada. Por ejemplo, si
tienen hijos, de qué edad y si tuvieran que viajar con quién los dejarían o si
piensan embarazarse o casarse.
Al dictar la
videoconferencia El trabajo académico y la subjetividad de las mujeres
profesionistas, efectuada en el auditorio “Mario de la Cueva” de la Torre II de
Humanidades, la especialista en estudios de género recordó: “Antes se pensaba
que había roles femeninos tradicionales, como el de madre, esposa y ama de
casa, que las predisponían para padecer estados depresivos cuando llegaran a la
mediana edad”.
También, abundó, se
consideró que el trabajo remunerado fuera de la casa les representaba un papel
de protección para no caer en dicho estado. Bajo esta premisa, precisó, se
emprendió un estudio de carácter exploratorio con 30 mujeres de 48 a 55 años,
que laboraron en los últimos 25 años.
Se encontró que
existía un factor potencialmente depresógeno: el “techo de cristal” en sus
carreras, es decir, una barrera invisible que no les permitía ascender a
niveles superiores en las empresas, destacó al participar en el ciclo de
videoconferencias Género y política: discusiones actuales, organizado por el
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la
UNAM.
Explicó que cuando
desempeñan un papel no tradicional, de trabajadora extradoméstica, padecen
depresión porque encuentran una barrera. Esta situación les provoca un
sentimiento de injusticia porque ven que sus pares masculinos siguen
ascendiendo en su escala laboral mientras ellas se detienen y no avanzan,
puntualizó.
En este estudio,
aclaró, se descartó su aparición por menopausia y síndrome del nido vacío,
porque muchas entraron en el climaterio de manera precoz con hijos adolescentes
que vivían en el seno familiar. Las integrantes del grupo analizado
consideraban inadecuado decidir, en algún momento de su vida, entre ser buenas
madres, esposas y amas de casa, o ser trabajadoras exitosas, mencionó.
Uno de los rasgos
que componen el “techo de cristal”, explicó, es la asignación de
responsabilidades domésticas y la crianza de los hijos, no compatible con los
horarios, generalmente vespertinos o nocturnos, de los altos puestos
ejecutivos. Además, abundó, en su mayoría ha tenido un estilo de formación en
donde están expresadas emociones cálidas como ternura, comprensión y cariño.
“En los puestos
elevados de las organizaciones esto no sirve, porque se cree que para obtener
esos sitios se necesita cierta dosis de indiferencia o distancia afectiva”.
Asimismo, las mujeres de la muestra también consideraron que el nivel de
exigencias requeridos para ocupar esos lugares laborales era el doble en
comparación con los varones, apuntó.
Otro rasgo difícil,
agregó, son los estereotipos sociales, los cuales se formulan en expresiones
como “las mujeres temen asumir posiciones de poder”, “no les interesa tener
puestos de máxima responsabilidad”, y “no pueden afrontar situaciones difíciles
que les requieren actitudes de autoridad especialmente entre sus pares
varones”. Sin duda, estas concepciones inciden en sus carreras, pues las hacen
verse como inelegibles cuando se trata de desempeñar altos puestos de trabajo.
Finalmente,
consideró que para las mujeres tradicionalistas la crisis de sus ideales
generacionales y genéricos también implica un freno en su desarrollo
profesional. En cambio, para las transicionales o innovadoras, este proceso se
considera como un motor para poner en marcha nuevas formas de inserciones
competentes, concluyó.
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FOTO 01
Las mujeres que
desean ocupar puestos ejecutivos deben enfrentar mayores exigencias y riesgos
que los hombres, afirmó en la UNAM Mabel Burín, de la Universidad Hebrea
Argentina Bar Ilan.
FOTO 02
Mabel Burín, de la Universidad Hebrea Argentina Bar Ilan, dictó la videoconferencia El trabajo académico y la subjetividad de las mujeres profesionistas, en el auditorio “Mario de la Cueva” de la Torre II de Humanidades de la UNAM.