Boletín UNAM-DGCS-042
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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No
hay discusiones públicas, políticas o en los medios de comunicación al respecto,
señaló Arnoldo Kraus, de la Facultad de Medicina de la UNAM
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Agregó
que prácticamente no se piensa en la muerte y se trata de negarla. La
aproximación a este proceso es raquítica, enjuta y pobre. No sabemos afrontarla
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El
suicidio asistido es una determinación personal y responde a una larga historia
entre enfermo y profesional, indicó
En México hay un gran vacío respecto a la eutanasia.
“Poco se escribe y prácticamente no hay discusiones públicas, políticas o en
los medios de comunicación al respecto”, cuando debiera hablarse en la
sociedad, indicó Arnoldo Kraus, profesor de la Facultad de Medicina (FM) de la
UNAM.
De hecho, en occidente y en
particular en nuestro país –aunque parezca lo contrario– referirse al fin de la
vida está soslayado y marginado, añadió. Prácticamente no se piensa en ella y
se trata de negar; la aproximación a este proceso es raquítica, enjuta y pobre.
No sabemos afrontarla.
La eutanasia, indicó el autor
de Enfermar o sanar: el arte del dolor, La eutanasia y Una lectura de la vida,
es la muerte sin sufrimiento que se ejecuta en pacientes incurables con dolores
físicos intolerables y persistentes, cuando se sabe que la evolución de la
enfermedad será inevitablemente fatal.
Recordó que la hay de dos tipos:
la pasiva, en donde se permite el curso natural del padecimiento y la labor del
galeno es vigilar que el aquejado mitigue sus dolores mediante analgésicos y
somníferos; y la activa, en donde el facultativo realiza procedimientos para
acelerar el deceso.
El profesional debe explicarle
al afectado la función de los medicamentos y cómo tomarlos, para que decida
cuándo y dónde ingerirlos; a esta práctica se le denomina suicidio asistido. Es
una determinación personal, indicó Arnoldo Kraus, quien se dijo “convencido de
que se debe individualizar cada caso. Es una situación demasiado compleja para
dar nada más una opinión; hay muchas razones a favor y otras tantas en contra”.
El especialista consideró que
hay cuatro argumentos importantes en contra: el religioso (Dios da la vida y
sólo Él puede quitarla); cultural (hay sociedades donde es ilegal, por
ejemplo); sesgo (no darle suficiente peso o valor a un caso comparándolo con
otro), y el probable abuso, esto es, decidir que las personas menos capacitadas
sean candidatos idóneos a ella.
También en oposición, viola
tres leyes médicas: el cuidado profundo del enfermo terminal, el papel
terapéutico del médico y que implicaría modificar la esencia de esta profesión;
adicionalmente, se incluyen errores de diagnóstico y lasitud médica, esta
última referida al cansancio y desmoralización luego de advertir la dificultad
del caso.
Además, consideró, hay otros
inconvenientes que pueden presentarse durante esta práctica –legal en dos
países Holanda y Bélgica–: posible incompetencia, desconocimiento técnico, o
sugerirse por motivos económicos.
En contraste, el especialista
destacó que responde a sentimientos humanitarios, porque disminuye sufrimientos
inútiles; se respeta la autodeterminación del enfermo, y es parte de una
relación complementaria entre médico y paciente, por la confianza generada.
Mencionó también tres premisas
importantes en relación con este tema: la población ha llevado a los galenos
a ahondar en él, debe mejorarse la calidad de la información al respecto,
y la formación para un deceso óptimo no está en el currículum de las escuelas.
“Los facultativos –afirmó– sabemos lidiar con la vida pero no con la muerte
y tendremos que hacerlo”.
Para llegar a esta situación
debe haber una larga historia entre enfermo y profesional. También, dijo, “creo
que el médico no tiene el derecho de sugerirla, pues sólo funciona como escucha
o guía”. Por ello, consideró que se podría abordar este asunto desde una perspectiva
laica.
Por último, resaltó que la
posición de apoyo a la eutanasia ha ido en ascenso. Como ejemplo dio el caso de
Estados Unidos, donde 68 por ciento de la población la apoyaba; 81 en 1991, y
en 2001 alcanzó 88 por ciento.
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FOTO 01
Arnoldo Kraus,
profesor de la FM de la UNAM, indicó que en México hay un gran vacío respecto a
la eutanasia. “No hay discusiones públicas, políticas o en los medios de
comunicación masiva al respecto”.
FOTO 02
El galeno no
tiene derecho a sugerir la eutanasia; sólo funciona como escucha o guía. Por
ello se podría abordar este asunto desde una perspectiva laica, consideró el
especialista universitario Arnoldo Kraus.