Boletín UNAM-DGCS-825
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
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La UAM confirió este grado al investigador
emérito de la UNAM por su valiosa trayectoria
académica, aportaciones a la vida universitaria y al desarrollo de la
ciencia en México; además de sus contribuciones al pensamiento filosófico
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La Filosofía, aseguró el homenajeado, “no es una
ciencia al lado de otras; se sitúa en el inicio y fin” de ellas y, sin embargo,
ninguna disciplina puede existir sin ella
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Fue investido por el rector general de la
Universidad Autónoma Metropolitana, Luis Mier y Terán Casanueva
El investigador emérito de la
UNAM, Luis Villoro, recibió el Doctorado Honoris Causa por parte de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), por su valiosa trayectoria académica,
sus aportaciones a la vida universitaria y al desarrollo de la ciencia en
México, además de sus contribuciones al pensamiento filosófico, al ejercicio
creativo, fecundo y generoso tanto en docencia como en formación de recursos
humanos, en educación y cultura.
En la ceremonia donde fue
investido con este grado por el rector general de la UAM, Luis Mier y Terán
Casanueva, el homenajeado aseguró que la Filosofía “no es una ciencia al lado
de otras; se sitúa en su inicio y fin” y sin embargo ninguna disciplina puede
existir sin ella, pues “todo conocimiento nace de una pregunta y sólo puede
desarrollarse si es conforme a la razón, si tiene sentido plantearla” y si
puede dar lugar a algún saber.
Surge de la perplejidad ante
el mundo que nos rodea y de la duda ante todo planteamiento que pretenda
comprenderlo. Su condición no es la seguridad que dan nuestras explicaciones,
sino la insatisfacción que incita a la interrogación permanente, añadió.
Tampoco es una doctrina, sino
una actividad que pone en cuestión las aprendidas. Por eso, no es exclusiva de
una profesión, está en toda actividad racional que lleve en su raíz el arte de
cuestionar; puede surgir en cualquier curso de la vida, en cualquier ocupación,
en todo hombre o mujer, explicó.
Tener una actitud en ese
sentido consiste, así, en acceder a la reflexión, a “toda crítica frente a lo
que se da por conocido, toda puesta en duda sobre lo incuestionado, toda
voluntad de autenticidad y cambio, tanto en la vida personal como en el curso
de la sociedad humana”, subrayó.
En su intervención, Luis Mier
y Terán Casanueva, rector general de la UAM, destacó que el investido es un
destacado investigador que nos ha servido “para conocer y reconocernos en esa
unidad de lo diverso que es nuestro pasado, un tiempo siempre abierto para su
reinterpretación y dispuesto, además, a polemizar con la convulsión del
presente”.
Las constantes del trabajo del
autor de Los grandes momentos del indigenismo en México, El proceso ideológico
de la revolución de Independencia, El poder y el valor: fundamentos de una
ética política y De la libertad a la comunidad, resaltó el funcionario, han
sido el ser, conocimiento y sociedad, que bien podrían representar la agenda de
las modernas instituciones del saber.
Luis Villoro argumentó que la
Filosofía trata de enseñar también un arte de vida, el de no someterse sin
cuestionar las convenciones vigentes; el de seguir el camino que dicta la
propia verdad, sin plegarse a los engaños con que suelen disfrazarse los poderes
existentes. Además, dijo, debe cumplir una función de resistencia ilustrada.
Siendo de esta forma, se
preguntó ¿qué función puede cumplir en una universidad? Dicha institución,
sustentó, depende de los recursos que recibe de los gobiernos, de la sociedad
en su aceptación y participación comunitaria, del poder político en su
sostenimiento desde el Estado. Desde sus orígenes fue instrumento, de la
iglesia en unos tiempos, de los duques y príncipes en otros, de las clases
burguesas, mercantiles y ligada a empresas ahora.
Sin embargo, se caracterizan
también por la tensión entre la obediencia a los poderosos y la tendencia a
escapar de ellos. “Entre todas las estructuras del poder, es la menos apta, la
más díscola a obedecerlos”; esto en cualquier tipo de régimen, acotó.
Por eso es el campo donde es
posible atender al amor a la sabiduría; al reconocer su valor alcanza la raíz
de la educación superior que le está encomendada. También levanta ante la
sociedad, la existencia del pensamiento crítico frente a las creencias
aceptadas sin discusión. “Por eso –precisó– toda actitud filosófica, si es
auténtica, puede estar, como la universidad misma, por encima del poder”.
Finalmente, Luis Villoro dijo
recibir “esta honrosa distinción como un compromiso personal”: la de dar un
testimonio permanente de su amor a la ciencia, pero también al conocimiento.
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FOTO 01
Luis Villoro,
investigador emérito de la UNAM, recibió el Doctorado Honoris Causa de la
Universidad Autónoma Metropolitana, por sus méritos académicos, aportaciones a
la vida universitaria y al desarrollo de la ciencia en México.
FOTO 02
El rector general de la UAM, Luis Mier y Terán Casanueva, invistió al investigador emérito de la UNAM, Luis Villoro, con el Doctorado Honoris Causa.