Boletín UNAM-DGCS-795
Ciudad Universitaria
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Pies de foto al final del boletín
IMPONE LA UNAM RÉCORD GUINESS
·
La comunidad de la Facultad de Medicina
reunió cinco mil 667 calaveritas de dulce
·
Es hasta hoy el tzompantli o muro de
cráneos más grande de México
· El hecho fue constatado por abogados de la FM, quienes enviarán el acta que lo certifica para su registro en el Libro Guiness
Estudiantes, profesores,
investigadores, trabajadores y autoridades de la Facultad de Medicina (FM) de
la UNAM impusieron un récord Guiness al reunir cinco mil 667 calaveritas de
dulce en lo que es, hasta hoy, el tzompantli o muro de cráneos más grande de
México.
Guiness México estableció que
un número significativo eran tres mil piezas, por lo que esa fue le meta a
superar por la comunidad de esa dependencia. Los pequeños cráneos comenzaron a
reunirse y la cifra se superó con mucho
e, incluso, llegaron contribuciones extra, pero ya no se contabilizaron por
haber sido colocadas fuera de tiempo.
Tal hecho fue
constatado por abogados de la FM. El siguiente paso para el registro del récord
en el Libro Guiness será enviar el acta que lo certifica a su sede en México,
donde se iniciará el trámite oficial; en unos meses se conocerá el resultado.
“Como tzompantli, creemos que no hay ninguno otro similar en nuestro país”,
explicó el antropólogo Jorge Miranda, uno de los organizadores.
El profesor de
Antropología Médica y encargado del Programa de Tutorías, Becas y Orientación
Vocacional de la Secretaría General de esa Facultad, dijo que “desde que se
puso la primera pieza han pasado mañanas, tardes y noches, y la afluencia de la
comunidad aumentó”.
Los primeros días los
participantes fueron los encargados de colocar su calaverita y dar vuelta al
cintillo de la numeración; a medida que fue creciendo la cantidad de cráneos de
azúcar, chocolate, amaranto y gelatina, ya no fue posible.
“Hemos vencido mil obstáculos,
como el aire que derriba los floreros; además, no han venido avispas ni
hormigas; nos han tratado bien. Tuvimos una vigilancia estricta y no se ha perdido
ninguna figura”. En una sola jornada se reunieron más de 2 mil 500, añadió.
Al respecto,
Juan Manuel Pineda, estudiante y organizador del acto, calificó la
participación de la comunidad como “entusiasta”, aunque reconoció que al
principio no pensaron que se alcanzaría la meta.
Aclaró que no
se trata de un récord que ya existiera. Su objetivo fue “sembrar la semilla”,
para que el próximo año se sumen otras facultades y “lo hagamos en grande”.
Los abogados dieron fe del
conteo final, el cual se hizo en un acto público, pues ese es uno de los
requisitos establecidos por Guiness, además de la presentación de fotos y
videos, entre otros.
Esta actividad, añadió el
antropólogo, intenta propiciar un encuentro con nuestras tradiciones. “En esta
ocasión hicimos la reproducción de un tzompantli prehispánico, un lugar de
cráneos, cuyo origen es precolombino”.
Las construcciones de este
tipo, trabajadas en piedra, se encuentran sobre todo en el Templo Mayor, Tula y
Xochicalco. Hoy, se rememora esa visión indígena, el hueso descarnado, que es
parte del origen de la ofrenda pero adquiere una gran alegría en México gracias
al arte popular nacional.
El académico explicó que los
pequeños cráneos se montaron en un escenario donde confluyeran tres grandes
conceptos: la cosmogonía, la arqueología y la etnografía. De ese modo, en el
fondo se observó el cielo, que para los antiguos mexicanos se dividía en 13
pisos o niveles; en el último vivía Ometeotl, dios de la dualidad, de los
pares, de los equilibrios, y en el cuarto, Quetzalcóatl.
También había nueve niveles en
el inframundo hasta llegar al Mictlán o lugar del descanso eterno, pero también
del nacimiento del hombre. Así se cierra el ciclo vida-muerte, abundó.
Lo que hacemos cada año,
rememoró, en la renovación de altares domésticos, en los cementerios o los
atrios de las iglesias, es recordar a nuestros muertos siendo fieles
reproductores de la tradición, rememorar que vienen los espíritus, pensar en
nuestros antepasados.
En la Facultad
esta tradición cumple el objetivo de dar identidad y unidad, es un rostro de
múltiples facetas donde se representa a cada uno de sus miembros Además, se contribuye a una formación sólida
para los estudiantes, consideró.
Los abogados de la FM,
Verónica Ortiz Medina y Olegario Rodríguez Sánchez explicaron que para
registrar el récord se levanta un acta en la cual se constata que el número de
calaveritas fue el correcto.
Después se manda el conteo,
por medio de las autoridades correspondientes y organizadores, para que quede
inscrito en el libro de récords Guiness. De hecho, en el conteo final la cifra
aumentó de 5 mil 494 a 5 mil 667.
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FOTO 1
La comunidad de la Facultad de
Medicina de la UNAM impuso el récord Guiness al reunir 5 mil 667 calaveritas de
azúcar, que conforman el tzompantli o muro de cráneos más grande de México.
FOTO 2
Una estudiante
coloca una calavera de azúcar en el tzompantli erigido en la Facultad de
Medicina de la UNAM. Esta actividad le valdrá ser incluida en el récords
Guiness.
FOTO 3
En la Facultad de Medicina de la UNAM se construyó un tzompantli, con lo que se cumple el objetivo de dar identidad y unidad cultural al recrear la tradición mortuoria de nuestros antepasados indígenas.