Boletín UNAM-DGCS-793
Ciudad Universitaria
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CURSO DE EXPERIMENTACIÓN CIENTÍFICA PARA PROFESORES DE BACHILLERATO
·
Se dirigió a docentes de biología,
física, química y matemáticas para que amplíen y transmitan a sus alumnos el
uso de la ciencia en la vida cotidiana
·
Francisco Fernández de Miguel,
investigador del IFC de la UNAM, refirió que es el principio de un proyecto
para recibir a los alumnos en los
laboratorios de la FC
Con el fin de imbuir a los
estudiantes de bachillerato en las labores de un investigador en la resolución
de problemas cotidianos, los profesores de biología, física, química y
matemáticas de este nivel se preparan mediante la experimentación directa para
ampliar y transmitir a los alumnos el manejo de esas disciplinas.
Para alcanzar esa meta se organizó el curso piloto ¿Qué
onda? La UNAM experimenta en ciencias, dirigido a profesores de áreas exactas
del plantel Sur del Colegio de Ciencias y Humanidades, informó el doctor
Francisco Fernández de Miguel, investigador del Instituto de Fisiología Celular
(IFC).
La actividad, organizada por esa dependencia, las
facultades de Ciencias y Química, y el Instituto de Investigaciones en
Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, con el apoyo de las asociaciones Mexicana
de Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel, y Experimenta Ciencia,
pretendió la utilización del pensamiento y método científicos en esos campos,
para que los asistentes los incorporen para definir preguntas, debatir,
proponer alternativas viables en la solución de conflictos sociales y mejorar
sus actividades.
El curso, impartido a 168
docentes, fue además el principio de un proyecto por el que se mantendrán
cuatro laboratorios permanentes (uno por cada área del conocimiento) para
recibir a alumnos del bachillerato.
Fernández de Miguel abundó que
todos los experimentos realizados versaron sobre las ondas y en particular
sobre la luz. Se eligió este tema por ser común a las cuatro disciplinas. Por
ejemplo, en física se estudian las ondas; la conservación de la energía o su
transformación.
O bien, añadió, en biología
los seres vivientes la utilizan, reaccionar con ayuda del sistema nervioso y
conviven con el medio ambiente. Asimismo, se producen reacciones químicas.
Desde el punto de vista matemático, se analizan procesos o mecanismos
ondulatorios, su propagación y aplicación.
Esos temas están incluidos en los programas del
bachillerato. En el curso, “después de estudiar el fenómeno básico, se hacen
extrapolaciones, de modo que los asistentes vean que las mismas herramientas se
pueden utilizar en la vida cotidiana”.
Francisco Fernández de Miguel refirió
que esta experiencia académica está basada en la del Centro Belmonte de
Laboratorios para la Juventud de la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde
Itzchak Parnas creó espacios de experimentación ante la preocupación que
causaba el bajo nivel científico de los alumnos de esa institución.
El interés primario no es que los alumnos llenen las
aulas de estas áreas. “Quizá una proporción más de jóvenes pierda el miedo a la
ciencia y otra deje de desertar de algunas licenciaturas relacionadas con
matemáticas, pero lo fundamental es que quienes no van a seguir las de ese tipo
entiendan este pensamiento. La forma de hacerlo es la experimentación directa,
utilizando las cuatro áreas sobre un tema común”, expresó.
En primera instancia se trabaja con los profesores del
CCH Sur, abundó; una vez que se ponga en marcha el proyecto, el cupo sería de
cerca de siete mil alumnos al año, es decir, el equivalente a los alumnos de
segundo y tercer semestres de ese solo plantel.
“Más adelante quisiéramos expandirlo y tener otras sedes.
Mientras tanto, este curso es importante. Dará una evaluación de los logros y
posibles deficiencias para mejorarlo y una vez establecidos los laboratorios
permanentes pueda darse una mejor formación a los jóvenes bachilleres”, añadió.
El científico destacó que gracias al financiamiento de
las asociaciones mencionadas no sólo se diseñaron e implementaron equipos, sino
que se becaron estudiantes de licenciatura y de servicio social, quienes
desarrollaron los programas de cómputo necesarios, en los que se combinan el
diseño e instrumentación de los experimentos con actividades docentes.
Hasta ahora, no existe un proyecto similar en el país,
aunque su filosofía se encuentra en los orígenes del CCH y hay ya varios
programas de ciencia como el de “Jóvenes hacia la Investigación”. Sin embargo,
“a pesar de ser estupendos, señaló, están sesgados a estudiantes que ya tienen
interés por las ciencias”.
En este caso, finalizó Fernández de Miguel, queremos un
programa masivo para los estudiantes que no necesariamente llegarán a ser
científicos, de modo que en términos ideales, la población mexicana tenga
entrenamiento en esas áreas.
—o0o—
FOTO 1
Profesores de
biología, física, química y matemáticas del bachillerato universitario durante
el curso piloto ¿Qué onda? La UNAM experimenta en ciencias.
FOTO 2
Francisco Fernández de Miguel, investigador del IFC de la UNAM, habló sobre el curso de experimentación dirigido a profesores de áreas exactas de bachillerato universitario.