Boletín UNAM-DGCS-747
Ciudad Universitaria
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final del boletín
Los latinoamericanos debemos romper
con la referencia que científicos sociales hacen de las posiciones teóricas
elaboradas en los países del norte, por considerarlas como las mejores y bajo
el fundamento que desde ahí se analiza con mayor precisión la realidad.
No obstante, expresó Boris Berenzon Gorn,
coordinador general del Proyecto Historia de la historiografía de América de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, este es un símbolo falso de
autoridad académica, porque ellos producen investigaciones sin contemplar la
visión de los otros, mostrando interpretaciones ya desgastadas, envueltas en
los ropajes de la posmodernidad, globalización y colonización mental.
Durante la inauguración del III
Coloquio Internacional Historia de la Historiografía de América 1950-2000, el
académico añadió que debemos hablar y teorizar sobre lo que pasa allende el mar
y la frontera del norte, esto en la pretensión de ruptura con el eurocentrismo
y la hegemonía capitalista en materia epistemológica, para así dialogar con
nuestra realidad y la de ellos.
“No se trata de renunciar a la tradición
historiográfica de Occidente, sino de recuperarla y reinventarla como nuestra.
En este mismo sentido, los nuevos debates surgen de un intercambio heterodoxo,
creativo, autónomo y crítico”, puntualizó.
Aseguró que son tres los ejes que marcan los
linderos de ese plan: la búsqueda de la interdisciplina de la Historia, la
actual retórica del tiempo-espacio y la construcción de innovadoras
geopolíticas del conocimiento en la interpretación del pasado. Ellos, dijo,
permiten reconstruir la Historia de la historia de América en los últimos 50
años.
Sobre el objetivo del coloquio, indicó que es
fomentar la discusión especializada que resignifique, desde esta disciplina, lo
que se ha realizado, tanto en el continente en general como en América Latina
en particular.
Por su parte, Santiago Borrero, secretario
general del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, señaló que México
tiene el liderazgo en el desarrollo del estudio de la historiografía de América;
sin embargo, su situación geográfica no ha sido suficientemente analizada, y lo
sitúa al borde entre la parte sajona y la latina.
Otro punto de trabajo debe abarcar una postura
general, con sus particularidades y circunstancias, pues “desde distintos
planos nos acomodamos desde lo latino o lo anglosajón, pero hacer esfuerzos por
encontrar o manejar las divergencias no es fácil”, añadió.
Al estudiar las distintas publicaciones sobre
el tema se identifica una falta de visión regional: las hay parciales o
superregionales, pero no auténticamente americanas, destacó.
Es fundamental identificar cuando menos dos
aspectos centrales: revisar el concepto de panamericano, “porque no es fácil
mirar a América como continente –cuando menos se ven dos posturas: la sajona y
la latina– y encontrar puntos de encuentro, así como regresar al tema de la
innovación en todos los planos”, finalizó.
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Boris Berenzon, de la FFyL de la
UNAM, aseguró que los latinoamericanos debemos hablar y teorizar, en la
pretensión de ruptura con el eurocentrismo y la hegemonía capitalista en
materia epistemológica.
FOTO 02
El académico Santiago Borrero dijo en el del III Coloquio Internacional Historia de la Historiografía de América 1950-2000, que México tiene el liderazgo en el desarrollo del estudio de la historiografía de América.