Boletín UNAM-DGCS-745
Ciudad Universitaria
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final del boletín
RECREA LA ARQUITECTURA LOS GRANDES TEMAS DE LA CULTURA UNIVERSAL
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Para el bogotano Rogelio Salmona es tan deudora de lo cotidiano como de
lo más espiritual del arte
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El proyectista dictó una conferencia magistral en el marco del Primer
Coloquio Nacional de Teoría de la Arquitectura, organizado por la FA de la UNAM
La arquitectura contribuye a solucionar los
pequeños problemas del hombre y se
encarga, al mismo tiempo, de los grandes temas de la civilización y las magnas
obras de la cultura universal, afirmó el arquitecto bogotano Rogelio Salmona.
Esta actividad profesional es tan deudora de lo
cotidiano como de lo más espiritual del arte, agregó Salmona, uno de los
profesionales más destacados de América Latina.
La arquitectura es un acto de rememoración, es
continuar en el tiempo lo que otros han, a su vez, recreado. Constituye un acto
profundamente culto, pues no se solaza lo desconocido. Se encuentra entre el
sueño y la realidad, recalcó el proyectista.
Al dictar una conferencia magistral en el marco
del Primer Coloquio Nacional de Teoría de la Arquitectura, organizado por la
Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM, Rogelio Salmona comentó que esta
disciplina es la mirada que recorre con rigor y entusiasmo las cosas nimias de
la vida; que sublima y resuelve bien la normalidad.
Conviene, dijo, mirar atrás antes de dar un paso hacia delante. Sería
desconocer los grandes conjuntos abiertos prehispánicos, la sutileza de la
arquitectura colonial, la riqueza del mestizaje, la sencillez de la
arquitectura popular y las innovaciones y causa social de la moderna”.
La memoria ayuda a encontrar el camino a la
poesía, a descubrir que es posible y necesario componer con material, pero
también con luz y penumbra, con humedad, transparencias y sesgos, para lograr
una espacialidad idónea para los sentidos.
Premio Nacional de Arquitectura 1990, Rogelio
Salmona afirmó que la armonía, sorpresa y encuentro también la conforman y esa
es su profunda poética. La mejor es aquella que transforma sin modificar y que
se descubre lentamente con emoción.
Así son, dijo el bogotano, los espacios
abiertos de América Latina, plenos de silencio, levantados para enriquecernos,
que fracturan la composición al buscar el acontecimiento, y al anunciar el
lugar, forman signos y obligan a activar los sentidos. Son espacios evocadores
que crean la atmósfera de cada lugar y
son un pálpito.
Su conocimiento es fruto de una continua
búsqueda teórica; un trabajo por el cual se trata de capturar, sin lograrlo, el
sueño del hombre por edificar su lugar. Por su complejidad no es solamente un
hecho estético.
En el Teatro “Carlos Lazo” de la FA, Salmona
sentenció: la arquitectura se vive, se habita. Sensaciones visibles, auditivas,
olfativas y táctiles se perciben cuando nos movemos en sus espacios. Son
rincones, como diría Gastón Bachelard, que conservan los recuerdos y las
emociones del mundo.
“Lo que he buscado, a través de diversas
experiencias arquitectónicas, particularmente las prehispánicas, es acercarme
al problema del límite, porque en esa disposición ceremonial y cósmica
encuentro una vivencia que me permite entender mejor su relación con el
universo”, señaló.
Recordó que en los últimos proyectos ha tratado
de encontrar ese límite en la espacialidad, que puede ser el cielo, el
infinito, el horizonte, una repentina luminosidad, un reflejo, un cambio de
atmósfera, una transparencia, pero a partir de esa frontera aparece o se
sugiere otro elemento después de uno más, y así sucesivamente.
Entre arquitectura y universo, precisó, la
línea es virtual, pero se hace patente en un momento en que la naturaleza
incide sobre ella, es como un lugar indecible que sólo se puede reconocer en el
habitar y en el recorrido.
La real posesión y apropiación de las
estructuras permite que andar en él no sea un simple acortar distancia, sino
descubrir elementos que se vuelven mudos a la hora de explicarlos y sólo hablan
cuando se habita esa dimensión, puntualizó.
Cómo transmitir a través de un hecho arquitectónico
concreto esas evocaciones, esos instantes capturados en una experiencia
personal que los otros no conocen y, por lo tanto, sin tomar en cuenta a la
hora de aproximarse a la obra.
Eso, afirmó Salmona, es lo difícil: darle al
cuerpo a esa afectividad y sobre todo, que otros se conmuevan sin tener
noticias de la conmoción anterior. En este trayecto, a medida que uno avanza,
se vuelve más exigente. Cada vez quiere más elementos enriquecedores de la
espacialidad, porque ese es el proceso permanente del afinamiento y de
mejoramiento del “saber hacer”, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
La arquitectura
contribuye a solucionar los pequeños problemas del hombre y se encarga de las
magnas obras de la cultura universal, afirmó en la UNAM el arquitecto bogotano
Rogelio Salmona.
FOTO 02
El arquitecto
bogotano Rogelio Salmona dictó una conferencia magistral en el Primer Coloquio
Nacional de Teoría de la Arquitectura, organizado por la Facultad de
Arquitectura de la UNAM.