Boletín UNAM-DGCS-742
Ciudad Universitaria
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final del boletín
DETERMINANTE, EL
PAPEL DE LA UNAM EN LA DIFUSIÓN DE LA CULTURA
·
Gerardo Estrada resaltó la función de la autonomía universitaria en los
años de autoritarismo y paternalismo
·
El espíritu de la Universidad siempre ha triunfado sobre los intentos de
censura, aseguró Hugo Gutiérrez Vega
·
Son innumerables los museos, escuelas, revistas y proyectos con los que
esta casa de estudios ha enriquecido los saberes del país, expuso Ignacio
Solares
·
Margo Glantz señaló que ningún acontecimiento cultural tuvo importancia
en México si no estaba ligado directa o indirectamente con la Universidad
Nacional
El papel que la Universidad Nacional
ha jugado en las tareas de difusión
cultural en México ha sido fundamental y determinante en momentos históricos en los que, sin sus
aportaciones, el país habría quedado al margen del acontecer mundial, afirmó
Gerardo Estrada, coordinador de Difusión Cultural.
Al participar en la mesa “La autonomía
universitaria y su impacto en las artes y la cultura”, expresó que este valor
permitió que “no nos secáramos” intelectual y culturalmente durante los años
del autoritarismo, paternalismo y patrimonialismo en el país.
Durante el cuarto día de las Jornadas de la
Autonomía, el funcionario resaltó que una de las funciones esenciales de la
UNAM, de acuerdo con la ley, es difundir y extender los beneficios del
conocimiento, no solo entre su propia comunidad, sino hacia la población en su
conjunto.
En la Sala “Carlos Chávez” del Centro Cultural
Universitario, recordó que en la década de los sesenta el mundo vivió un cambio
cultural que tuvo repercusiones en las universidades. Así, el teatro y las
artes visuales experimentaron transformaciones fundamentales, al tiempo que se
inició una etapa creativa en danza y música, lo que propició en el campus,
gracias a la autonomía, un ambiente distinto al que imperaba en la sociedad
mexicana.
Un ejemplo de ello, mencionó Gerardo
Estrada, fue el cine que se exhibía en sus instalaciones, en donde figuraban
cintas que estaban prohibidas en el país.
En su oportunidad, Ignacio Solares, director de
la Revista de la Universidad de México, considerada como una de las más
importantes del país en el ámbito cultural, expuso que son innumerables los
museos, escuelas, revistas y proyectos con los que esta casa de estudios ha
enriquecido los saberes del país.
“Sería difícil que toda esa creatividad, toda
esa pasión, que esos grupos de jóvenes hubieran trascendido en su momento, de
no ser por una característica fundamental de la UNAM, que ha hecho que los
poderosos no se hayan atrevido, por decirlo de alguna manera, y que hayan
permitido el ejercicio de la crítica en ámbitos nunca imaginados. Esa
característica es la autonomía”, expresó.
Agregó que ella formó parte entrañable de la
vida cultural de México durante el siglo pasado y ahora que se realizan
reuniones para explorarla, fortalecerla y defenderla, “vemos claramente que no
es una idea que esté fuera de nosotros. Nos interesa tanto porque también está
dentro de cada uno de nosotros, como la libertad intelectual que nos motiva a
reflexionar, como la libertad de cátedra que nos lleva a aprender y a
investigar, y como la libertad de pensamiento que nos incita a crear”.
A su vez, la escritora y profesora de la
Facultad de Filosofía y Letras, Margo Glantz, señaló que, en retrospectiva, es
imposible concebir a la cultura nacional sin tomar en cuenta lo que la
Universidad propició y en ella se produjo, “al grado de que puedo afirmar, sin
exageración alguna, que ningún acontecimiento cultural tuvo importancia en
México si no estaba ligado directa o indirectamente con ella”.
Ante estudiantes, académicos y funcionarios
reunidos en el Centro Cultural Universitario, agregó que sin la autonomía
universitaria, la libertad y la disidencia no hubieran sido posibles en una
época de partido único.
Resaltó que una institución de educación
superior no podría funcionar sin ser autónoma y, al celebrarse los 75 años de
haberse decretado la ley que lo hizo posible, “nos percatamos de nuevo de las
múltiples vicisitudes por las que pasaron quienes lograron hacerla efectiva, verificamos la
trascendencia de esa misma legislación y también su posible fragilidad en las
circunstancias actuales”.
Al hacer uso de la palabra, Hugo Gutiérrez
Vega, escritor y poeta, ex director de Difusión Cultural, indicó que la
autonomía ha permitido que la UNAM sea un territorio libre para la
expresión y la experimentación artística.
Aseguró que el espíritu de la Universidad
siempre ha triunfado sobre los intentos de censura, por lo que la institución
ha podido mantenerse siempre en libertad de hablar.
“La UNAM ha sido un espacio abierto para todas
las corrientes teatrales, y además ha patrocinado sin intentar el control ni la
manipulación, lo que es una generosidad máxima”, afirmó.
Por su parte, Alberto Dallal, integrante del
Instituto de Investigaciones Estéticas, subrayó que la Universidad es el gran proyecto
del siglo XX del gobierno mexicano, mediante el cual se crea el espacio
suficiente para que la gente pueda expresarse y prepararse.
Dijo que esta casa de estudios ha sido un
semillero de gobernantes y dirigentes, en donde se puede discutir de manera
libre. “De otra forma, no se entendería por qué un gobierno autoritario crearía
una universidad como esta”, consideró.
A pesar de ese sistema, añadió, “de
esa estructura de poder tan terrible, la Universidad fue y es el corazón de
México, y permite que se haga tanto en el país”.
En ese sentido, el compositor Julio Estrada,
catedrático de la Escuela Nacional de Música (ENM), coincidió en que esta
institución es un recipiente abierto a todas las tendencias, y como tal
conduce, por sus propias vías –racionales, de respeto, sensitivas e
históricas–, a todos los que ingresan a ella a una nueva visión del país, pero
también de sí mismos.
Recordó que en 1929 Carlos Chávez y Silvestre
Revueltas encabezaron una revolución de la educación musical en el Conservatorio
Nacional, en oposición al grupo comandado por Manuel M. Ponce, por lo que
fueron expulsados. La Universidad los acogió y creó la entonces Escuela de
Música.
Hoy, la ENM tiene el proyecto educativo más
avanzado en esa área de todo el país. En septiembre de este año se creó el
posgrado, que incluye la maestría y el doctorado en esta disciplina.
Para el escritor José de la Colina, ex
colaborador de la Revista de la Universidad, ella no es sólo una “república de
las letras o las artes”, sino la auténtica “república de la cultura”, porque
con sus buenas y malas épocas ha creado una comunidad no sólo dedicada a crear
conocimiento, sino cultura.
Al hablar del cine, reconoció que la labor de
los cine clubes en México fue importante, porque antes de su aparición, en los
sesenta, no había un auténtico público amante de los filmes, sino sólo
consumidores. Los cinéfilos comenzaron a surgir tras el auge de esos espacios,
tanto en la Universidad como en el Instituto Francés de América Latina.
Al respecto, el escritor Eduardo Lizalde, ex
director de Radio Universidad, se refirió a este medio de comunicación. Recordó
que se fundó en 1937, siete años después de la declaración de la autonomía
universitaria. Empero, tardó muchos años en consolidarse como una verdadera difusora.
La gran experiencia, relacionada con el
espíritu de libertad que a los medios editoriales, académicos y de difusión
universitarios proporcionó la autonomía, fue que ante el maremagno formidable,
aterrador, y aturdidor de las cadenas comerciales, la perteneciente a la UNAM
era y es un instrumento de peculiaridad
cultural excepcional.
Ni siquiera las grandes y ambiciosas
presentaciones de orquestas, o conjuntos operísticos que ocasionalmente acuden
a nuestros escenarios han hecho tanto para la promoción de la música y de la
literatura como la radio. Esta ha cumplido un papel transformador para la
ciudadanía mexicana.
Por último, la artista plástica Helen Escobedo,
ex directora de museos y galerías de la Universidad Nacional, refirió que
durante su paso por esta casa de estudios aprendió que la palabra autonomía es
poder definir un perfil individual, compitiendo con el de otros, pero de manera
constructiva; sin sentir autoritarismo ni imponerlo, sino colaborando con las
experiencias acumuladas de los demás.
Agregó que trabajar en equipo es enriquecedor y
un museo es un grupo porque se produce una energía circular, se logran
resultados vastos, trabajando con principios.
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Foto 1
Gerardo Estrada, Hugo Gutiérrez Vega, Ignacio Solares
y Margo Glantz participaron en las Jornadas de la Autonomía, con el tema “La
autonomía universitaria y su impacto en las artes y la cultura”.
Foto 2
Eduardo Lizalde, José de la Colina y Helen Escobedo a
su llegada a la sala “Carlos Chávez” del Centro Cultural Universitario, donde
hablaron sobre el impacto de la autonomía universitaria en las artes y la
cultura.
Foto 3
Los escritores Alberto Dallal y José de la Colina destacaron la importancia de la Universidad en el ámbito cultural del país, al ser el gran proyecto nacional del siglo XX.