Boletín UNAM-DGCS-661
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La gente debe saber cómo responder en los primeros
minutos previos y posteriores a un siniestro: Arturo Iglesias Mendoza, del IGf
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Las acciones de prevención requeridas son de
carácter personal y público, pues con ellas las instituciones gubernamentales
pueden organizar simulacros, aseguró
Es necesario difundir los
programas de protección civil, además de realizar simulacros como lo señalan
estas guías de actuación, con el
propósito de que la gente verdaderamente sepa qué hacer ante contingencias
naturales, especialmente en los primeros minutos previos y posteriores a un
siniestro, manifestó el investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la
UNAM, Arturo Iglesias Mendoza.
Aseguró que las acciones de
prevención deben ser de carácter personal y público, pues con ellas las
instituciones gubernamentales pueden organizar simulacros. Reconoció la tarea
de difusión de los programas y los simulacros a efectuarse cada año, con motivo
de la conmemoración de los terremotos de 1985, pero el resto del tiempo no se
hacen prácticas y la gente tiende a olvidar, además de que en ocasiones la
sociedad no entienda la utilidad de la prevención.
“Debería ser una decisión
personal determinar los actos a seguir en cada lugar donde la persona se
encuentre en ese momento, y decidir qué hacer con ese minuto o con menos tiempo.
Es responsabilidad de cada capitalino”, aseveró.
Al dictar la conferencia
Sistemas de alerta sísmica temprana: una oportunidad ante un gran temblor,
Iglesias Mendoza reiteró en el auditorio Tlayolotl del IGf, que por ello las
instancias encargadas de la protección civil y las autoridades deberían tener
mayor conciencia del valor de contar con un sistema de alerta sísmica única en
el mundo.
El investigador universitario
explicó que el sistema de alerta temprana es un conjunto de elementos diseñado
para prever o mitigar riesgos antes de un evento.
Uno de ellos es utilizado
contra daños causados por fenómenos meteorológicos, como huracanes, ciclones,
lluvias torrenciales e inundaciones. Es importante porque el tiempo de ventaja
(el transcurrido entre el momento en que se avisa a la población con
posibilidades de ser afectada y cuando el fenómeno llega al lugar) permite
tomar acciones.
Otro se usa con fines
militares, completó. Cuando una nación dispara un misil contra otra se puede
detectar con anticipación y tomar previsiones, incluso lanzar otro artefacto
que lo intercepte.
Así, trata de determinar la
ocurrencia de un gran temblor con cierto grado de antelación y emitir una
advertencia que llegue antes de las ondas telúricas, y con ello evitar o aminorar
los perjuicios que puede provocar en una gran ciudad.
Reconoció que es indispensable
extender la alerta sísmica a las regiones del país susceptibles de resentir
movimientos telúricos de gran magnitud, que pudiesen provocar daños en la Ciudad
de México.
Afirmó que esa estructura está
preparada para informar sobre un terremoto de consideración originado en ese
estado, que permitirá a los servicios de protección civil y las autoridades
contar de 50 a 60 segundos para actuar, siempre y cuando estén “enterados y
atentos, pendientes de la radio o en contacto con instituciones públicas”.
Empero, esa estructura quizá
no sea la más apropiada para extenderla a otros puntos. Cualquier esfuerzo para
mejorarla o llevarla a otras regiones, deberá ser bienvenido. Es necesario,
añadió, analizar todas las opciones y optar por la mejor.
Subrayó que “por un lado
detecta los sismos lejanos que causan daños en la zona metropolitana o en las
ciudades del centro del país; y por el otro, se cuenta con tiempo para
desarrollar una organización responsable y tomar decisiones acordes”.
Opinó que uno de los
principales intereses de la comunidad científica es extender su utilidad. Sería
factible una distribución geográfica óptima, mediante la instalación de
diversos sensores.
Este sistema cuenta con once
estaciones distribuidas en la brecha de ese estado. Sin embargo, para áreas de
igual tamaño o longitudes sobre la zona de contacto se debería tener el mismo
número de instrumentos.
Si se quisieran cubrir los
sismos que se originan en Michoacán o en Oaxaca, implicaría incrementar el
número de receptores. Lamentablemente, advirtió, es difícil hacerlo porque
representa un elevado costo de implementación, operación y mantenimiento.
Finalmente, propuso construir
dos anillos de estaciones que rodearan la capital de la república, uno a 275
kilómetros de distancia, hacia la costa, y otro quizá 100 kilómetros más
retirado, de tal forma que los movimientos localizados en esas zonas quedarían
cubiertos en un radio de 50 kilómetros, finalizó.
–o0o–
Foto 1
El sistema de alerta sísmica que opera en Guerrero pudiera no ser adecuado para aplicarlo en otras zonas del país que también resienten movimientos telúricos, reveló el investigador Arturo Iglesias Mendoza.
Foto 2
Arturo
Iglesias Mendoza, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, reconoció
que es indispensable extender la alerta sísmica a regiones del país susceptibles
de resentir movimientos telúricos.