Boletín UNAM-DGCS-657
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Cuestionan y se oponen a la noción estatal
impuesta por la elite criolla y mestiza: Ambrosio Velasco, director de la FFyL
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La única solución a los problemas creados
por la mundialización es socializar a los emporios en América Latina y el
mundo: James D. Cockcroft
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Los cambios y el movimiento endógeno de las
etnias bolivianas forman un nuevo concepto nacional: Mario Miranda
Los movimientos indígenas de
los últimos años pueden entenderse como cuestionamiento y oposición a la noción
estatal impuesta por una elite criolla y mestiza, señaló Ambrosio Velasco,
director de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM.
Durante la mesa redonda
“Crisis de la nación en América Latina”, efectuada en el Aula Magna de esa
dependencia, resaltó que estas corrientes no buscan imponer un gobierno étnico
sobre otras poblaciones, sino reconstruir la nación mexicana, de manera que
convivan los demás grupos, pueblos y grupos sociales que habitan en el
territorio.
Ello se expresa en su lucha
por la autonomía, basada en una revaloración y exigencia de reconocimiento de
la pluralidad dentro del Estado. De ahí que la mesa de negociaciones sobre Derechos
y cultura indígenas de 1996 haya dado origen a una formulación jurídica
contenida en una iniciativa legislativa de reforma constitucional, agregó.
En su oportunidad, James D.
Cockcroft, de la Universidad Estatal de Nueva York, Estados Unidos, apuntó que
la globalización y la anexión de América Latina (AL) mediante un acuerdo
regional constituyen un nuevo imperialismo. El papel estatal es evidente, no
puede aducirse su destrucción, advirtió, pues su pérdida de vigencia carece de
sustento teórico o realista.
Definió a este colonialismo
como la expansión necesaria del capitalismo, en su etapa de dominación de las
monopolios de las inversiones. “Estados Unidos controla más de la mitad de las
mayores compañías y bancos en el mundo y es la razón económica de su gran
poder”.
Para extender y garantizar
este vasallaje es necesario el aumento militar y las guerras, y por eso nuestro
vecino del norte tiene bases castrenses en más de 130 países, incluida casi la
totalidad de AL, destacó el especialista.
La única solución a los
problemas creados por la mundialización es la socialización de los emporios y
sus sucursales en el continente y otras partes del orbe. Sólo alternativas bien
pensadas, organizadas y democráticas, adelantó, así como las alianzas entre
sociedades, pueden vencer tantos obstáculos.
A su vez, Marcelo Torres, de
la Universidad de Colombia, manifestó que la nación es la forma progresiva del
desarrollo económico social en la modernidad, es decir, del capitalismo, cuyas
dimensiones claves han sido el Estado nacional, el mercado interno y la cultura
propia; formas necesarias, indispensables y progresivas hasta cuando ese
contenido alcance la madurez.
La globalización es la
tendencia a integrar el planeta en una totalidad monetaria, política y
cultural. Esta modalidad connatural al flujo de divisas es simultánea al
movimiento proveniente de los siglos XV y XVI, que conformó la división
geográfica actual.
Cumplió un papel progresivo, a
pesar de operar con métodos propios de un sistema social que impone la
esclavitud asalariada, en sus dos grandes momentos de expansión universal: el
descubrimiento de América y la generalización del libre comercio británico del
siglo XIX.
Todo ello en contraste con el
papel que cumple la actual globalización imperialista, ruinosa y empobrecedora.
No obstante, tiene un aspecto positivo, pues ha puesto en marcha un movimiento
en su contra y ha organizado los cuestionamientos al modelo neoliberal.
Por su parte, Mario Miranda,
de la Universidad de Bolivia, destacó que en ese país se creó primero el Estado
y luego la nación. Este trastrocamiento de realidades históricas y políticas
generó conflictos intermitentes en el deslindamiento de los espacios
correspondientes. Su expresión más dramática se dio el año pasado.
Los cambios que provocó la
internacionalización y el movimiento endógeno de las mayorías étnicas formaron
un nuevo concepto nacional, relacionado con la estructura y funcionamiento de
un nuevo tipo de administración. Esta cuestión toral tuvo expresión concreta en
la exigencia de una nueva práctica política para buscar el reconocimiento
formal e institucionalizado de las nacionalidades y etnias postergadas, lo cual
implica la vigencia de una organización plurinacional y multiétnica.
Subrayó que las etnias
bolivianas buscan una organización donde puedan construir una nueva práctica
del modelo de democracia ética, en donde cada una de ellas –según su espacio
demográfico, la irradiación de su cultura y su participación en la economía del
país– puedan integrarse en una estructura estatal, sin exclusiones para nadie,
concluyó.
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FOTO 01
El profesor norteamericano James D.
Cockcroft señaló en la UNAM que el papel del Estado es evidente, no puede
aducirse su destrucción, pues su pérdida de vigencia carece de sustento real.
FOTO 02
Ambrosio Velasco,
director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, dijo que los
movimientos indígenas pueden entenderse como cuestionamientos a la noción
impuesta por las elites.