Boletín UNAM-DGCS-651
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A zonas que pueden resentir movimientos
telúricos de gran magnitud y pudiesen provocar daños en la Ciudad de México:
Arturo Iglesias Mendoza, del IGf
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Consideró que quizá la estructura que se
tiene en la costa de Guerrero no sea la más apropiada para usarla en otras
áreas
Es indispensable extender la
alerta sísmica a las regiones del país susceptibles de resentir movimientos
telúricos de gran magnitud, que pudiesen provocar daños en la Ciudad de México,
reconoció Arturo Iglesias Mendoza, investigador del Instituto de Geofísica
(IGf) de la UNAM.
Afirmó que la estructura
actual está preparada para informar sobre un terremoto de consideración
originado en las costas de Guerrero. Esto permitirá que los servicios de
protección civil y las autoridades tengan de 50 a 60 segundos para actuar,
siempre y cuando estén “enterados y atentos, pendientes de la radio o en contacto
con instituciones públicas”.
Al ofrecer la conferencia Sistemas
de alerta sísmica temprana: una oportunidad ante un gran temblor, dijo que ante
este tipo de incidentes es necesaria una cuidadosa y responsable planeación
para saber cómo responder en ese lapso. Esta cuestión interviene en el campo de
la sociología y en la disminución de riesgos.
“Debería ser una decisión
personal determinar los actos a seguir en cada lugar donde la persona se
encuentre en ese momento, y decidir qué hacer con ese minuto o con menos
tiempo. Es responsabilidad de cada capitalino”, aseveró.
Sin embargo, Iglesias Mendoza
reiteró que también deben ser de carácter público, y con ellas las
instituciones gubernamentales deben realizar su trabajo, como organizar
simulacros. Reconoció que es común que cada año, con motivo de la conmemoración
de los terremotos de 1985, se ensayen evacuaciones, aunque la sociedad en su
conjunto no entienda su utilidad.
En el auditorio Tlayolotl del
IGf dijo que, por ello, las instancias encargadas de la protección civil y las
autoridades deberían tener mayor conciencia del valor de contar con un sistema
de alerta sísmica única en el mundo.
Empero, la estructura que se
tiene en las costas de Guerrero quizá no sea la más apropiada para extenderla a
otros puntos. Cualquier esfuerzo para mejorarla o llevarla a otras regiones,
deberá ser bienvenido. Es necesario, añadió, analizar todas las opciones y
optar por la mejor.
Subrayó que se está “ante una
oportunidad única. Es una vigilancia con una ventaja enorme. Por un lado
detecta los sismos lejanos que causan daños en la zona metropolitana o en las
ciudades del centro del país; y por el otro, se cuenta con tiempo para
desarrollar una organización responsable y tomar decisiones acordes”.
Opinó que uno de los
principales intereses de la comunidad científica es extender su utilidad. Sería
factible una distribución geográfica óptima, mediante la instalación de
diversos sensores.
Este sistema cuenta con once
estaciones distribuidas en la brecha de ese estado. Sin embargo, para áreas de
igual tamaño o longitudes sobre la zona de contacto se debería tener el mismo
número de instrumentos.
Si se quisieran cubrir los
sismos que se originan en Michoacán o en Oaxaca, implicaría incrementar el
número de receptores. Lamentablemente, advirtió, es difícil hacerlo porque
representa un elevado costo de implementación, operación y mantenimiento.
Propuso construir dos anillos
de estaciones que rodearan la capital de la república, uno a 275 kilómetros de
distancia, hacia la costa, y otro quizá 100 kilómetros más retirado, de tal
forma que los movimientos localizados en esas zonas quedarían cubiertos en un
radio de 50 kilómetros.
El investigador universitario
explicó que el sistema de alerta temprana es un conjunto de elementos diseñado
para prever o mitigar riesgos antes de un evento.
Uno de ellos es utilizado
contra daños causados por fenómenos meteorológicos, como huracanes, ciclones,
lluvias torrenciales e inundaciones. Es importante porque el tiempo de ventaja
(el transcurrido entre el momento en que se avisa a la población con
posibilidades de ser afectada y cuando el fenómeno llega al lugar) permite
tomar acciones.
Otro se usa con fines
militares, completó. Cuando una nación dispara un misil contra otra se puede
detectar con anticipación y tomar previsiones, incluso lanzar otro artefacto
que lo intercepte.
Así, trata de determinar la
ocurrencia de un gran temblor con cierto grado de antelación y emitir una
advertencia que llegue antes de las ondas telúricas, y con ello evitar o
aminorar los perjuicios que puede provocar en una gran ciudad, finalizó.
–o0o–
Foto 1
Arturo Iglesias Mendoza,
investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, reconoció que es
indispensable extender la alerta sísmica a regiones del país susceptibles de
resentir movimientos telúricos.
Foto 2
El sistema de
alerta sísmica que opera en Guerrero pudiera no ser adecuado para aplicarlo en
otras zonas del país que también resienten movimientos telúricos, reveló el
investigador Arturo Iglesias Mendoza.