Boletín UNAM-DGCS-560
Ciudad Universitaria
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final del boletín
DEBE INCREMENTARSE EL APOYO PÚBLICO PARA LA CIENCIA: ROBERT HUBER, PREMIO NOBEL DE QUÍMICA
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En México es sustancialmente bajo en
comparación con otras naciones, afirmó el científico del Instituto Max-Planck
de Bioquímica, con sede en Alemania
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En la Facultad de Medicina reconoció
que en la UNAM “se hace una ciencia excelente, de alto nivel y prestigiada, de
escala internacional”, afirmó.
· Jaime Mas Oliva, titular del PUIS, explicó que las proteínas son, en términos sencillos, los “bloques” esenciales para la vida. De ahí la importancia de los trabajos de Huber
Para mejorar las actividades científicas en países como
México se requiere mayor soporte financiero público y es necesario su
incremento, porque es sustancialmente bajo en comparación con otras naciones,
afirmó Robert Huber, ganador del Premio Nobel de Química en 1988.
El científico del Instituto Max-Planck de Bioquímica, con
sede en Alemania, expuso que también se requiere propiciar el aumento del
número de estudiantes en las áreas científicas, el cual es reducido en
comparación con el número de habitantes.
En el auditorio Raoul
Fournier, refirió que, además, se debe impulsar el desarrollo de la industria,
como la química, lo que también permite promover ofertas de trabajos para los
alumnos.
Todo ello requerirá tiempo; se trata de un proceso largo,
auguró. Empero, siempre hay que puntualizar que la ciencia es necesaria, añadió
el especialista en la determinación de la estructura tridimensional de las
proteínas.
El Nobel dijo que conoce algunas de las investigaciones
que se realizan en esta casa de estudios y opinó que se hace un trabajo
importante. “Creo que se hace una ciencia excelente, de alto nivel y
prestigiada, de escala internacional”, afirmó.
El profesor Huber dictó en la
FM las conferencias Molecular machines for protein degradation (proteins as
nanodevices) y Aerobic and anaerobic life on carbon monoxide (metals in
proteins). En la primera se refirió a los principios básicos de cristalización
de proteínas y la importancia de tal proceso para obtener datos novedosos
acerca de su funcionamiento y estructura.
En la segunda se centró en la
importancia de los metales como cofactores para la actividad y estructura de
las proteínas. De hecho, hace cinco años descubrió que algunas utilizan al
monóxido de carbono como substrato para extraer energía.
Al respecto, Jaime Mas Oliva, titular del Programa
Universitario de Investigación en Salud (PUIS) y organizador de las
conferencias, explicó que las proteínas son, en términos sencillos, los
“bloques” esenciales para la vida. Ello se debe a que el código genético, que
contiene la información de cada individuo que habita este planeta, se traduce
en proteínas.
Esos “ladrillos” constituyen a
los seres vivos. Son esenciales para la extracción de energía de las moléculas,
fenómeno que permite el desarrollo de los organismos.
En un ser vivo superior, recordó el universitario, hay
dos mil o tres mil enzimas que son proteínas; si alguna de ellas no funciona bien,
el sistema puede entrar a una patología específica. “Esto habla de la fineza de
la regulación que llevan a cabo, las cuales pueden ser catalíticas (reacciones
de aprovechamiento de azúcares, grasas, etcétera) o las que sirven como bloques
para el crecimiento”.
De ahí la importancia de estudiarlas. El profesor Huber
lo ha hecho en sistemas de plantas, bacterias, enzimáticos y en mamíferos. Su
especialidad es la investigación de las proteínas desde el punto de vista
cristalográfico.
En 1988 obtuvo el premio Nobel
de Química, junto con dos colaboradores, por haber descrito por primera vez al
centro catalítico fotosintético de las plantas en forma cristalográfica.
En la actualidad, las implicaciones del conocimiento de
las proteínas en el área médica se ha incrementado, ya que cuando su
funcionamiento o producción falla, se propician infinidad de enfermedades,
expuso Mas Oliva.
La medicina de avanzada, científica, genómica, se centra
en el funcionamiento de las proteínas. En ellas se reemplazan genes para que
dentro de la maquinaria celular se produzcan esas sustancias que no se están
formando, o se creen otras nuevas, de modo que el organismo responda
adecuadamente, expresó.
“Sería fantástico –abundó- que de forma eventual los
diabéticos pudieran adquirir un nuevo gene para producir la proteína de la
insulina y revertir así el padecimiento, por ejemplo. Hay decenas de protocolos
de investigación que caminan en ese sentido terapéutico”.
El funcionario opinó que para los estudiantes de la UNAM
es una motivación contar con la visita del Nobel. “Es agradable tener un
ejemplo de trabajo de toda una vida. No sólo para conocer cómo se deben
estudiar estos sistemas, sino cuál es la filosofía que uno puede seguir. A
pesar de haber ganado el Premio Nobel, Huber no se ha conformado, sigue
haciendo descubrimientos”.
En una tercera plática, a
realizarse mañana, Protein structures at the interface of chemistry, physics
and biology, Robert Huber se dirigirá a investigadores y estudiantes de
posgrado en el auditorio “Nabor Carrillo” de la Coordinación de la
Investigación Científica.
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PIES DE FOTO
Foto 01
Robert Huber, Premio Nobel de
Química 1988, visitó la Facultad de Medicina de la UNAM, donde habló sobre sus
investigaciones sobre cristalización de proteínas.
Foto 02
Para mejorar las actividades científicas en países como México se requiere incrementar el apoyo público para la ciencia, advirtió en la UNAM Robert Huber, Premio Nobel de Química 1988.