Boletín UNAM-DGCS-513
Ciudad Universitaria
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final del boletín
AGOTADO EL TLCAN; MÉXICO DEBE DIVERSIFICAR SU COMERCIO EXTERIOR: GAZOL SÁNCHEZ
·
Países que no son vecinos de Estados Unidos
y no han firmado tratado alguno, superan a nuestra nación, aseguró el economista
universitario Antonio Gazol
·
Ha contribuido a aumentar la concentración
de la actividad económica en nuestro país, aseveró
El
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) “se agotó” y dejó de ser un factor de estímulo para la
economía nacional, dijo Antonio Gazol Sánchez, profesor de la Facultad de
Economía de la UNAM, al señalar que nuestro país debe considerar como asunto de
“seguridad nacional” la diversificación de su capitalización y comercio
exterior.
Precisó
que el acuerdo “ya dio de sí todo lo que debía dar”, en sus dos funciones
básicas: la de ser promotor de oferta exportable e imán de la inversión
extranjera directa orientada hacia fines productivos. “En ambos temas, añadió,
países no vecinos y sin tratado alguno han superado a México”.
Durante
los diez años que lleva en vigor, argumentó, ha sido evidente que no ha sido
acompañado por políticas públicas internas, en rubros como industria, comercio,
tecnología, fisco o ramo agropecuario, para mitigar sus inevitables impactos
negativos –como se observa en algunos sectores del campo, por ejemplo–, o para
potenciar los positivos, y obtener recursos para compensar a sus partes.
Precisó
que no sólo se dejó en manos del mercado la distribución de la plusvalía y de los eventuales beneficios del Tratado, sino que se le
delegó la responsabilidad de ordenar la actividad económica y de procurar los
cambios estructurales de todo proceso de desarrollo.
Al
respecto, aclaró que no podía esperarse más de este instrumento, sobre todo, si
se considera el reducido nivel arancelario que ya existía, previo a su puesta
en marcha, lo que refleja que los efectos ya habían sido absorbidos por las
respectivas sociedades.
Desde
su óptica, sí ha habido un aumento en el comercio con Estados Unidos por esta consecuencia,
pero obedece al marco de certidumbre que significó, más que por abatir las
tarifas aduanales.
Así,
abundó, la composición de las exportaciones sugiere una influencia parcial del
acuerdo, toda vez que las ventas de maquiladoras e industria automovilística
son anteriores a su suscripción; pero ella las consolidó.
En
la maquila las ventas crecieron al 18.1 por ciento anual entre 1984 y 1993,
frente a 12.8 de diez años después, mientras que las del ramo vehicular
alcanzaron 22.5 por ciento en la década previa al acuerdo comercial y se
ubicaron en 15.2 en el decenio siguiente.
Otro
aspecto de los envíos hacia la Unión Americana es que hay una tendencia a la
concentración en unos cuantos sectores, como el electrónico, automotriz, así como máquinas, aparatos y artefactos
mecánicos, textiles y de la confección, informó.
Ello
refleja que el TLCAN contribuyó a centralizar la actividad económica y la
generación de riqueza, sin contener los instrumentos para procurar su
distribución, lo que va más allá de las limitaciones de una zona con estas
características, continuó.
Subrayó
que los flujos de inversión extranjera directa proveniente de Norteamérica
registraron un alza a raíz de la entrada en vigor del acuerdo en 1994, pues el
promedio anual entre 1984 y 1993 ascendió a mil 900 millones de dólares, en
tanto que de 1994 a 2002 registró siete mil millones, aún sin considerar los 12
mil millones por la adquisición de Banamex por parte de City Bank en 2001.
Sin
embargo, dijo, esto no se ha reflejado en el conjunto, ya que entre 1984 y 1993
la tasa media anual de crecimiento del
Producto Interno Bruto registró 2.3 por ciento y un 2.5 en la década siguiente.
En
1958, explicó, el salario mínimo era 58 por ciento más alto que en 1993, y en
2003 era 21 por ciento inferior al de una década anterior. La tasa de desempleo
abierto es hoy mayor a la de los años precedentes al inicio del TLCAN o, como
en los casos de 1993 y 1994, sólo de rango similar, en el orden de 3.3 a 3.6
por ciento.
Existen,
apuntó, tres escenarios que pueden preceder al Tratado y todos son
preocupantes: de inercia, renegociación
o el comienzo de un camino hacia el mercado común, el cual provocaría mayor
aglutinamiento.
Por
ello, concluyó, es necesario que el país sea competitivo, rearticule sus
cadenas productivas, se especialice en sectores y deje atrás la dependencia de
mano de obra barata.
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Foto 01
El TLCAN “ya dio
todo lo que debía dar”, por lo que México debe diversificar sus relaciones
comerciales con el exterior, aseguró el economista universitario Antonio Gazol.
Foto 02
El profesor de la
Facultad de Economía de la UNAM, Antonio Gazol, aseveró que el TLCAN no ha sido
acompañado por políticas públicas internas, en rubros como industria, comercio,
tecnología, fisco o actividad agropecuaria.