Boletín UNAM-DGCS-508
Ciudad Universitaria
INVESTIGADORES UNIVERSITARIOS ESTUDIAN TOXINAS QUE AFECTAN A BAÑISTAS
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Analizan al “dedal”, una pequeña medusa cuyo
contacto con el hombre produce dermatosis
·
Aparece en las aguas del Caribe mexicano
durante la primavera, señaló Lourdes Segura Puertas, del Instituto de Ciencias
del Mar y Limnología de la UNAM
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Se ha incrementado el número de personas
afectadas, a consecuencia del creciente interés por la práctica de deportes
acuáticos
Científicos universitarios estudian la naturaleza
química de las toxinas del “dedal”, un organismo marino que al tener contacto
con el hombre produce una dermatosis conocida como “erupción del bañista”.
Además analizan sus mecanismos de acción celular, para conocer todos sus
efectos.
Este
grupo de investigación puede considerarse pionero en un campo relativamente
nuevo en México: la toxicología de cnidarios, un grupo de animales sin
esqueleto, que incluye a corales, anémonas, hidrozoarios e hidras de agua
dulce, señaló Lourdes Segura Puertas, del Instituto de Ciencias del Mar y
Limnología de la UNAM.
Explicó
que la Linuche unguiculata es una pequeña medusa con apariencia de un dedal de
costura que aparece en las aguas del Caribe mexicano durante la primavera.
El
contacto accidental produce una inflamación cutánea caracterizada por la
aparición de pequeñas ronchas de color rojizo acompañadas de ardor y escozor,
que pueden evolucionar y convertirse en pústulas, reveló.
La
intensidad de las lesiones es variable, añadió, pueden ser aisladas y escasas,
o formar cuadros graves acompañados de fiebre, cefalea, diarrea, náusea y
vómito, particularmente en los niños.
Cuando
son leves recomendó el uso de cremas o lociones calmantes. Consideró importante
evitar frotarse las zonas afectadas, porque pueden evolucionar hasta generar
infecciones. Los antihistamínicos orales han ofrecido buenos resultados En
casos graves se han utilizado esteroides tópicos o sistémicos con resultados
parciales.
Reconoció
que hasta el momento no se ha encontrado un tratamiento eficaz para revertir
totalmente los síntomas ocasionados por la erupción del bañista.
A
decir de la especialista, no se puede considerar al “dedal” como peligroso,
pues no ha habido consecuencias fatales por la aproximación accidental con este
organismo. Sin embargo, se ha incrementado el número de afectados a
consecuencia del creciente interés por la práctica de deportes acuáticos.
Segura
Puertas explicó que este importante grupo de invertebrados posee numerosos
organelos urticantes o nematocistos, que actúan como jeringas microscópicas que
inyectan toxinas al chocar con una superficie.
Su
tamaño varía de unos cuantos milímetros hasta 2.5 centímetros de diámetro. Se
caracterizan por poseer un color café oscuro, debido a la presencia de
numerosas algas simbióticas, que le proporcionan parte de sus requerimientos
energéticos.
Es
abundante en la región tropical del Atlántico occidental, particularmente a lo
largo del Caribe, en las aguas de Cuba, en los Cayos de Florida, Estados
Unidos, y las Bahamas. Se observa también en el archipiélago Malayo, Filipinas,
en la zona norte de Australia y en São Paulo, Brasil.
De
acuerdo con la investigadora, se han propuesto una serie de medidas preventivas
para evitar y, en su caso, aminorar la reacción cutánea producida por estas
medusas.
Sugirió
usar trajes de neopreno o lycra, ya que los nematocistos no atraviesan estos
materiales; evitar bañarse con agua dulce luego de una exposición; cambiarse
tan pronto como sea posible y aplicarse vinagre para neutralizar la descarga de
los adheridos a la piel. Es importante lavar el traje de baño con detergente,
enfatizó.
Recordó
que la “erupción del bañista” fue mencionada por primera vez en la literatura
científica mexicana en 1939; no obstante, el agente causante permaneció
prácticamente desconocido hasta 1994, cuando se identificó a la larva plánula
del “dedal” como el agente causante de esta afección, a raíz de un brote que
afectó a más de 10 mil personas en las costas de Florida, durante la primavera
y el verano de 1992.
Informó
que las observaciones sentaron las bases para iniciar una serie de estudios
sobre sus efectos tóxicos y el conocimiento de la naturaleza química de sus
toxinas.
Estos
trabajos estimularon la colaboración con especialistas de otros campos y se
conformó un grupo de investigación interdisciplinario en donde se incluyeron
biólogos marinos, bioquímicos, médicos y dermatólogos, concluyó Segura Puertas.
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