Boletín UNAM-DGCS-491
Ciudad Universitaria
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HABRÍA CONTRIBUIDO LA RADIACIÓN AL ORIGEN DE LA VIDA
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Alicia Negrón Mendoza, del Instituto de
Ciencias Nucleares, explicó que fue una transición gradual de las moléculas
inorgánicas simples a otras complejas y vitales
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Los primeros seres vivos aparecieron hace 3
mil 500 millones de años, expuso durante la Tercera Reunión Anual de la
Sociedad Mexicana de Astrobiología
La radiación pudo jugar un papel importante en la
síntesis de los compuestos esenciales para el origen de la vida, afirmó Alicia
Negrón Mendoza, integrante del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la
UNAM.
Al participar en la Tercera Reunión Anual de la
Sociedad Mexicana de Astrobiología, la científica aseveró que ha habido
evolución química desde la formación de la Tierra hasta la aparición del fósil
más antiguo que se conoce. Se trata de la transición gradual de las moléculas
inorgánicas simples que formaban, por ejemplo, las atmósferas planetarias, a
otras complejas y vitales.
Se
dio en un período de síntesis que requirió de varias fuentes de energía: la
solar fue la principal, pero hubo otras en la naturaleza, como el calor de
volcanes, descargas eléctricas y radiación de materiales, añadió.
Los
primeros seres vivos aparecieron hace 3 mil 500 millones de años. Los
científicos Alexander Oparin y John Haldane comenzaron a investigar cómo se
formó dicha unión, pues a pesar de su diversidad, los organismos comparten un
origen común, la universalidad del código genético, explicó.
A mediados del siglo pasado se estableció que las
moléculas de importancia biológica actual también fueron básicas en el origen
de la vida. “Por eso se buscan aminoácidos, carbohidratos y demás”, no sólo en
el ámbito terrestre, sino en otros cuerpos celestes, refirió.
En el laboratorio, dijo, pueden recrearse las
condiciones “ideales para iniciar una serie de procesos químicos”. Los
ambientes primigenios de la Tierra creados deben existir en la naturaleza.
Un matraz, en este caso, tendría el papel de la
superficie. Se necesitan también materias primas –como los componentes
atmosféricos– y una fuente de energía abundante, accesible y eficiente para
inducir reacciones, además de estar distribuida en toda la corteza, como la
radiación ionizante, precisó.
En sus investigaciones, la universitaria decidió usar
esta magnitud porque “el mundo, la naturaleza es, en esencia, radioactiva” y
provoca cambios en los elementos, indicó. Los hay de ese tipo distribuidos en
todas partes, incluyendo los rayos cósmicos y el viento solar, y existieron en
el planeta desde su origen.
Además, en sus trabajos utiliza arcillas porque
facilitan la condensación o polimerización de moléculas, y son geológicamente
relevantes, pues se encuentran en todos los puntos del orbe. También protegen a
las estructuras que absorben.
Es decir, agregó, “se estudia la radiólisis o
descomposición por radiación de compuestos de importancia biológica y su
absorción en esa mezcla terregosa y
fenómenos de superficie”.
Negrón Mendoza sostuvo que para entender la
antigüedad y evolución de la vida se requieren estudios sobre astrobiología,
así como para determinar el panorama que tuvo la Tierra primitiva y la
ocurrencia de síntesis abióticas, es decir, en un medio donde no es posible la
vida, a escala universal. De ahí el interés de estudiar otros cuerpos celestes,
como Marte.
Por ahora, abundó, se han encontrado asociaciones
importantes para esta cualidad, entre ellos, los aminoácidos. Pero un organismo
es más que la suma de sus partes. “No se ha descubierto el mecanismo que
englobe y haga una diferencia clara entre un sistema prebiológico y otro
completamente abiótico”. Esa es la meta por alcanzar.
Con base en el conocimiento que arrojan las ciencias
desde el punto de vista astronómico, biológico, químico y geológico, “podemos
llegar a reconstruir y entender más del ambiente primigenio que evolucionó al
actual”, finalizó Alicia Negrón.
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PIES DE FOTO
Foto 01
Pudo la radiación contribuir al
origen de la vida, mediante la síntesis de compuestos esenciales, aseguró la
investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, Alicia Negrón
Mendoza.
Foto 02
La investigadora universitaria
Alicia Negrón Mendoza aseveró que los primeros seres vivos aparecieron hace
tres mil 500 millones de años, cuando diversas moléculas evolucionaron a formas
más complejas.