Boletín UNAM-DGCS-437
Ciudad Universitaria
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PRESENTAN PROBLEMAS DE INFERTILIDAD MILLONES DE PERSONAS EN MÉXICO
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En la mesa de trabajo “Género y ética en la
fertilización asistida”, en el CEIICH, especialistas explicaron que las
tecnologías han sustituido procesos como la fecundación
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La coordinadora, Lorenza Robles Tapia, dijo
que los métodos más recurridos son la estimulación ovárica y la inseminación
artificial
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Las innovaciones eliminan contacto físico y
coito, condiciones indispensables para la procreación: Javier Flores, de la
Facultad de Medicina
Entre el 5 y 30 por ciento de
la población mundial enfrenta problemas para procrear, según datos de la
Organización Mundial de la Salud. En México se calcula que la incidencia podría
abarcar de 2.4 a 4.6 millones de personas, aseguró Lorenza Robles Tapia, del
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
(CEIICH) de la UNAM.
Ante ese panorama, añadió la
también coordinadora de la mesa de trabajo “Género y ética en la fertilización
asistida”, efectuada en esa dependencia universitaria, las tecnologías han
sustituido procesos biológicos clave, como la fecundación. No sólo eso; también
ha cambiado el número de participantes en el transcurso de reproducción y a la
pareja tradicional se suma el donador de óvulos o espermatozoides.
Con ello se transforman las
relaciones de parentesco y la organización social. “Al modificarse esas formas
de asociación, se está en los umbrales de una evolución en las estructuras
colectivas basadas en la reproducción”, añadió Javier Flores, profesor de la
División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Medicina.
Robles Tapia reveló que en
regiones como Europa el 5 por ciento de los nacimientos son resultado de
técnicas de germinación asistida. Los métodos más recurridos son la
estimulación ovárica y la inseminación artificial, aunque también existen
estudios relativos a la selección de sexo, que también se hace en México.
Aseguró que quienes que
acuden a las clínicas especializadas no son sólo aquellos con problemas de
fertilidad, sino jóvenes solas, no emparejadas, que desean procrear. O bien,
personas que por causas biopsicosociales no han podido engendrar, o quienes en
un momento se esterilizaron –hombres vasectomizados o mujeres con las trompas
de Falopio ligadas– y ahora desean reproducirse.
También parejas que no quieren
descendencia en ese momento, pero sí preservar sus embriones para el futuro, o
señoras maduras que dejaron atrás su etapa reproductiva y quieren hijos.
La primera y más importante
alternativa es la adopción; aunque, no se deja de lado, incluso, recurrir a
hierbas medicinales, acupuntura u homeopatía, indicó.
La infertilidad, presente en
la historia, simboliza “lo seco, lo que no da fruto”. No debe verse como un
problema de salud, aunque puede asociarse con el tabaquismo, contaminantes,
enfermedades de transmisión sexual, entre otras causas. En contraste, la
procreación ha sido un deber ser de la condición femenina. Simboliza el clímax
de su existencia, refirió.
Para hacer frente a las
controversias generadas por los tratamientos de reproducción asistida, la
especialista propuso dotar de información a los pacientes, crear grupos y redes
de apoyo, incluso por Internet; formar comités interdisciplinarios de bioética
o un consejo consultor para analizar los casos y técnicas conforme a cada
asunto; investigaciones interdisciplinarias, entre otros. Además, “que sea un
derecho y llegue a todas las clases sociales”.
Javier Flores expuso que
tecnologías como inseminación artificial, fertilización in vitro,
transferencias de espermatozoides y preservación de gametos tienen efectos. El
primero y más impresionante es la eliminación del contacto físico, del coito,
que había sido condición indispensable para la germinación.
El también divulgador refirió
que el motor de los avances científicos y tecnológicos en este campo es el
combate a los diferentes tipos de infertilidad. A cada tipo corresponde una
técnica en particular.
A finales del siglo pasado y
en lo que va del actual surgió la transferencia de citoplasma, en donde se
inyecta una porción de esa parte de la célula proveniente de un óvulo donador,
en otro de una mujer infértil, añadió.
Empero, en esa fracción hay
distintos organelos, como la mitocondria, que también contiene ADN. De esa
forma, los nuevos seres humanos poseen información genética de tres personas.
“Eso involucra problemas éticos. Hasta el año 2000 había reportados 40 niños
nacidos con esta técnica”, indicó.
Con las nuevas tecnologías,
además, se modifica el tiempo reproductivo, la edad fértil. En cualquier época
se pueden tener vástagos, reveló.
Otra es la clonación. Este
proceso consiste en quitar el núcleo a un óvulo, que es sustituido por otro
tomado de una célula cualquiera de otra persona, explicó. Luego se produce la
división celular, hasta que el blastocisto, o conjunto formado entre 60 y 150
células puede dar lugar a diferentes tejidos especializados: neuronas, células
hepáticas, del corazón, entre otras.
Esta técnica, en su uso
terapéutico, es una posibilidad de atender distintas enfermedades, como el
Parkinson, con la ventaja de que los trasplantes serían compatibles, sin
problemas de rechazo como ocurre en los procedimientos convencionales.
En el caso de la clonación
reproductiva, al usarse el ADN del donador, el resultado sería un nuevo ser
genéticamente idéntico a él mismo. Sin embargo, afirmó Flores, hasta ahora no
se ha reportado el nacimiento de ningún ser humano clonado y pasarán muchos
años para que así ocurra.
A pesar de que en teoría sería
posible lograrlo, ha habido un gran rechazo social. Lo que ahora sí existe son
embriones humanos clonados para la producción de células, argumentó.
En su modalidad reproductiva
no se requeriría del espermatozoide. Se necesita un óvulo y el núcleo de una
célula somática. Se entraría “a un escenario donde habría una ausencia de
componentes masculinos. Aquí, no sólo el óvulo es modificado al ser desprovisto
de su núcleo, sino que no hay fecundación”, adujo.
El número de participantes
biológicos en el proceso cambia. Puede ser uno solo y hasta tres: la donadora
del óvulo, la del núcleo y la madre subrogada, enfatizó.
Desde el punto de vista médico
y científico, aclaró Javier Flores, hay objeción porque los estudios hechos en
animales muestran que su eficiencia es baja. Se crea un número grande de
embriones, pero sólo una mínima cantidad tiene éxito. El tiempo de gestación es
prolongado y se han encontrado anomalías en el desarrollo fetal, abortos,
muerte materna o del recién nacido. Por ello, finalizó, mientras no se logren
resolver estos asuntos habrá oposición a su práctica.
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Foto 1
Lorenza Robles Tapia, del Centro de
Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, dijo
que de 2.4 a 4.6 millones de personas en México tienen problemas para procrear.
Foto 2
Javier Flores, profesor del posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, dijo que al modificarse las relaciones de parentesco se transforma a la par la organización social.