06:00 hrs. Abril 2 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-247

Ciudad Universitaria

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ALARMANTE LA PÉRDIDA DE ESPECIES EN EL PLANETA

 

·        Alejandra Alvarado Zink, de Universum, mencionó que se calcula que cada año desaparecen 50 mil especies

·        Se vive la sexta extinción masiva en la historia del planeta, advirtió

·        Cuando un ejemplar es capturado para su comercialización está en riesgo la conservación de su especie: Dulce María Brousset, académica de la FMVZ

 

En la actualidad sólo se conserva el 0.1 por ciento de la diversidad de especies que han habitado la Tierra. Es decir, la gran mayoría de los seres vivos del planeta han desaparecido. “No se debe contribuir a extinguir ese mínimo porcentaje”, alertó Alejandra Alvarado Zink, integrante del Museo de las Ciencias Universum.

 

Al participar en Balam, Semana de Especies en Extinción, organizada por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, Alvarado Zink agregó que de acuerdo a estudios realizados por el estadounidense Edward Wilson, creador de la teoría de la sociobiología, se calcula que cada año mueren 50 mil especies.

 

En la actualidad se tienen registradas 1.7 millones de variedades de organismos, pero se calcula que debe haber en realidad entre 10 y 100 millones. Sin embargo, se pierden al destruir las selvas tropicales húmedas, como las de Chiapas o Veracruz, donde sólo quedan “manchones”.

 

Hoy se vive la sexta extinción masiva en la historia del planeta, advirtió. Antes hubo otras, como la que acabó con los dinosaurios. La actual es resultado de la destrucción de los ecosistemas, de la sobreexplotación de especies y de los recursos naturales, como el agua o minerales, y la explosión demográfica. “Algunas especies animales sólo cuentan con 225 individuos, mientras que la población humana alcanza miles de millones”.

 

Además, se enfrenta el incremento de las zonas para agricultura y ganadería, así como la contaminación, incluso espacial, pues se deja orbitando la chatarra satelital.

 

Las especies en peligro, precisó, son aquellas cuya área de distribución en el territorio ha disminuido drásticamente y pone en riesgo su reproducción natural. Se les cataloga así cuando oscilan entre 251 a mil ejemplares.

 

Desde el siglo XVII, señaló Alvarado Zink, han perecido 226 clases de vertebrados por causas humanas. Recientemente se registraron casos de mamíferos fenecidos, como la cabra de los Pirineos en 1999, siete especies de anfibios, 80 de moluscos, 69 de insectos y siete de crustáceos, registrados en el Libro rojo, un catálogo de especies desaparecidas, en peligro de extinción o seriamente amenazadas.

 

Una de las características de este proceso es que el patrimonio biológico, el material genético de los organismos, se pierde para siempre.

 

Las grandes extinciones en la historia del planeta obedecieron a diferentes causas, como fenómenos climáticos globales. La actual, empero, proviene de la civilización. Ante esa situación, “se deben cambiar los hábitos de consumo, medios de transporte, industria, reciclar materiales como el petróleo y sus derivados, como el plástico, y utilizar energía alternativa”, advirtió.

 

Al respecto, Dulce María Brousset Hernández, académica de la FMVZ, señaló que las especies silvestres forman un mercado potencial. En nuestro país existe una antigua tradición de tener fauna silvestre como compañía, por ejemplo, aves canoras y de ornato.

 

Así sucede por diferentes razones. Una de ellas es la moda, cuando en programas televisivos o películas aparecen animales con relación cercana a las personas, como hurones, guacamayas o cacatúas. También se asocia con un nivel de estatus cuando, por ejemplo, se posee un gran felino en lugar de un perro.

 

Se adquieren por simple curiosidad o porque se expenden al borde de las carreteras. Cuando ello ocurre se considera que el ejemplar capturado pone en riesgo la conservación de su especie; comprarlo sólo anima este comercio.

 

A pesar de ello, en el mercado se encuentran animales para todos los gustos, presupuestos e intereses: invertebrados, peces, anfibios (incluso venenosos), aves nativas y exóticas, reptiles y mamíferos. Debe advertirse a los compradores que ninguno es doméstico; aunque se críen en cautiverio mantienen una conducta “natural”, y podrían presentar problemas conductuales y ser agresivos.

 

La gran mayoría de las mascotas enferma o muere porque no hay conocimiento para mantenerlos ni disposición para pagar el costo de alimentación o instalaciones que requieren. Además, agregó, no se dispone de dietas específicas, pues muchos de ellos consumen presas vivas, para los cuales no hay sustitutos. Con el tiempo registran deficiencias nutricionales.

 

Otros seres, para su estancia en cautiverio, requieren un control en la temperatura del ambiente, como reptiles, anfibios y peces, o bien, necesitan jaulas especiales, inversión que pocas veces es considerada al momento de la adquisición.

 

Dulce María Brousset dijo que el médico veterinario tiene la obligación de ofrecer información al comprador y actualizarse. Debe conocer la anatomía y fisiología de cada especie, y estar al tanto de su origen y situación legal: “Saber los requerimientos para su mantenimiento en cautiverio: albergue, temperatura, alimentación, espacios mínimos vitales; pero también ofrecer una atención médica de calidad y reconocer los riesgos de salud pública que implica poseer fauna silvestre”, concluyó.

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Foto 1

La gran mayoría de los seres vivos en el planeta ha desaparecido y no se debe contribuir a extinguir las especies restantes, alertó Alejandra Alvarado Zink, del Museo de las Ciencias Universum.

 

Foto 2

Dulce María Brousset, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, señaló que las especies silvestres forman un mercado potencial, pero su compra pone en peligro su conservación.