Boletín UNAM-DGCS-244
Ciudad
Universitaria
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Pies de fotos al final del boletín
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También está en los primeros lugares en
homicidios y violaciones, de acuerdo con cifras de la ONU e Interpol, afirmó
Patricia Valladares, de la FES Iztacala
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Dijo que el 42 por ciento de los delitos
denunciados en México ocurren de forma violenta
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Tanto en países industrializados como en
vías de desarrollo, las mujeres entre 15 y 44 años pierden de uno a cinco años
de vida saludable por agresiones y vejaciones domésticas
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Por su parte, María Jesús Izquierdo, de la
Universidad Autónoma de Barcelona, España, sostuvo que la democracia requiere
del ejercicio de la autoridad para garantizar su preservación
México ocupa el tercer lugar
mundial en robo con violencia, el octavo en homicidios y el sexto en
violaciones, según cifras de diversas organizaciones como la ONU y la Interpol,
y la población es tres veces más agresiva que la media mundial, informó
Patricia Valladares de la Cruz, de la Facultad de Estudios Superiores (FES)
Iztacala.
Al participar en la
conferencia Hacia la civilización de la violencia, organizada por la Facultad
de Derecho (FD) y el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG),
agregó que el 42 por ciento de los delitos denunciados en México ocurren con
brusquedad.
“Todos somos violentos si
estamos en las condiciones para ejercer alguna agresión. El problema no es el
conflicto sino que este se resuelva con la fuerza. Existe porque tiene un valor
funcional, para mantener la situación”, apuntó.
Además, en nuestro país el 30
por ciento de las mujeres que viven en pareja han sufrido algún tipo de
vejación física, y en la zona metropolitana de la ciudad de México al año se
atienden 115 mil víctimas de rudeza doméstica y unas 400 mujeres mueren por esa
misma razón.
En el auditorio “Eduardo
García Máynez” de la FD, Patricia Valladares comentó que según estimaciones,
tanto en países industrializados como
en los que están en vías de desarrollo, el sector femenino de entre 15 y 44
años pierde de uno a cinco años de vida saludable por violaciones y brutalidad
doméstica.
La carga de salud que
representa este maltrato es comparable con la generada por enfermedades como el
Virus de Inmunodeficiencia Adquirida, tuberculosis, cáncer y padecimientos
cardiovasculares.
Incluso, dijo, en muchos
países por esta causa se pierde hasta el 5 por ciento del Producto Interno
Bruto. Ese es uno de los principales factores de muerte en la población de 15 a
44 años, y es responsable del 14 por ciento de los decesos masculinos y del 7
por ciento de los femeninos. En un día fallecen mil 424 personas por homicidio,
casi una por segundo, unas 35 mueren cada hora como consecuencia directa de los
conflictos armados, y una se suicida cada 40 segundos.
En el siglo XX, unos 191
millones de personas perdieron la vida por acciones bélicas. La violencia es un
fenómeno omnipresente en la historia de la humanidad, la cual ha estado marcada
por guerras mundiales, terrorismo, narcotráfico, secuestros, etcétera.
Es, básicamente, una
manifestación de poder y dominación con la intención de controlar a los otros u
otras, ya sea como individuos, grupos o naciones. Su utilización ha pretendido
ser justificada por la obtención de los fines que se persiguen, refirió la investigadora
universitaria.
A su vez, María Jesús
Izquierdo, de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, comentó que la
democracia requiere del ejercicio de la autoridad para garantizar su
preservación; es decir, violencia y democracia están asociadas porque, en
ocasiones, hay opositores a este proceso, que la pervierten, se oponen a ella y
la obstaculizan, ante lo cual es necesario tener capacidad de respuesta.
Señaló que esta forma de
gobierno ha sido construida bajo la idea de qué se hace a partir de individuos
libres, iguales, autosuficientes y autónomos que interactúan, acuerdan y
pactan.
Empero, la percepción básica
de autonomía es falsa, porque la gente siempre necesita de los demás, no nace
por generación espontánea, ni será productiva toda la vida. Se ha construido un
modelo en el que el ciudadano es autónomo y no dependiente. Esa ficción se
mantiene escondiendo la miseria, la precariedad y la necesidad de cuidados.
Subrayó que la sociedad se
estructura de un modo en que la posibilidad del maltrato no es una eventualidad
rara sino que es constitutiva de la estructura de relaciones. Con esta forma de
orden no cabe sino esperar violencia de los hombres contra las mujeres, y en
ese sentido, aún es poco el que se produce hoy día.
Si se le da un amplio poder a
los varones y si no hay más agresión es porque estos vencen la lógica de lo
social y actúan moralmente. A pesar de que las condiciones sociales
facilitarían al hombre tratar a sus contrapartes como esclavas domésticas y
sexuales, la mayoría no lo hace, indicó.
Dada la perversidad del
sistema de relaciones, que es intrínsecamente perversa, hay menos atropellos
contra dicho sexo de la que cabría esperar. En España, informó la especialista,
cada año perecen de 70 a 90 mujeres a manos de sus novios. Cuando el maltrato
doméstico contra ellas es muy visible, expresa la debilidad del patriarcado, no
su poderío.
La violencia contra ese sector
no es atribuible a diferencias sexuales o a que el varón tenga un gen
enloquecido que lo impulse a “machacar” a toda mujer que se encuentran y se les
resiste. No es por ser del otro sexo que maltrata, sino por ser hombre,
entendido como sujeto social.
María Jesús Izquierdo resaltó
que el ser humano es capaz de expresar ideas y producir pensamientos, por lo que
no hay violencia más humana que aquella que afecta la capacidad de pensar.
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FOTO 1
En la Facultad de
Derecho de la UNAM, la académica e investigadora María Jesús Izquierdo, de la
Universidad Autónoma de Barcelona, España, ofreció la conferencia Hacia la
civilización de la violencia.
FOTO 2
Patricia
Valladares, de la FES Iztacala, aseguró que la carga de salud que representa el
maltrato a mujeres se equipara con enfermedades como el VIH, tuberculosis,
cáncer y padecimientos cardiovasculares.