Boletín UNAM-DGCS-185
Ciudad Universitaria
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PREVALECE EN MÉXICO SEGREGACIÓN OCUPACIONAL DE LAS MUJERES: FLÉRIDA GUZMÁN
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En su contratación todavía permean
cuestiones de género, señaló la académica del PUEG
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Se debe lograr la intervención de ambos
sexos en las responsabilidades de la familia y la producción doméstica,
consideró Concepción Martínez, de la organización Equidad de género, trabajo y
familia
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Participaron en la mesa redonda Las mujeres
en el trabajo: ¿qué tanto se ha ganado y qué tanto se ha perdido?, efectuada en
el IIEc de la UNAM
Aún cuando se incrementa en el
país la participación económica de las mujeres, prevalece la segregación
ocupacional para este sector de la población, aseveró Flérida Guzmán,
investigadora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG).
A la hora de emplearlas, dijo,
hay factores de género que permean su contratación, sostuvo al participar en la
mesa redonda Las mujeres en el trabajo: ¿qué tanto se ha ganado y qué tanto se
ha perdido?, efectuada en el auditorio “Ricardo Torres Gaitán” del Instituto de
Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
Por ejemplo, abundó, en las
maquilas se recomienda contratar empleadas porque son “cuidadosas, de manos
chicas, obedientes, sumisas y aceptan malas condiciones de trabajo, bajos
salarios y horarios discontinuos”.
En términos generales, los
sueldos de hombres y mujeres son diferentes porque “nosotras nos concentramos
principalmente en ocupaciones de menor categoría como maestras, trabajadoras
domésticas, secretarias y dependientas en tiendas o comercios”.
Así, indicó, a pesar de su
intervención en el mercado laboral y que su ingreso les da autonomía, todavía
se debe promover la equidad de género y establecer un vínculo entre el trabajo
doméstico y el profesional.
En su oportunidad, Concepción
Martínez, integrante de la organización Equidad de género, trabajo y familia A.
C., consideró que el tema ocupacional debe registrar cambios en dos
direcciones: lograr la participación de ambos sexos en las responsabilidades de
la familia y en la actividad doméstica; así como buscar el desarrollo pleno de
este sector en la producción y la apropiación del beneficio social en
condiciones de igualdad.
Las mujeres, señaló, deben
incorporarse cada vez más a las tareas especializadas, pero los varones deben
hacer lo mismo al interior del hogar, pues mientras ellos le dedican a ese
quehacer 10.3 horas semanales en promedio, ellas ocupan alrededor de 27.4
horas.
Destacó que la apuesta es que
las jóvenes alcancen una mayor escolaridad, para facilitar su progreso. Estas
nuevas generaciones ya intervienen activamente en el mercado laboral, en la
política y, sobre todo, están más separadas del trabajo casero, subrayó.
Por su parte, Patricia
Rodríguez, investigadora del IIEc, dijo que la tasa de desempleo femenino
siempre es más alta en comparación con la de los hombres: “Esto se debe a que
en términos generales su trabajo es eventual y mal remunerado”.
Además, dijo, aún cuando
varíen sus índices, siempre superará al de los hombres. Por ejemplo, cinco
entidades presentan este problema en el país: Sonora, Zacatecas, Estado de
México, Nuevo León, Distrito Federal y Coahuila, pero sólo en este último los
varones también tienen un mayor índice de inactividad.
Pese a ello, la contribución
femenina como población económicamente activa ha ido en aumento, pues si en
1995 estaba cercana al 30 por ciento, en el 2003 llegó al 36.
Al tomar la palabra, María de
Jesús López, investigadora del IIEc, comentó que ya se han introducido en la
agenda pública muchos temas que hacen más visible a la mujer en el ámbito de la
discusión pública, tales como la violencia familiar y los derechos
reproductivos.
Dadas las exigencias
internacionales, el Estado mexicano también ha cambiado su discurso y creado
organismos que atiendan la problemática de género, puntualizó.
También se ha visto el
esfuerzo por introducir en las estructuras gubernamentales el tema de la
equidad; sin embargo, esto no es suficiente porque apenas un 35 por ciento de
las instituciones públicas nacionales han incorporado este concepto en sus
programas y políticas.
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En México aún
prevalece la segregación ocupacional de las mujeres, aseveró Flérida Guzmán,
investigadora del PUEG de la UNAM.
Concepción
Martínez, de la organización Equidad de género, trabajo y familia AC, consideró
necesario lograr la participación de ambos sexos en las responsabilidades de la
familia y la producción doméstica.
Sólo 35 por
ciento de las instituciones públicas mexicanas han incorporado consideraciones
de género en sus programas y políticas,
destacó en la UNAM la economista María de Jesús López.