Boletín UNAM-DGCS-174
Ciudad Universitaria
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Pies de foto al final del boletín
EVIDENCIA CRISIS HAITIANA LA FALTA DE AUTORIDAD DE LA OEA Y LA ONU
·
Con su actitud, la OEA ha dejado la puerta abierta
a la unilateral política exterior de Estados Unidos: Juan Palma Vargas, de la
FCPS
·
Para el politólogo Roberto Peña la situación
del país caribeño refleja la debilidad de las democracias de la región y el
nivel de insurrección ante la ingobernabilidad
La crisis que vive Haití
muestra la falta de autoridad de los organismos internacionales no sólo en
Latinoamérica sino en todo el mundo, como sucede con las organizaciones de las
Naciones Unidas (ONU) y de Estados Americanos (OEA), aseguró Juan Palma Vargas,
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la UNAM.
El también secretario
académico de la carrera de Relaciones Internacionales dijo que a raíz de este
conflicto, la OEA refleja su pérdida de jurisdicción en la zona. Incluso, los
países que la conforman no le confieren influencia importante.
Con dicha actitud, abundó,
le han dejado la puerta abierta a la unilateral política exterior
estadounidense, que continúa inmiscuyéndose en los asuntos internos de las
naciones regionales, para proteger sus propios intereses. Estados Unidos (EU)
sigue siendo un juez, en parte permitido por los mismos afectados.
A su vez, Roberto Peña
Guerrero, coordinador del Centro de Relaciones Internacionales de la misma
Facultad, resaltó que mucho se había señalado en el seno de ambas instancias
sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para evitar un baño de sangre en
la isla.
Sin embargo, no faltaba
mucho para que Norteamérica tomara una decisión. Al inicio se mantuvo con una
actitud reservada ante la crisis y, en su momento, aplicó medidas extremas como
llevar a Jean Bertrand Aristide a la República Centroafricana, detener la
escalada de violencia y operar con los nuevos interlocutores para buscar un
gobierno provisional y darle una salida pacífica al conflicto.
Señaló que ante una
situación extrema de inseguridad regional, la OEA sólo podía solicitar mediante
una recomendación la ocupación militar, porque esta última tarea le
correspondería al Consejo de Seguridad de la ONU.
Al respecto, Juan Palma aseguró
que es viable el apoyo humanitario de México en estos momentos. Las autoridades
nacionales no se han dedicado a opinar sobre el tipo de gobierno que pudiese
convenir, pero sí sería importante que nuestro país condenara una intervención
armada.
Agregó que como una frontera
natural marítima, se deben restablecer las relaciones con las naciones
regionales en los mejores términos posibles. Es un momento oportuno para que
nuestra administración demuestre su cooperación y amistad.
La opción inmediata para Haití
es que los rebeldes busquen el consenso interno con quienes quedaron en el
poder y convoquen a elecciones. “Están buscando el apoyo de EU, pero deben
negociar una salida inmediata en beneficio de la estabilidad interna y para
acabar con los actos de bandidaje”.
El politólogo universitario
comentó que es necesaria la pacificación inmediata, que los grupos internos
acuerden la forma cómo conducirán al país, y restablecer las relaciones con los
bancos internacionales. Urgen recursos para impulsar la actividad económica.
Explicó que esa nación
caribeña vive una grave crisis económica y laboral, ya que siete de cada diez
haitianos no tienen empleo, casi el 80 por ciento de su población vive en
pobreza y las fuentes de trabajo están limitadas o mal pagadas. A ello se suman
factores como el narcotráfico.
Jean Bertrand Aristide no
respondió a la expectativa de generar empleo y mejores niveles de vida,
aseguró. El conflicto político lo ahogó en una situación sin salida, y las
presiones económicas lo ubicaron en una posición endeble frente a alternativas
inmediatas.
Reconoció que los intereses
estadounidenses en esa nación tienen una presencia importante en términos
estratégicos. Aunque no cuenta con petróleo es valioso geopolíticamente por su
cercanía con Cuba.
De igual forma, Roberto Peña
Guerrero comentó que la situación de Haití refleja la debilidad de las
democracias en América Latina y el nivel de insurrección a la que puede llegar
la población ante una situación de ingobernabilidad. Ello tiene consecuencias
no sólo para esa sociedad, sino para nuestro continente y el mundo.
Además, las contradicciones
sociales y la pobreza que viven los habitantes de esa isla no han sido solucionadas
por los gobernantes. Ante ello, se generan condiciones en donde el presidente
en turno no tiene capacidades para gobernar de forma democrática y se van
radicalizando hasta alcanzar posturas dictatoriales.
Ahora será indispensable tener
interlocutores necesarios tanto con lo que queda del gobierno haitiano como de
las fuerzas rebeldes, para alcanzar acuerdos de gobernabilidad e iniciar un
proyecto hacia la convocatoria de elecciones y la reconformación de los
partidos y los grupos políticos, finalizó.
–o0o–
Roberto Peña Guerrero, coordinador del Centro de
Relaciones Internacionales de la de la FCPS de la UNAM, resaltó que en el seno
de la ONU y la OEA se consideró tomar medidas urgentes para evitar un baño de
sangre en Haití.
La crisis que vive Haití muestra la falta de autoridad
de los organismos internacionales no sólo en Latinoamérica sino en todo el
mundo, aseguró Juan Palma Vargas, de la FCPS de la UNAM.
Juan Palma Vargas, de la FCPS de la UNAM, dijo que la OEA refleja su pérdida de jurisdicción en la zona. Incluso, los países que la conforman no le confieren influencia importante.