Boletín UNAM-DGCS-151
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Las más graves son esclavitud, servidumbre, explotación sexual y
participación en acciones armadas y delictivas, a que son sometidos 8 millones
de menores en el orbe: Yuriria Álvarez Madrid
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Cada año, 22 mil infantes mueren a consecuencia de accidentes laborales
En el mundo, alrededor de 186 millones de niños
de entre 5 y 14 años se dedican a las peores formas de trabajo, por lo que
anualmente 22 mil pequeños, de uno y otro sexo, mueren por accidentes
laborales, afirmó Yuriria Álvarez Madrid, consultora nacional del Programa
Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil México, de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Esa modalidad, explicó en la conferencia La OIT
y la lucha contra el trabajo infantil, en el marco de la XXV Feria
Internacional de Libro del Palacio de Minería, va en contra de la dignidad de
los menores y perjudican su desarrollo físico y mental, pues los esclaviza, los
separa de su familia, los expone a graves peligros o enfermedades y lo deja
abandonados a su suerte en las calles.
Incluso, dentro de esta clasificación existe
una más grave, referida a 8 millones de infantes obligados a ejercer
actividades delictivas, militares, de servidumbre, tráfico de estupefacientes y
comercio sexual en diferentes partes del planeta.
De hecho, ningún país está libre del trabajo
infantil: 211 millones de niños en el rango de edad antes descrito realizan
algún tipo de actividad económica alrededor del orbe; 2.5 millones laboran en
economías desarrolladas y un número similar en los países en transición como
los estados de la antigua Unión Soviética. Por tanto, este problema no es una
cuestión de pobreza.
La mayoría de ellos labora en el sector
informal y no dispone de protección jurídica o reglamentaria: 70 por ciento se
ubica en la agricultura, la pesca, la caza y la silvicultura; 8 por ciento en
las manufacturas; una cifra igual en el comercio mayorista, minorista, los restaurantes
y los hoteles; alrededor del 7 por ciento en servicios comunitarios, sociales y
personales –como el trabajo doméstico–, y aproximadamente 3 por ciento en los
sectores de la construcción, la minería y las canteras combinados.
El número más elevado en términos absolutos de
trabajadores con menos de 14 años se registra en la región Asia–Pacífico, con
127 millones, que representa el 16 por ciento de la población infantil y el 60
por ciento de los niños empleados en todo el mundo, agregó Álvarez Madrid.
Le sigue el África subsahariana con 48 millones
(29 por ciento del total internacional), y América Latina y el Caribe, con 22
millones de infantes, lo que indica que uno de cada cinco chicos trabajan.
En el Salón de Rectores del Palacio de Minería,
especificó que se considera trabajo infantil a cualquier actividad física,
mental o emocionalmente dañina para niños o adolescentes, que interfiere con su
escolarización, privándolo de asistir u obligándolo a abandonar prematuramente
las aulas, o le exige combinar la escuela con largas jornadas de trabajo.
Lamentablemente, expresó, no se tienen cifras actualizadas sobre esta actividad
en México.
Finalmente, recordó que las políticas
públicas hacia este sector poblacional sugieren implementar acciones donde los
niños cooperen con sus padres, puedan educarse, tener momentos de recreación y
no les afecte en su salud.
Pues “al hacer esas labores –finalizó–
aprenden a asumir responsabilidades, adquieren conocimientos, aumentan sus
propios ingresos y su bienestar y los de sus familias, además de contribuir a
la economía de sus países”.
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Pies de foto
Foto 1
Yuriria Álvarez
Madrid, consultora de la Organización Internacional del Trabajo, señaló que 186
millones de niños de entre 5 y 14 años se dedican a las peores formas de
trabajo.
Foto 2
Cerca de 8
millones de infantes son obligados a ejercer actividades delictivas, militares,
de servidumbre, tráfico de estupefacientes y comercio sexual en diferentes
partes del planeta, advirtió la consultora Yuriria Álvarez Madrid.