20:00 hrs. Febrero 26 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-150

Ciudad Universitaria

 

Pie de fotos al final boletín

 

PROPONEN DIPUTADOS Y SENADORES AMPLIAR PERIODOS ORDINARIOS DE SESIONES

 

·        El diputado Federico Döring advirtió que si bien ello contribuiría a la vida parlamentaria de México, no resolverá el problema de fondo que es la calidad

·        Un sistema democrático se caracteriza por su apertura y transparencia, señaló José de Jesús Ortega Martínez, coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en el Senado 

·        Urge un código de ética al interior del Congreso de la Unión: Dulce María Sauri, senadora del PRI

 

 

La actual situación que vive el Poder Legislativo hace necesario ampliar los periodos ordinarios de sesiones, reconocieron diputados, senadores, analistas e investigadores que participaron en el seminario La reforma política en México, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM y Televisión Azteca.

 

Sin embargo, advirtió el diputado panista Federico Döring, no se deben generar muchas expectativas de que mientras más largos sean los periodos de sesiones los diputados y senadores producirán más.

 

En el auditorio Héctor Fix Zamudio del IIJ, agregó que si bien la ampliación del periodo ordinario contribuye a la vida parlamentaria de nuestro país, no resolverá el problema de fondo: la calidad.

 

De hecho, la mayoría de las iniciativas que se presentan en el Congreso de la Unión no se dictaminan debido a que no tienen un contenido meritorio. Muchas de ellas sólo reforman o adicionan una o dos palabras o una o dos fracciones de un artículo, pero nada de fondo.

 

Son símbolos estoicos de algunos diputados que las presentan para acreditar, ante la opinión pública, un tema, pero no se realiza  un análisis serio, responsable y razonado de un enigma, con un diagnóstico, una metodología y una propuesta viable de solución, agregó el legislador.

 

Recordó que en México antes se aprobaban las iniciativas y decretos que se enviaban al congreso sin cambiar un punto y coma. Por ello, “transitar de un parlamento netamente político a uno legislativo implica poner en la justa balanza la carga de toda acción que lleva a cabo”.

 

Por su parte, el senador del PRI, David Jiménez González, consideró pertinente ampliar los periodos ordinarios con el fin de que la sociedad mexicana se entere de todo lo que sucede en las cámaras de Diputados y de Senadores.

 

Comentó que el Canal del Congreso ha sido un conducto extraordinario para que la población observe los debates en el seno de las comisiones, en el pleno de las cámaras y las posiciones que adoptan las diferentes fracciones.

 

El trabajo del Congreso de la Unión no se circunscribe de manera exclusiva a un proceso legislativo. Es el escenario en el que se debaten política y públicamente los graves y complejos problemas nacionales.

 

Aclaró que la tarea fundamental del legislador no se da en el distrito o en su entidad, gestionando la prestación de un servicio, sino en prestar un trabajo eficiente y de alta calidad.

 

El analista político Benito Nacif sostuvo que en los últimos años el congreso mexicano se ha convertido en un actor que ha cobrado gran importancia y que tiene un enorme impacto en las políticas del gobierno y en la legislación.

 

Hace algunos años éste órgano se limitaba a revisar, discutir y aprobar las iniciativas que enviaba el Poder Ejecutivo. Así, de cada 10 iniciativas que se convertían en ley entre 8 y 9 provenían del presidente. A partir de 1997 cuando el PRI pierde la mayoría la proporción disminuye al 20 por ciento.

 

Afirmó que la extensión del periodo de sesiones ha respondido, de manera histórica, al incremento en la carga de trabajo del Congreso. La última vez que se amplió fue en la década de 1980, porque se convocaba de manera regular a etapas extraordinarias ya que no podían sacar la carga legislativa en el tiempo establecido.

 

Sostuvo que si hay una reforma que podría mejorar el trabajo en las comisiones es la que permitiera la reelección de los legisladores. Se ha demostrado que las legislaturas que realmente crean leyes lo hacen a través de sus comisiones. Aquellos países donde estas son importantes hay estabilidad. Ello permite a los diputados operar con una visión de largo plazo y especializarse en ciertas áreas”.

 

Por su parte Ernesto Villanueva, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, destacó que con la ley de transparencia y acceso a la información, México cambia radicalmente de una cultura de la opacidad –en donde la información era entregada de manera discrecional, con criterios de ventaja política para el gobernante– a una cultura donde la información clasificada como confidencial o reservada es la excepción.

 

No basta sólo con decir que esta ley es importante, que sirve para la rendición de cuentas, para la transparencia, para regenerar los tejidos de confianza entre gobernantes y gobernados, sino que  mejora la calidad de vida. La cual se produce en poder democratizable, concluyó.

 

Por su parte Sergio César Alejandro Jáuregui Robles, senador del Partido Acción Nacional, destacó que en México se tiene que ajustar la ley a la práctica; y la práctica parlamentaria no ha adquirido la noción adecuada de cultura democrática y de procesamiento de nuestras diferencias. Esto ha dado como consecuencia que muchas de las reformas importantes estructurales estén todavía ausentes de su elaboración.

 

En su oportunidad, José de Jesús Ortega Martínez, coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en el Senado, aseguró que si queremos identificar a un sistema autoritario de uno antidemocrático, se puede hacer localizando a aquél que oculta y niega la información a los ciudadanos. Por ello, junto con las reformas de carácter electoral, otra que de verdad es sustantiva para poder hablar de un proceso de cambio es la Ley de Acceso a la Información.

 

Abundó que esta norma le da a los ciudadanos la posibilidad de participar en los asuntos públicos y además hacerlo de manera consciente y con los elementos suficientes para influir en el desarrollo de las cuestiones de la comunidad y en el acontecer político.

 

A su vez, Dulce María Sauri, senadora del PRI, destacó que más allá de la necesidad de legislar sobre el cabildeo, de avanzar en la consolidación de la transparencia y acceso a la información pública, de fortalecer el canal del Congreso como un vínculo de comunicación y conocimiento de la sociedad, requerimos de un código de ética al interior del Congreso de la Unión.

 

Éste debe permitir la regulación y las sanciones que, sin llegar al extremo del juicio político, sí permita actuar de inhibidor de conductas o prácticas ilegítimas, entre otros aspectos.

 

 

 

-0o0- 


 

PIES DE FOTO

 

 

Foto 1

 

Federico Döring, diputado por el PAN, afirmó que no se deben generar muchas expectativas de que mientras más largos sean los periodos de sesiones diputados y senadores producirán más.

 

 

 

Foto 2

 

Para el senador priísta David Jiménez González es pertinente ampliar los periodos ordinarios, con el fin de que la sociedad mexicana se entere de lo que ocurre en las cámaras de Diputados y de Senadores.

 

 

 

Foto 3

 

En los últimos años el congreso mexicano se ha convertido en un actor que ha cobrado gran importancia y que tiene enorme impacto en las políticas del gobierno, sostuvo el analista político Benito Nacif.

 

 

 

Foto 4

 

En el auditorio Héctor Fix-Zamudio del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, se reunieron senadores, diputados, analistas e investigadores para intercambiar puntos de vista sobre La Reforma política en México.