Boletín UNAM-DGCS-150
PROPONEN DIPUTADOS Y SENADORES AMPLIAR PERIODOS ORDINARIOS DE SESIONES
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El diputado Federico Döring advirtió que si
bien ello contribuiría a la vida parlamentaria de México, no resolverá el
problema de fondo que es la calidad
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Un sistema democrático se caracteriza por su
apertura y transparencia, señaló José de Jesús Ortega Martínez,
coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en el Senado
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Urge un código de ética al interior del
Congreso de la Unión: Dulce María Sauri, senadora del PRI
La actual situación que vive
el Poder Legislativo hace necesario ampliar los periodos ordinarios de
sesiones, reconocieron diputados, senadores, analistas e investigadores que
participaron en el seminario La reforma política en México, organizado por el
Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM y Televisión Azteca.
Sin embargo, advirtió el
diputado panista Federico Döring, no se deben generar muchas expectativas de
que mientras más largos sean los periodos de sesiones los diputados y senadores
producirán más.
En el auditorio Héctor Fix
Zamudio del IIJ, agregó que si bien la ampliación del periodo ordinario
contribuye a la vida parlamentaria de nuestro país, no resolverá el problema de
fondo: la calidad.
De hecho, la mayoría de las
iniciativas que se presentan en el Congreso de la Unión no se dictaminan debido
a que no tienen un contenido meritorio. Muchas de ellas sólo reforman o
adicionan una o dos palabras o una o dos fracciones de un artículo, pero nada
de fondo.
Son símbolos estoicos de
algunos diputados que las presentan para acreditar, ante la opinión pública, un
tema, pero no se realiza un análisis
serio, responsable y razonado de un enigma, con un diagnóstico, una metodología
y una propuesta viable de solución, agregó el legislador.
Recordó que en México antes se
aprobaban las iniciativas y decretos que se enviaban al congreso sin cambiar un
punto y coma. Por ello, “transitar de un parlamento netamente político a uno
legislativo implica poner en la justa balanza la carga de toda acción que lleva
a cabo”.
Por su parte, el senador del
PRI, David Jiménez González, consideró pertinente ampliar los periodos
ordinarios con el fin de que la sociedad mexicana se entere de todo lo que
sucede en las cámaras de Diputados y de Senadores.
Comentó que el Canal del
Congreso ha sido un conducto extraordinario para que la población observe los
debates en el seno de las comisiones, en el pleno de las cámaras y las
posiciones que adoptan las diferentes fracciones.
El trabajo del Congreso de la
Unión no se circunscribe de manera exclusiva a un proceso legislativo. Es el
escenario en el que se debaten política y públicamente los graves y complejos
problemas nacionales.
Aclaró que la tarea
fundamental del legislador no se da en el distrito o en su entidad, gestionando
la prestación de un servicio, sino en prestar un trabajo eficiente y de alta
calidad.
El analista político Benito
Nacif sostuvo que en los últimos años el congreso mexicano se ha convertido en
un actor que ha cobrado gran importancia y que tiene un enorme impacto en las
políticas del gobierno y en la legislación.
Hace algunos años éste órgano
se limitaba a revisar, discutir y aprobar las iniciativas que enviaba el Poder
Ejecutivo. Así, de cada 10 iniciativas que se convertían en ley entre 8 y 9
provenían del presidente. A partir de 1997 cuando el PRI pierde la mayoría la
proporción disminuye al 20 por ciento.
Afirmó que la extensión del
periodo de sesiones ha respondido, de manera histórica, al incremento en la
carga de trabajo del Congreso. La última vez que se amplió fue en la década de
1980, porque se convocaba de manera regular a etapas extraordinarias ya que no
podían sacar la carga legislativa en el tiempo establecido.
Sostuvo que si hay una reforma
que podría mejorar el trabajo en las comisiones es la que permitiera la
reelección de los legisladores. Se ha demostrado que las legislaturas que
realmente crean leyes lo hacen a través de sus comisiones. Aquellos países
donde estas son importantes hay estabilidad. Ello permite a los diputados
operar con una visión de largo plazo y especializarse en ciertas áreas”.
Por su parte Ernesto
Villanueva, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, destacó
que con la ley de transparencia y acceso a la información, México cambia
radicalmente de una cultura de la opacidad –en donde la información era
entregada de manera discrecional, con criterios de ventaja política para el
gobernante– a una cultura donde la información clasificada como confidencial o
reservada es la excepción.
No basta sólo con decir que
esta ley es importante, que sirve para la rendición de cuentas, para la
transparencia, para regenerar los tejidos de confianza entre gobernantes y
gobernados, sino que mejora la calidad
de vida. La cual se produce en poder democratizable, concluyó.
Por su parte Sergio César
Alejandro Jáuregui Robles, senador del Partido Acción Nacional, destacó que en
México se tiene que ajustar la ley a la práctica; y la práctica parlamentaria
no ha adquirido la noción adecuada de cultura democrática y de procesamiento de
nuestras diferencias. Esto ha dado como consecuencia que muchas de las reformas
importantes estructurales estén todavía ausentes de su elaboración.
En su oportunidad, José de Jesús
Ortega Martínez, coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en el Senado,
aseguró que si queremos identificar a un sistema autoritario de uno
antidemocrático, se puede hacer localizando a aquél que oculta y niega la
información a los ciudadanos. Por ello, junto con las reformas de carácter
electoral, otra que de verdad es sustantiva para poder hablar de un proceso de
cambio es la Ley de Acceso a la Información.
Abundó que esta norma le da a los
ciudadanos la posibilidad de participar en los asuntos públicos y además
hacerlo de manera consciente y con los elementos suficientes para influir en el
desarrollo de las cuestiones de la comunidad y en el acontecer político.
A su vez, Dulce María Sauri,
senadora del PRI, destacó que más allá de la necesidad de legislar sobre el
cabildeo, de avanzar en la consolidación de la transparencia y acceso a la
información pública, de fortalecer el canal del Congreso como un vínculo de
comunicación y conocimiento de la sociedad, requerimos de un código de ética al
interior del Congreso de la Unión.
Éste debe permitir la
regulación y las sanciones que, sin llegar al extremo del juicio político, sí
permita actuar de inhibidor de conductas o prácticas ilegítimas, entre otros
aspectos.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Federico Döring, diputado por el PAN, afirmó que no se
deben generar muchas expectativas de que mientras más largos sean los periodos
de sesiones diputados y senadores producirán más.
Foto 2
Para el senador priísta David Jiménez González es
pertinente ampliar los periodos ordinarios, con el fin de que la sociedad
mexicana se entere de lo que ocurre en las cámaras de Diputados y de Senadores.
Foto 3
En los últimos años el congreso mexicano se ha
convertido en un actor que ha cobrado gran importancia y que tiene enorme
impacto en las políticas del gobierno, sostuvo el analista político Benito
Nacif.
Foto 4
En el auditorio Héctor Fix-Zamudio del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, se reunieron senadores, diputados,
analistas e investigadores para intercambiar puntos de vista sobre La Reforma
política en México.