06:00 hrs. Febrero 19 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-127

Ciudad Universitaria

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LA MATERNIDAD, TRABAJO INVISIBLE: MABEL BURÍN

 

·        Destacó la académica de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires, Argentina

·        La producción de sujetos se rige por las leyes del intercambio afectivo, mientras que la de objetos es racional, precisó

·        Dictó la conferencia Género femenino, trabajo y familia: el techo de cristal y otros obstáculos, en el CEIICH de la UNAM

 

 

El trabajo maternal se ha convertido en una actividad social invisible, a pesar de todas las ventajas personales que les proporciona a las mujeres, afirmó Mabel Burín, académica de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires, Argentina.

 

Al dictar la conferencia Género femenino, trabajo y familia: el techo de cristal y otros obstáculos, efectuada en el auditorio del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, indicó que ello se debe a que la crianza tiene una lógica propia, pues la producción de sujetos es distinta a la de objetos.

 

Explicó que la maternidad se rige por las leyes del intercambio afectivo, basadas en la relación bipersonal, íntima y exclusiva, mediante la cual se contrae una deuda de gratitud que sólo puede saldarse a través de la creación de otro sujeto. En esencia, se guía por la lógica de los afectos.

En cambio, la producción de objetos obedece a las transacciones en dinero o bienes y la deuda que se contrae se puede saldar con bienes cuantificables; en ese sentido, es racional.

 

En la conferencia realizada dentro del ciclo Feminismo, desarrollo y democracia, que organizan conjuntamente el CEIICH y el Instituto Nacional de las Mujeres, la especialista en género y salud mental destacó que en la actualidad la valoración de ambas labores es distinta, “porque no se ha jerarquizado a la maternidad como verdadero trabajo y a la producción de objetos sí”.

 

En términos del psicoanálisis, sostuvo, ello implica el olvido de los orígenes del ser humano, pues la existencia de bienes objetivos necesitan, primero, sujetos que los produzcan y utilicen. Para las mujeres de la modernidad, dijo, esta situación ha significado la puesta en crisis de sus ideales tradicionales de conyugabilidad, el rol de ama de casa y el denominado “techo de cristal”.

 

A partir de la segunda mitad del siglo XX, abundó, estos papeles han devenido en factores potencialmente capaces de producir estados depresivos en adultas de mediana edad, señaló.

 

Al referirse al “techo de cristal”, Mabel Burín precisó que se denomina así a una barrera subjetiva o “invisible” en la carrera laboral de las profesionales, la cual es difícil de traspasar y les impide el avance.

 

Esa invisibilidad se crea porque no existen leyes ni dispositivos sociales establecidos, ni códigos que impongan semejante limitación, pues está construida sobre prejuicios y elementos difíciles de detectar, precisó.

 

Finalmente, argumentó que para ello, nuestra cultura ha construido una estructura basada en la asignación de responsabilidades y trabajo doméstico; en el nivel de exigencias en sus carreras laborales; en los estereotipos sociales, como la creencia de que ellas temen ocupar posiciones de poder o no les interesa ocupar puestos de responsabilidad; así como la percepción de sí mismas y la falta de modelos femeninos con los cuales identificarse.

 

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PIES DE FOTO

 

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El trabajo maternal se ha convertido en una actividad social invisible, afirmó Mabel Burín, de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires, Argentina

 

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La profesora argentina Mabel Burín, aseguró que la crianza tiene una lógica propia, pues la producción de sujetos es distinta a la de objetos