Boletín UNAM-DGCS-127
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LA MATERNIDAD, TRABAJO INVISIBLE: MABEL BURÍN
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Destacó la académica de la Universidad de
Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires, Argentina
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La producción de sujetos se rige por las
leyes del intercambio afectivo, mientras que la de objetos es racional, precisó
· Dictó la conferencia Género femenino, trabajo y familia: el techo de cristal y otros obstáculos, en el CEIICH de la UNAM
El trabajo maternal se ha convertido en una actividad
social invisible, a pesar de todas las ventajas personales que les proporciona
a las mujeres, afirmó Mabel Burín, académica de la Universidad de Ciencias
Empresariales y Sociales de Buenos Aires, Argentina.
Al dictar la conferencia Género femenino, trabajo y familia:
el techo de cristal y otros obstáculos, efectuada en el auditorio del Centro de
Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la
UNAM, indicó que ello se debe a que la crianza tiene una lógica propia, pues la
producción de sujetos es distinta a la de objetos.
Explicó que la maternidad se rige por las leyes del
intercambio afectivo, basadas en la relación bipersonal, íntima y exclusiva,
mediante la cual se contrae una deuda de gratitud que sólo puede saldarse a
través de la creación de otro sujeto. En esencia, se guía por la lógica de los
afectos.
En cambio, la producción de objetos obedece a las
transacciones en dinero o bienes y la deuda que se contrae se puede saldar con
bienes cuantificables; en ese sentido, es racional.
En la conferencia realizada dentro del ciclo Feminismo,
desarrollo y democracia, que organizan conjuntamente el CEIICH y el Instituto
Nacional de las Mujeres, la especialista en género y salud mental destacó que
en la actualidad la valoración de ambas labores es distinta, “porque no se ha
jerarquizado a la maternidad como verdadero trabajo y a la producción de
objetos sí”.
En términos del psicoanálisis, sostuvo, ello implica el
olvido de los orígenes del ser humano, pues la existencia de bienes objetivos
necesitan, primero, sujetos que los produzcan y utilicen. Para las mujeres de
la modernidad, dijo, esta situación ha significado la puesta en crisis de sus
ideales tradicionales de conyugabilidad, el rol de ama de casa y el denominado
“techo de cristal”.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, abundó, estos
papeles han devenido en factores potencialmente capaces de producir estados
depresivos en adultas de mediana edad, señaló.
Al referirse al “techo de cristal”, Mabel Burín precisó
que se denomina así a una barrera subjetiva o “invisible” en la carrera laboral
de las profesionales, la cual es difícil de traspasar y les impide el avance.
Esa invisibilidad se crea porque no existen leyes ni
dispositivos sociales establecidos, ni códigos que impongan semejante
limitación, pues está construida sobre prejuicios y elementos difíciles de
detectar, precisó.
Finalmente, argumentó que para ello, nuestra cultura ha
construido una estructura basada en la asignación de responsabilidades y
trabajo doméstico; en el nivel de exigencias en sus carreras laborales; en los
estereotipos sociales, como la creencia de que ellas temen ocupar posiciones de
poder o no les interesa ocupar puestos de responsabilidad; así como la
percepción de sí mismas y la falta de modelos femeninos con los cuales
identificarse.
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El trabajo
maternal se ha convertido en una actividad social invisible, afirmó Mabel
Burín, de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires,
Argentina
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La profesora argentina Mabel Burín, aseguró que la crianza tiene una lógica propia, pues la producción de sujetos es distinta a la de objetos