Boletín UNAM-DGCS-114
Ciudad Universitaria
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final del boletín
EN TANTO SE
CONSIDERE A LA CONSTITUCIÓN COMO UN TEXTO AJENO SERÁ INVIABLE PARA LA SOCIEDAD
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Para Diego Valadés, director del IIJ, si se
quiere reconstruir el valor cohesivo de esa norma, se debe dar a la sociedad
confianza sobre quiénes la elaboran y en sus contenidos
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Se debe hacer un esfuerzo por dotarla de
nuevos significados, porque no puede quedarse con sus viejos ropajes: Hugo
Concha, secretario académico del IIJ
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En los últimos años se ha registrado una
transición jurídica, ligada a la política: Héctor Fix-Fierro
Mientras se siga considerando
a la Constitución como un texto ajeno que no garantiza la relación social
armoniosa, se tendrá una carta magna adecuada para los abogados, pero inviable
para la comunidad, afirmó Diego Valadés, director del Instituto de
Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Durante la presentación de Cultura
de la Constitución en México. Una encuesta nacional de actitudes, percepciones
y valores, en el marco del Congreso Internacional de Culturas y Sistemas
Jurídicos Comparados, advirtió que “si queremos reconstruir el valor cohesivo
de la norma suprema, debemos darle a la población confianza en quiénes y cómo
la elaboran y en sus contenidos”.
Al respecto,
Hugo Concha, secretario académico del IIJ, expuso que se debe hacer un esfuerzo
por dotar de nuevos significados a la carta magna: “No puede quedarse con sus
viejos ropajes, en sus longevos espacios formales de límites, controles y
principios que protegían a una población muy diferente a la que existe hoy”.
De ahí parte,
agregó, la revitalización ampliada del constitucionalismo contemporáneo, con
temas como el reconocimiento y protección de los derechos individuales y
sociales.
En la presentación de los
resultados del trabajo realizado por Julia Flores, Héctor Fix-Fierro y los
propios Concha y Valadés, este último refirió que un elemento central de toda
sociedad es la confianza que, sin embargo, en México “está vulnerada”. Mencionó
que el estudio, primera investigación empírica sobre el tema, es importante,
sobre todo en esta etapa de deliberación para dar un nuevo modelo al sistema
constitucional.
La encuesta, levantada en
enero de 2003 en 143 municipios de 29 entidades federativas, consistió en
aplicar mil 800 entrevistas a personas de 15 años o más.
En ella, 55 por ciento declaró
no confiar en las demás personas. La cifra desciende al 15 por ciento cuando se
trata de sujetos con bajo nivel educativo. Si se considera que la mitad de los
mexicanos vive en condiciones de pobreza o pobreza extrema y que eso condiciona
su acceso a la escuela, “quiere decir que tienen desconfianza no sólo en las
instituciones sino en sus vecinos”.
En el estudio, las
organizaciones mejor calificadas fueron las universidades públicas con 8 de 10
puntos, y decrece hasta llegar a la policía, con 4.48. Los tribunales
obtuvieron 6.33.
A su vez, Julia Flores,
coordinadora de la Unidad de Opinión Pública en el Instituto de Investigaciones
Sociales de la UNAM, explicó que este ejercicio recoge perspectivas y aportes
de distintas disciplinas como derecho, ciencia política, sociología, demografía
y sociología de la cultura. Por ello se utilizaron distintas metodologías.
Con un nivel de confianza de
95 por ciento, contiene más de 77 preguntas relativas a la Constitución y a
cuestiones de cultura, opinión, valores, credibilidad y confianza en las
instituciones y percepción de su desempeño.
Al mostrar algunos de los
resultados del estudio refirió que poco más de 7 de cada 10 mexicanos dice
conocerla poco y 23.3 por ciento no la conoce en absoluto. Sólo 3 por ciento
afirmó que la conoce mucho. Asimismo, 45.7 por ciento piensa que es adecuada
respecto a los problemas que enfrenta el país; y para 4 de cada 10 ya no
responde a las necesidades actuales.
Según 43.3 por ciento es
preferible dejar la Constitución sin reformas y otro 41.1 considera necesario
cambiarla, abundó Flores. Para 8 de cada 10 encuestados la norma suprema se
cumple muy poco o nada y, para la mayoría, los políticos son quienes más la
violan.
Los resultados en torno al
conocimiento y entendimiento de la ley fundamental no son alentadores. Más del
90 por ciento de los encuestados no la conoce cabalmente. “En un contexto de
altos niveles de marginación socioeconómica ¿qué podemos esperar de nuestra
norma suprema, la que aspira a organizar y regular las relaciones entre el
Estado y la sociedad?”
Llama la atención, dijo, que
con los bajos niveles de conocimiento, los entrevistados afirmen gozar de sus
derechos y conocer el medio para su defensa, aunque 70 por ciento no supo con
precisión en que consiste el juicio de amparo.
Así, se revelan niveles
considerables de ignorancia y de desconocimiento sobre el funcionamiento
institucional, así como datos alarmantes a favor de la violencia en preguntas
específicas sobre tortura, pena de muerte y violencia contra las mujeres.
También muestra índices delicados respecto de la tolerancia, falta de confianza
en las instituciones y desprotección ante el abuso de autoridad.
El estudio, añadió, no sólo
enseña nuevos modos para entender la Constitución, sino que apunta a posibles
formas de avanzar hacia una nueva relación de la sociedad con el derecho. Hay
que acercar las normas y las instituciones a la población. El Estado de derecho
no se entiende ni se practica a cabalidad. La única posibilidad de lograrlo es
fomentando la cultura jurídica.
Héctor Fix-Fierro, del IIJ,
expuso que en los últimos años ha habido un cambio extraordinario de normas,
instituciones y procedimientos; se trata de una “transición jurídica” ligada a
la política, necesaria para que la democracia pueda funcionar.
Sin embargo, las leyes no
penetran en la sociedad. Hay áreas en donde no ha sido claro, como en la
educación jurídica. “En México la carrera de derecho es la más cursada, con 200
mil estudiantes, según la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones
de Educación Superior. Empero, se estudia como hace 50 años”.
Otro desfase, abundó, se
presenta en la cultura jurídica, o sea, en las ideas o percepciones de la gente
respecto de lo que pasa a su alrededor. Por ejemplo, no se reconoce la eficacia
institucional.
A diferencia del pasado, en la
actualidad sí interesa la opinión de la sociedad, para saber si caminamos,
estamos detenidos o vamos para atrás, concluyó.
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PIES FOTO
Foto 1
Hugo Concha,
secretario académico del IIJ de la UNAM, expuso que se debe dotar de nuevos
significados a la Carta Magna de México.
Foto 2
Héctor Fix–Fierro
participó en Cultura de la Constitución en México. Una encuesta nacional de
actitudes, percepciones y valores, donde se hizo un ejercicio de conocimientos
jurídicos entre la población.
Foto 3
Julia Flores, del
IIS de la UNAM, explicó que la encuesta sobre tópicos de la Constitución recoge
perspectivas y aportes de distintas disciplinas como el derecho, sociología y
demografía.
Foto 4
Aspecto del
Congreso Internacional de Culturas y Sistemas Jurídicos Comparados. Está al
micrófono Diego Valadés, director del IIJ de la UNAM.