06:00 hrs. Febrero 12 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-109

Ciudad Universitaria

 

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NECESITA LA UNIÓN EUROPEA UNA CONSTITUCIÓN

 

·        El futuro de dicho continente depende de la resolución de dicho proyecto

·        Está a debate el reparto del poder: qué y cuánto están dispuestos a ceder los Estados nacionales

·        Indicó Antonio Gazol Sánchez, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM

 

De la resolución del proyecto de Constitución para la Unión Europea (UE) depende el futuro de esa región, aunque hasta el momento hay diferencias entre algunas naciones respecto de quién, cómo y dónde se tomarán las decisiones y definiciones sobre política general y económica.

 

En otras palabras, expresó Antonio Gazol Sánchez, profesor de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, el reparto del poder está a debate: qué y cuánto están dispuestos a ceder los Estados nacionales europeos como contribución al proyecto común.

 

En la Sala Multimedia Octavio Gudiño Aguilar, añadió que al no aprobarse hasta el momento el texto propuesto por la Convención encargada de elaborarlo, ha sumido a la UE en una severa crisis que toca todos los aspectos de su construcción.

 

Cabe recordar que la Constitución empezó a tomar cuerpo con la Declaración de Laeken, Bélgica, en diciembre de 2001. En ella se asientan los valores profesados, los derechos fundamentales de los ciudadanos y las relaciones de los Estados miembros.

 

El proyecto, explicó, se compone de cuatro partes que contienen 465 artículos, además de cinco protocolos y tres declaraciones. Las primeras se refieren a la definición y los objetivos de la Unión, su Carta de los Derechos Fundamentales, las políticas y el funcionamiento, así como las disposiciones generales y finales.

 

Los protocolos se refieren al cometido de los parlamentos nacionales en la UE, a la aplicación de los principios de subsidiariedad y proporcionalidad, a la representación de los ciudadanos en el Parlamento y la ponderación del voto en el Consejo Europeo y en el Consejo de Ministros; hay uno especial sobre los países que utilizan el euro, la moneda oficial, y la modificación del Tratado del Euroatom.

 

Las declaraciones son las siguientes: Anexo al Protocolo sobre Representación de los Ciudadanos en el Parlamento y Ponderación del Voto, Creación de un Servicio Europeo de Acción Exterior, y el Acta Final de Firma del Tratado por el que se instituye la Constitución.

 

El proyecto de carta constitucional, agregó, define como de competencia exclusiva de la Unión los siguientes temas: la política comercial común, la política monetaria en la zona del euro, la unión aduanera y la conservación de los recursos biológicos marinos dentro de la política pesquera común.

 

Las competencias compartidas, indicó, son el mercado interior; el espacio de libertad, seguridad y justicia; la agricultura y la pesca; el transporte y las redes transeuropeas; la energía; la política social a la que se refiere la Parte II de la Constitución; la cohesión económica, social y territorial; el medio ambiente; la protección de los consumidores, y los aspectos comunes de seguridad en salud pública.

 

Gazol Sánchez advirtió que tanto los 15 miembros actuales como los 10 aspirantes que ingresan en mayo de este año han expresado su aceptación a las partes II, III y IV. Por supuesto, comparten los objetivos y prácticamente todo lo contenido en la Parte I, con la excepción del nuevo reparto de poder ahí previsto. Es la cuestión que detiene la adopción de este documento.

 

En tanto, refirió que los cambios importantes se dan, en particular, en la inclusión del criterio de los dos tercios de la población europea para llegar a una mayoría calificada a la hora de tomar decisiones.

 

Cada estado cuenta con un determinado número de votos en el Consejo Europeo o el de Ministros –que también sería de reciente creación– de acuerdo con su número de habitantes. Esa ponderación del voto fue acordada en Niza y es la vigente. La Constitución no altera el número de votos, pero introduce de manera explícita el peso demográfico para la adopción de las decisiones.

 

Se ha argumentado, aseguró Gazol Sánchez, que con el nuevo sistema será casi imposible a las economías y a los Estados de menor dimensión bloquear cualquier decisión adoptada por los más grandes: ocurre que 19 de los 27 países que tendría la UE en 2007 tienen menos de 11 millones de habitantes, cuya suma no podrían incluir propuestas pues no representan el 40 por ciento de la población.

 

Otro punto es la creación de un Consejo Europeo, formado por los jefes de Estado y de gobierno, el presidente del Consejo y el presidente de la Comisión, que definirá las orientaciones y prioridades políticas generales; y el establecimiento de un Consejo de Ministros, integrado en cada una de sus formaciones o especialidades por un funcionario con rango ministerial y que tendría funciones legislativas, presupuestarias y de formulación de políticas y coordinación. En ambos se tomarían las grandes decisiones y, por lo tanto, es el centro de las diferencias actuales.

 

En lo económico, la Constitución no ofrece ninguna novedad; pero eleva de rango criterios de política económica ya en uso y fortalece el mecanismo para la coordinación de las políticas económicas.

 

La crisis actual, indicó, no es la primera, pero sí puede ser definitiva. En muchos espacios se espera más de Europa, para que unida y fuerte pueda llegar a convertirse en un contrapeso al imperio estadounidense. Eso está en juego.

 

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Antonio Gazol Sánchez, profesor de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, aseguró que de la resolución del proyecto de Constitución para la Unión Europea depende el futuro de esa región

 

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El reparto del poder está a debate: qué y cuánto están dispuestos a ceder los Estados nacionales europeos como contribución al proyecto común, reveló el investigador Antonio Gazol Sánchez