Boletín UNAM-DGCS-103
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Universitaria
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EL RACISMO ES UN PROBLEMA SOCIAL DE DIMENSIONES INTERNACIONALES
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Audrey Kobayashi, de la Queen's University,
de Canadá, aseguró que vencerlo debe ser prioridad, especialmente en los países
europeos
· La migración ha sido regulada por el desarrollo humano en lo social, lo económico y lo político
El racismo se ha convertido en
un problema social de dimensiones mundiales y vencerlo –bajo la normatividad
cultural blanca– debería ser prioridad,
urgente especialmente en Europa, aseguró Audrey Kobayashi, del Departamento de
Geografía de la Queen's University, de Canadá.
Dijo que durante las
emigraciones pasadas, principalmente las europeas, existía la percepción de que
los recién llegados podían abrirse camino hacia el bienestar en una sociedad
igualitaria. Sin embargo, ahora los grupos de razas diferentes a la caucásica
enfrentan de manera permanente condiciones de vida difíciles, además de
divisiones raciales y de clase.
Al ofrecer la conferencia
“Migración internacional, ciudadanía transnacional y derechos de ciudadanía en
un contexto globalizante” en el Instituto de Geografía de la UNAM, dijo que los
patrones de éxodo internacional han obedecido a los principales sucesos de la
historia del desarrollo humano.
Por ello la expatriación ha
sido regulada por los cambios y la naturaleza sistémica del crecimiento
económico y político, así como por las modificaciones recurrentes en la
tecnología y la comunicación, resultantes del desplazamiento y reasentamiento poblacional.
Estos patrones han sido
estructurados a veces de forma dramática, por estallidos sociales y desastres
humanos o naturales. Además, casi siempre se han acompañado por nuevas imágenes
sobre el significado de lugar, nación o nuevo hogar y por la transformación de
los ambientes cotidianos en donde la gente reside.
Por ello, la geógrafa
canadiense mencionó que estas observaciones nunca han sido más acertadas que en
los últimos tiempos, debido al aumento de la globalización, los sistemas
sociales, la intensificación de las relaciones transnacionales y el incremento
del movimiento de personas, bienes e información.
Destacó que en Canadá la
corriente de inmigración asiática ha sido importante, pues traen consigo un
inmenso capital humano y económico y también ahí han transformado el carácter
de muchas de las ciudades, como lo han hecho en los demás sitios del orbe en
donde se han asentado.
Situación sumamente clara en
Toronto y Vancouver, en donde una tercera parte de la población son de origen
oriental. “Este movimiento ha tenido efectos importantes en los patrones
culturales, los cuales han influenciado la comida, la moda, las innovaciones
tecnológicas, las costumbres de dirigir los negocios y, en un grado más
limitado, las artes”.
“Muchos canadienses blancos
los consideran extranjeros, y les exigen, por lo menos, que se ajusten a la
manera local de realizar las actividades diarias. Esta historia se repite en
otros países”, indicó Audrey Kobayashi.
Reveló que en los últimos años
las urbes industriales se presentan como multiculturales. Sin embargo, este
concepto es con frecuencia más simbólico que estructural, y a menudo se expresa
sólo en la esfera de los hábitos de consumo y no en la de los derechos humanos.
Uno de los aspectos más
reveladores de ese fenómeno en la sociedad moderna es su tendencia a transferir
esa condición a los considerados distintos. Es decir, “los integrantes de la
sociedad dominante se ven como quienes dictan las normas y a su cultura como la
imperante, mientras la gente de color y los recién llegados se convierten en
multiculturales”.
Expuso que el patrón
migratorio de mexicanos al Canadá es completamente distinto al de otras
naciones, al igual que en lo relativo a la discriminación.
No obstante, en todos los
casos el desplazamiento de los conjuntos humanos ha propiciado un choque entre
las nociones normativas y dominantes de ciudadanía, establecidas en la
tradición euroamericana, y las emergentes derivadas de una población más
diversa y multicultural.
Las ciudades de los países
avanzados muestran, por una parte, un nivel más alto de diversidad cosmopolita,
en especial por la presencia de un número creciente de trabajadores
itinerantes, relacionados con la industria del conocimiento y la alta
tecnología y, por la otra, por ciertas poblaciones de empleados inmigrantes
cada vez más marginados y con pocos derechos, que viven en los conglomerados
globales.
–o0o–
Foto 1
Audrey Kobayashi, del Departamento
de Geografía de la Queen's University, de Canadá, dijo en la UNAM que el
racismo se ha convertido en un problema social de dimensiones mundiales.
Foto 2
Los grupos de razas diferentes a la caucásica enfrentan condiciones de vida difíciles, además de divisiones raciales y de clase, aseguró en la UNAM la profesora Audrey Kobayashi.