06:00 hrs. Febrero 10 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-103

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

EL RACISMO ES UN PROBLEMA SOCIAL DE DIMENSIONES INTERNACIONALES

 

·        Audrey Kobayashi, de la Queen's University, de Canadá, aseguró que vencerlo debe ser prioridad, especialmente en los países europeos

·        La migración ha sido regulada por el desarrollo humano en lo social, lo económico y lo político

 

El racismo se ha convertido en un problema social de dimensiones mundiales y vencerlo –bajo la normatividad cultural blanca– debería ser  prioridad, urgente especialmente en Europa, aseguró Audrey Kobayashi, del Departamento de Geografía de la Queen's University, de Canadá.

 

Dijo que durante las emigraciones pasadas, principalmente las europeas, existía la percepción de que los recién llegados podían abrirse camino hacia el bienestar en una sociedad igualitaria. Sin embargo, ahora los grupos de razas diferentes a la caucásica enfrentan de manera permanente condiciones de vida difíciles, además de divisiones raciales y de clase.

 

Al ofrecer la conferencia “Migración internacional, ciudadanía transnacional y derechos de ciudadanía en un contexto globalizante” en el Instituto de Geografía de la UNAM, dijo que los patrones de éxodo internacional han obedecido a los principales sucesos de la historia del desarrollo humano.

 

Por ello la expatriación ha sido regulada por los cambios y la naturaleza sistémica del crecimiento económico y político, así como por las modificaciones recurrentes en la tecnología y la comunicación, resultantes del desplazamiento y reasentamiento poblacional.

 

Estos patrones han sido estructurados a veces de forma dramática, por estallidos sociales y desastres humanos o naturales. Además, casi siempre se han acompañado por nuevas imágenes sobre el significado de lugar, nación o nuevo hogar y por la transformación de los ambientes cotidianos en donde la gente reside.

 

Por ello, la geógrafa canadiense mencionó que estas observaciones nunca han sido más acertadas que en los últimos tiempos, debido al aumento de la globalización, los sistemas sociales, la intensificación de las relaciones transnacionales y el incremento del movimiento de personas, bienes e información.

 

Destacó que en Canadá la corriente de inmigración asiática ha sido importante, pues traen consigo un inmenso capital humano y económico y también ahí han transformado el carácter de muchas de las ciudades, como lo han hecho en los demás sitios del orbe en donde se han asentado.

 

Situación sumamente clara en Toronto y Vancouver, en donde una tercera parte de la población son de origen oriental. “Este movimiento ha tenido efectos importantes en los patrones culturales, los cuales han influenciado la comida, la moda, las innovaciones tecnológicas, las costumbres de dirigir los negocios y, en un grado más limitado, las artes”.

 

“Muchos canadienses blancos los consideran extranjeros, y les exigen, por lo menos, que se ajusten a la manera local de realizar las actividades diarias. Esta historia se repite en otros países”, indicó Audrey Kobayashi.

 

Reveló que en los últimos años las urbes industriales se presentan como multiculturales. Sin embargo, este concepto es con frecuencia más simbólico que estructural, y a menudo se expresa sólo en la esfera de los hábitos de consumo y no en la de los derechos humanos.

 

Uno de los aspectos más reveladores de ese fenómeno en la sociedad moderna es su tendencia a transferir esa condición a los considerados distintos. Es decir, “los integrantes de la sociedad dominante se ven como quienes dictan las normas y a su cultura como la imperante, mientras la gente de color y los recién llegados se convierten en multiculturales”.

 

Expuso que el patrón migratorio de mexicanos al Canadá es completamente distinto al de otras naciones, al igual que en lo relativo a la discriminación.

 

No obstante, en todos los casos el desplazamiento de los conjuntos humanos ha propiciado un choque entre las nociones normativas y dominantes de ciudadanía, establecidas en la tradición euroamericana, y las emergentes derivadas de una población más diversa y multicultural.

 

Las ciudades de los países avanzados muestran, por una parte, un nivel más alto de diversidad cosmopolita, en especial por la presencia de un número creciente de trabajadores itinerantes, relacionados con la industria del conocimiento y la alta tecnología y, por la otra, por ciertas poblaciones de empleados inmigrantes cada vez más marginados y con pocos derechos, que viven en los conglomerados globales.

 

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Foto 1

Audrey Kobayashi, del Departamento de Geografía de la Queen's University, de Canadá, dijo en la UNAM que el racismo se ha convertido en un problema social de dimensiones mundiales.

 

Foto 2

Los grupos de razas diferentes a la caucásica enfrentan condiciones de vida difíciles, además de divisiones raciales y de clase, aseguró en la UNAM la profesora Audrey Kobayashi.