06:00 hrs. Febrero 9 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-099

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

 

PARTICIPA MÉXICO EN EL PROYECTO DEL OBSERVATORIO PIERRE AUGER

 

·        Su objetivo, entender el origen y la naturaleza de los rayos cósmicos ultraenergéticos: Arnulfo Zepeda, del Cinvestav

·        El trabajo realizado por los mexicanos, muchos de ellos universitarios, va desde el diseño de los sistemas óptico y electrónico del detector de superficie, hasta el desarrollo de software para las mediciones

 

Las universidades Nacional Autónoma de México, Autónoma de Puebla y Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, e instituciones como el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav), participan en la construcción del Observatorio Pierre Auger, cuyo objetivo es entender el origen y la naturaleza de los rayos cósmicos ultraenergéticos.

 

Arnulfo Zepeda, investigador emérito del Cinvestav, explicó que en la creación de ese instrumento, diseñado por los científicos James Cronin (ganador del Premio Nobel) y Alan Watson, colaboran naciones de Europa y Latinoamérica, además de  Estados Unidos y Australia.

 

Durante la conferencia Rayos cósmicos ultraenergéticos. Ventana al universo, efectuada en la Facultad de Ciencias de la UNAM, explicó que este proyecto involucra la construcción de dos detectores, cada uno con una cobertura de tres mil kilómetros cuadrados, localizados en los hemisferios norte y sur, respectivamente. El del sur se sitúa cerca de la ciudad de Malargüe, provincia de Mendoza, Argentina, en un lugar llamado Pampa Amarilla.

 

El trabajo realizado por los científicos mexicanos va desde el diseño de los sistemas óptico y electrónico del detector de superficie, el modelo de producción de rayos cósmicos fuera de nuestra galaxia y el software para llevar a cabo las mediciones, hasta la divulgación.

 

El equipo internacional espera detectar las fuentes específicas de esas radiaciones, es decir, núcleos significativos de eventos de alta energía, lo cual podría conducir a descubrimientos revolucionarios, “como fue en su momento la radiactividad”.

 

Zepeda explicó que se trata de ondas que llegan a la Tierra de todas direcciones, provenientes del espacio exterior. La mayoría son núcleos atómicos, desde protones hasta núcleos pesados. También hay electrones, rayos gamma y neutrinos.

 

Su existencia fue establecida por Víctor Hess en 1912. En 1938 se evidenció que eran líneas de luz cargadas, cuando Pierre Auger descubrió los “chubascos extendidos”. Al colocar detectores separados entre sí determinó que la señal llegaba simultáneamente. Es decir, el fenómeno no era esporádico, sino extenso.

 

Su energía era millones de veces mayor a la alcanzada en los laboratorios mediante aceleradores de partículas, y permitieron descubrir elementos similares a los electrones, como el positrón, primera muestra de antimateria, con una carga opuesta. Luego se detectó el muón, con una masa 200 veces más grande que su referente, finalizó el experto.

 

-oOo-

 

 

 

PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

Nuestro país participa, a través de instituciones como la UNAM y el Cinvestav, en el proyecto del Observatorio Pierre Auger, cuyo objetivo es entender el origen y la naturaleza de los rayos cósmicos ultraenergéticos, expuso Arnulfo Zepeda.

 

Foto 2

 

Arnulfo Zepeda, investigador del Cinvestav, explicó que los rayos cósmicos ultraenergéticos son ondas que llegan a la Tierra de todas direcciones, provenientes del espacio exterior. La mayoría son protones.