Boletín UNAM-DGCS-089
Ciudad Universitaria
![]() |
Pies de fotos al final del boletín
LA MISOGINIA, UNA DE LAS DESVENTAJAS QUE MÁS AFECTAN A LA MUJER EN MÉXICO: JIMÉNEZ ORNELAS
·
La
violencia ejercida contra las mujeres se vive en cualquier parte del país y se
manifiesta en diferentes ámbitos sociales, destacó el investigador
universitario
·
En uno
de cada tres hogares del DF se presentan conductas violentas y en el 85 por
ciento se manifiesta daño psicológico
·
El 90
por ciento de las mujeres recibe menos de 1.5 salarios mínimos
Las mujeres aún están en desventaja como grupo, a
pesar de los avances logrados en el siglo anterior en materia de igualdad de
género, ya que aún son víctimas de la misoginia fuertemente arraigada en
nuestro ámbito social, afirmó René Jiménez Ornelas, responsable de la Unidad de
Análisis sobre Violencia Social del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS)
de la UNAM.
La misoginia ha provocado que a causa del poder
masculino, las mujeres sufran violencia física, abuso sexual, degradación,
tratamiento injusto y discriminación legal y económica, abundó.
Este problema se alimenta de creencias sobre la
supuesta inferioridad femenina y la supervaloración del dominio viril, viéndose
reforzada por múltiples factores como los tradicionalismos, la familia y los
medios de comunicación.
Al participar en la mesa redonda La misoginia en
las políticas sociales, efectuada en el Auditorio del Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de esta casa de
estudios, el investigador universitario reiteró que en México, a pesar de los
numerosos avances ocurridos en el siglo anterior, las mujeres aún están en una
situación de desventaja como grupo.
La violencia ejercida contra ellas es un hecho
palpable que se vive en cualquier parte del país y se manifiesta en diferentes
terrenos sociales, no sólo en la familia, por supuesto también fuera del hogar,
destacó.
Precisó que las formas en que se manifiesta la
misoginia son de diversa índole y van desde los chistes machistas, hasta
asuntos más complejos como la violación sexual, la privación de los derechos
humanos y el asesinato.
Jiménez Ornelas consideró que la primera
discriminación y la más notoria se presenta al interior del hogar, donde es
agredida principalmente por su pareja. Entre los actos más frecuentes se
encuentran el maltrato psicológico, físico y sexual.
Además, abundó, la ONU señala otras
formas de violencia como el abuso económico, impedirle que trabaje, no aportar
al sustento de la familia, no informar del monto de los ingresos familiares,
obligarla a pedir dinero, conductas para su dominio y control, aislamiento y la
prohibición del uso de métodos anticonceptivos, entre otros.
En el Distrito Federal, por ejemplo –destacó–, en
uno de cada tres hogares se presentan conductas violentas y en el 85 por ciento
se manifiesta en otras formas, como el daño psicológico.
En ese contexto, la misoginia no sólo afecta a la
mujer sino que sus consecuencias se expanden al núcleo familiar, comunitario y
ciudadano, tanto en el ámbito nacional como internacional.
Otra conducta discriminatoria se ubica en el
ámbito escolar y laboral, ya que debido a las condiciones sociales de
desarrollo siempre se ha dicho que la vocación primaria de la mujer es la
función familiar y, por lo mismo, está menos comprometida con el trabajo que el
hombre y tiene menos posibilidades de mantener un alto nivel de conocimientos
especializados, refirió.
Así, a pesar de que en México les asiste el
derecho a la educación, todavía es baja la cifra de quienes incursionan en el
sistema escolar superior, dijo.
En lo laboral, abundó, esta población ha
modificado sus patrones de vida para enfrentar mejor la economía doméstica y,
por ello, cada vez se incorporan mayoritariamente a las fuerzas productivas.
Sin embargo, se ven discriminadas al percibir menor salario que los varones por
el mismo trabajo. El 90 por ciento de ellas recibe menos de 1.5 salarios
mínimos y sólo 5 por ciento recibe sueldos decorosos.
Aunado a ello, deben enfrentar el acoso sexual,
considerado como un acontecimiento frecuente, pues al menos el 50 por ciento de
la población femenina, en el transcurso de su vida laboral o estudiantil, sufre
de este tipo de atropello misógino, subrayó.
Mencionó que la proporción de víctimas del delito
ha aumentado a lo largo del tiempo. En 1930 el 8.9 por ciento de todos los
crímenes de carácter intencional registrados en el Distrito Federal, excluyendo
los delitos sexuales, fueron en contra de ellas; en 1980 la proporción llegó a
13.6 por ciento; en 1996 alcanzó el 19.3 por ciento, y en la actualidad esta
tendencia va en aumento, concluyó.
---o0o---