06:00 hrs. Febrero 4 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-083

Ciudad Universitaria

 

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CINCO MILLONES DE PERSONAS SUFREN DEPRESIÓN EN MÉXICO

 

·        Se presenta tanto en niños como en adultos, pero la población más afectada son las mujeres

·      El trastorno depresivo severo conlleva ideas de muerte, autoagresiones y suicidios

·      La alteración se ha encontrado en los neurotrasmisores del sistema nervioso central, como la serotonina y la noradrenalina

 

El 5 por ciento de la población de nuestro país sufre depresión, de acuerdo a estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que también considera que 150 millones de individuos en el orbe sufren este padecimiento, afirmaron especialistas de la UNAM.

 

De acuerdo a los cálculos, en México hay cinco millones de personas con depresión, por lo tanto se trata de un problema de salud pública, indicó Silvia Ortiz, coordinadora del Programa de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, al dictar la conferencia La depresión, ¿problema de los jóvenes?.

 

Advirtió que este trastorno y la ansiedad se presentan tanto en niños como en adultos, aunque en ambos casos la población más afectada son las mujeres.

 

En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (FCPyS), la profesora informó que este padecimiento comienza en dicho sexo a partir de la tercera década y es sumamente riesgoso, pues interrumpe la crianza de los hijos, quienes tienden a repetir los cuadros clínicos.

 

Ello porque las condiciones de tensión sostenida provocan modificaciones en el sistema nervioso central, lo que explica su reproducción, además de que los antecedentes familiares duplican o triplican el riesgo, abundó.

 

Otros factores se desencadenan en personalidades con tendencia al abatimiento bajo presión o a depender de los demás; es decir, en  aquellas sin autonomía, sin capacidad para la socialización, con tendencia al aislamiento, a autoculparse, con inseguridad, obsesividad o muchas preocupaciones.

 

Explicó que su diagnóstico evalúa una serie de elementos de manera persistente por más de dos semanas, como: pesimismo, incapacidad para afrontar o resolver problemas cotidianos, tristeza, pérdida de capacidad para disfrutar, autorreproches, indecisión, dudas, pensamiento obsesivo y desesperanza.

 

También ansiedad, sentimientos de culpa, vergüenza, autodesprecio, irritabilidad e intranquilidad. Son comunes las faltas al trabajo y los estudiantes muestran una disminución en su rendimiento escolar, lo que indica un trastorno multifactorial.

 

En los jóvenes es factor de alto riesgo para que el alcohol y las drogas sean una fuga del malestar que produce. En la afectación severa, las ideas de muerte y las auto–agresiones empiezan a concretarse.

 

El suicidio, abundó, es más alto en los hombres y los medios son distintos. Las mujeres generalmente se cortan las venas y toman pastillas, mientras que los varones se ahorcan o se dan un balazo tras tomar una decisión impulsiva. Tiene picos en la población general y se manifiesta de los 15 a 21 años, y posteriormente en la sexta década.

 

Otra característica es el insomnio. También se producen dolores de cabeza, mareos, disminución del interés sexual, cansancio, retardo motriz y agitación; regularmente, la persona se siente mal por la mañana y va mejorando por la tarde, aseveró.

 

 

 

Silvia Ortiz indicó que de 25 a 60 por ciento de los pacientes de los servicios de medicina general o interna presentan problemas psiquiátricos, más que médicos. Por ejemplo, en los seis meses posteriores al parto puede haber depresión por cambios hormonales y alteraciones de rol.

 

Destacó que fundamentalmente la alteración se encuentra en los neurotrasmisores del sistema nervioso central, como la serotonina y la noradrenalina. Sin embargo, existen posturas equivocadas respecto del tratamiento farmacológico, a pesar de que los medicamentos han probado su eficacia en las últimas cinco o seis décadas.

 

En el pasado, dijo, predominó casi exclusivamente el marco teórico- psicoanalítico como explicación de los trastornos psiquiátricos, pero ha sido rebasado. Actualmente, las neurociencias explican estos malestares y así, la genética, la biología molecular, la psicofarmacología y la neuropsicología, así como las técnicas de neuroimagen han permitido avanzar en este conocimiento.

 

Por otro lado, la especialista se refirió al trastorno de angustia, una sensación patológica de amenaza ante un peligro incierto y que llega a interferir en la vida profesional y laboral de las personas. Cerca del 15 por ciento de los pacientes psiquiátricos lo han presentado al menos en una ocasión, y el  promedio de edad para su inicio es a los 25 años.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

Silvia Ortiz, coordinadora del Programa de Salud mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, advirtió que este trastorno afecta principalmente a las mujeres.

 

Foto 2

 

Las profesoras Silvia Ortiz (izquierda) y Amparo Ruiz del Castillo durante la conferencia La depresión, ¿problema de los jóvenes?, donde trataron las implicaciones de este problema de salud pública.