Boletín UNAM-DGCS-082
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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La
fragmentación de la autoridad es otro de los peligros que enfrenta
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La
democracia no goza de óptima salud, en el pasado tampoco pudo disfrutar de ella
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Se
llevó a cabo el ciclo “Bobbio en la teoría del Derecho y en la práctica de la
política”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) y la
Comisión permanente del Congreso de la Unión
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Encuentro
de académicos y legisladores en la UNAM
El déficit de
legalidad que tenemos en México es tan grande que puede poner en riesgo a la
democracia; la alternancia de 2000 no se aprovechó para dar un paso firme en el
fortalecimiento de la vigencia de las leyes.
De tal suerte que las presiones, los intereses y las amenazas a la
estabilidad, hacen que una y otra vez se tenga que forzar la ley y que cada
grupo pretenda que se aplique para otros pero no para él, destacó Manuel
Camacho Solís, diputado del PRD.
Más que el control
del Estado por la sociedad, lo que se termina buscando es apoderarse del mismo
para proteger acciones impunes y hacer avanzar sus intereses, manifestó al
señalar los peligros que enfrenta la democracia en nuestro país, durante el
ciclo “Bobbio en la teoría del Derecho y en la práctica de la política”,
organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) y la Comisión
permanente del Congreso de la Unión.
Otra de las
amenazas, dijo, es la fragmentación de la autoridad; el avance democrático debió
distribuir el poder entre poderes: niveles de gobierno, opinión pública; sin
embargo, nos hemos ido al otro extremo: el de la fragmentación de la autoridad;
cada quién controla su territorio, su burocracia, su nivel de gobierno y sus
alianzas políticas y sociales, pero al momento de ejercer la autoridad, no hay
coordinación al interior del poder ejecutivo.
Por su parte, Diego
Valadés, director del IIJ, manifestó que las ideas políticas de Bobbio están
presentes en muchos de los debates y en muchas de las tesis sustentadas por
nuestros legisladores y las ideas jurídicas son objeto también de estudio, de
un examen sistemático por parte del IIJ y de
los académicos.
Bobbio tiene gran
importancia en la historia del pensamiento jurídico y del pensamiento político
contemporáneo. Entre los grandes pensadores del siglo XX, su influencia fue
significativa en la construcción de instituciones democráticas de la posguerra.
La Organización de las Naciones Unidas es una de ellas.
En el orden de las
construcciones constitucionales tenemos que identificar el proceso de
descolonización y los procesos de democratización. La constitución japonesa de
1946, la constitución de India de 1950, las de Italia y de Alemania
inmediatamente después de la posguerra; y el amplio abanico de construcciones
constitucionales que se produjeron en el resto de Europa y en América
Latina.
Señaló que en todos
estos cambios estuvieron presentes las ideas de los grandes juristas,
economistas, sociólogos, politólogos y filósofos del siglo XX; uno de ellos fue
Norberto Bobbio y por ello la importancia que en el Congreso de la Unión y en
el IIJ de manera sincrónica, se aboquen al análisis de su obra.
En su oportunidad,
Javier Corral, del PAN, coincidió con este pensador al señalar que en el mundo
la democracia no goza de óptima salud y en el pasado tampoco; sin embargo, no
está al borde de la muerte. La transformación en la democracia forma parte de
su estado natural. Para un régimen democrático estar en transformación es el
estado natural. La democracia es dinámica, el despotismo es estático.
Abundó que esta
forma de gobierno se reajusta en forma permanente y la manera de analizar su
porvenir puede ser estudiada desde la mirada hacia las promesas no cumplidas.
La democracia no tiene alternativa razonable.
Para Bobbio, este
régimen es ante todo un conjunto de reglas de procedimiento para la formación
de las decisiones colectivas en las cuales está prevista la participación más
amplia posible de los interesados, indicó.
A su vez, René
Arce, del PRD, destacó que el cómo se vienen construyendo las instituciones,
las teorías generales sobre el Estado, las diferentes formas de gobierno, ha
sido desdeñado por la izquierda en una pereza teórica y que hasta la fecha no
hemos logrado superar.
En cuanto a los
fines; para la izquierda el fin justifica los medios; es decir, lo que importa
son los objetivos, llegar a la sociedad perfecta, feliz, y en algunos casos
socialista, sin reparar en qué medios deben tenerse para llegar a esa meta. Sin
embargo, Bobbio plantea que la importancia tiene que ver también con el cómo
los medios pueden justificar el fin, y esto tiene que ver con el asunto de la
cultura política democrática.
A decir del
diputado, lo anterior no ha sido asumido como un asunto de conducta, de reglas,
de plantearnos que es son importantes los instrumentos que utilicemos para
llegar a los objetivos. De ahí la importancia de que los planteamientos que
Bobbio ha hecho sean discutidos en el interior de la izquierda. Tenemos que
avanzar más en la renovación de las instituciones y no sólo quedarse en la
crítica de ellas. Así, este pensamiento no sólo debe quedarse en la academia
sino permearse en las instituciones.
Al tomar la
palabra, Cesar Camacho, destacó que México está viviendo más que una época de
cambio, un cambio de época; el poder ha cambiado de manos y podrá seguir
ocurriendo, sin mermar la estabilidad económica y mucho menos perder en
conquistas sociales, es la transición mexicana o la transición a la mexicana,
proceso inacabado pero continuo que habiendo iniciado hace tiempo debe seguir
su curso, con aristas distintas, aunque no siempre avanzando al mismo ritmo.
De ahí la
importancia de la obra de Bobbio por su insistencia en advertir sobre los
riesgos de toda transición y así precavernos de las asechanzas; de lo que él
llamó el poder estatal oculto y la forma de combatirlo; de las muchas
resistencias que genera el cambio y los excesos y las falacias que en él se
ocultan. En suma, la alternancia carente de proyecto y falta de liderazgo se
convierte en la democracia infertil.
México debe seguir
avanzando en su transición y debe hacerlo reformando al poder; de nada serviría
que su ejercicio corresponda a la norma, si no responde a la expectativa de
aquellos a quienes sirve, si le falta sustancia o su utilidad es sólo aparente
Por supuesto, el poder debe ser legítimo, pero sobre todo debe ser eficaz, para
que su desempeño sea inobjetable en la forma y en el fondo, para que su validez
no sólo dependa de su fundamento jurídico o de su legitimidad política, sino de
su capacidad para dar respuestas y encontrar soluciones.
El principio de
mayoría es necesario pero no suficiente para caracterizar a la democracia. Tal
grado de suficiencia lo da el respeto de las minorías, consideraba Norberto
Bobbio, el intelectual italiano que ha ejercido y ejerce una influencia notable
en el pensamiento político y jurídico contemporáneo.
Así lo consideró
José Fernández Santillán, profesor e investigador del Instituto Tecnológico y
de Estudios Superiores de Monterrey, campus Ciudad de México, al recordar que
para el pensador, esta forma de gobierno no sólo está compuesta por normas.
Ella enuncia, al mismo tiempo, valores fundamentales.
Ellos son: libertad, mediante la participación de los
ciudadanos en la definición de las decisiones colectivas; igualdad, sobre todo
la que atañe al plano político y que le otorga una misma dignidad a cada
ciudadano; tolerancia, referida a la capacidad de admitir que existan formas de
pensamiento diferentes a las propias; y la transformación gradual de la
sociedad.
El principal
traductor al español de las obras del recién fallecido politólogo, al
participar en la mesa “La filosofía política y jurídica de Norberto Bobbio”,
abundó que para el jurista italiano, lo que caracteriza a la vida democrática
es el respeto de las minorías y el reconocimiento de que éstas pueden
transformarse en mayorías en un siguiente período electoral sin necesidad de
recurrir al conflicto o a la violencia.
En el aula “Guillermo
Floris Margadant” del IIJ, refirió que Bobbio siempre tomó en consideración que
en el terreno político se podría definir a la democracia como un conjunto de
reglas que todas las partes en pugna se comprometen a respetar, orientadas a
asegurar la convivencia pacífica entre los ciudadanos, las clases sociales, los
grupos y las asociaciones.
El autor de El
existencialismo, nacido en 1909, explicó los problemas a los que se enfrenta la
democracia contemporánea teniendo como respaldo la lección de los clásicos,
finalizó José Fernández.
En tanto, Arnaldo
Córdova, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales, expuso
que Bobbio, uno de los más grandes estudiosos de Italia hasta el momento, se
ubicó en un momento de gran transformación intelectual en su país, cuando el
positivismo se convirtió en una concepción de la vida social predominante, lo
cual tuvo repercusión en la sociología, pero también en el pensamiento jurídico
y político.
A su vez, Corinna
Yturbe, del Instituto de Investigaciones Filosóficas, mencionó que frente a las
deformaciones de la interpretación historicista o ideológica, el pensador
europeo defiende la lectura analítica de los textos clásicos, es decir, la
clarificación y reconstrucción de los contenidos conceptuales considerados de
manera aislada.
En contra del
estilo metafísico que pretende dibujar concepciones generales del mundo, su
preferencia por el llamado método analítico es más bien el testimonio de una
inclinación a favor de la claridad y el rigor, de un modelo analítico más que
sintético, problemático más que sistemático, práctico más que especulativo.
De ahí el gusto de
Bobbio por las distinciones conceptuales, la explicación e interpretación de
los conceptos fundamentales, por el análisis de su uso actual y de su relación
con otras categorías.
Finalmente, Luis
Salazar, de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, explicó que la
originalidad teórica del pensamiento del autor no reside tanto en su intento de
combinar socialismo y liberalismo, como en su realismo político.
Su obra destaca por
asumir rigurosamente una perspectiva metodológica, ontológica; es
histórica-realista para analizar, interpretar e incluso evaluar los fenómenos
políticos. Asume el realismo como un instrumento para defender, sin ilusiones
ni utopías, los valores de la paz, la democracia y los derechos humanos, no
justificándolos teóricamente, sino investigando los medios más eficaces para
realizarlos y garantizarlos.
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FOTO 1
Diego Valadés,
del IIJ de la UNAM, manifestó que Norberto Bobbio tiene gran importancia en la
historia del pensamiento jurídico y del pensamiento político contemporáneo.
FOTO 2
René Arce, César
Camacho, Manuel Camacho y Diego Valadez participaron en el ciclo “Bobbio en la
teoría del derecho y en la práctica de la política”, efectuado en el IIJ de la
UNAM
FOTO 3
Aspecto de una de las mesas del ciclo “Bobbio en la teoría del derecho y en la práctica de la justicia”, efectuado en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM