Boletín UNAM-DGCS-028
Ciudad Universitaria
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Pies de fotos al final del boletín
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Investigadores del CISAN señalaron que se
trata de una iniciativa política–electorera y sólo beneficiará a los
empresarios estadounidenses
·
Expresaron que México debe asumir “la
ofensiva” y establecer con Estados Unidos negociaciones firmes y de presión
sobre el tema migratorio
Especialistas del Centro de
Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM advirtieron que la
ley migratoria propuesta por el presidente George W. Bush es unilateral, política–“electorera”
y sólo beneficiará a los empresarios estadounidenses.
Por ello, consideraron fundamental que
México “asuma la ofensiva” y establezca con Estados Unidos negociaciones firmes
y de presión sobre el tema migratorio. Resulta fundamental, aseguraron, que el
país presente la iniciativa para que sea favorecido en temas sobre la propuesta
de migración.
Aseveraron que existe la
posibilidad de que la relación entre ambas naciones en materia de seguridad y
migración sea afortunada y virtuosa, no perversa. México tendría que
aprovechar, insistieron, el momento electoral que viven nuestros vecinos para
incidir de manera sensible en los temas importantes.
En conferencia de prensa, José
Luis Valdés Ugalde, director del CISAN, y las investigadoras de ese Centro
Mónica Verea Campos y Elaine Levine Leiter, externaron que esta reforma es
limitada en incentivos como para ser aplicada en el programa de trabajadores
temporales, dado que un ilegal no se arriesgará a ser deportado sólo por hacer
el trámite de contratación regular. Así, será cada vez mayor la presencia de un
flujo migratorio.
Los empleadores, subrayaron,
tendrán un papel relevante en los procesos de calificación de estos
trabajadores. Incluso, los grupos empresariales, en especial la Cámara de Comercio
estadounidense, apoyan la medida al señalar que ayudaría a generar una fuerza
de trabajo estable en industrias de bajo salario.
Sin embargo, alertaron sobre
la falta de claridad respecto a la labor que realizarán los empleados
estadounidense y los ilegales, o si aumentarán los salarios de éstos últimos
una vez legalizado su estatus, así como del impacto en el monto de las remesas
debido a la aplicación del programa.
Recalcaron que, respecto a su
propuesta, el equipo de Bush no ha establecido los criterios políticos para formar una coalición ganadora en el
Congreso y, en lo referente a México, tampoco se han establecido las
condiciones políticas para impulsar el cabildeo en Washington.
José Luis Valdés Ugalde
recordó que ya se ha aclarado que el plan presentado por el presidente del
vecino país del norte no es una amnistía. Sólo se fijan criterios para su
operación: los estadounidenses tienen prioridad; la aplicación de las leyes
migratorias se dará en los centros laborales;
se ofrecerán incentivos para regresar a sus países de origen, y habrá un
proceso de ciudadanía justo y significativo y un aumento anual prudente de
trabajadores legales.
De esta manera, destacó, se
corre el riesgo de crearse dos tipos de trabajadores o una subclase permanente
de los que no tendrán derechos, con los consiguientes riesgos de abuso y
explotación.
Indicó que en Estados Unidos
la presidencia Bush no ha precisado los medios que utilizará para impulsar la
medida en el Congreso, ni hay indicios de la operación de una coalición
ganadora para avanzar en el tema migratorio.
José Luis Valdés resaltó que
la propuesta de ley migratoria es unilateral y no responde al consenso
bilateral, a pesar de que debiera ser una obligación y precondición fundamental,
porque se trata de dos vecinos que son socios y, por tanto, defiende intereses
comunes tanto comerciales como de seguridad.
Manifestó la necesidad de que
el diálogo entre ambas naciones se recupere, pues en Estados Unidos hay
sectores muy renuentes a la legalización de los inmigrantes. Dio cifras de
algunas encuestas: el 58 por ciento de los estadounidenses desean reducir la
inmigración; el 65, están en desacuerdo con la amnistía, y el 68 por ciento
quiere que su país despliegue militares en la frontera para impedir la entrada
de los ilegales.
Por otro lado, el 60 por
ciento cree que los niveles presentes de inmigración ilegal son una amenaza
crítica a los intereses de su país.
Mónica Verea abundó que esta
propuesta es congruente con todas las iniciativas que se habían discutido en el
Congreso durante los últimos cuatros años. Pero, en realidad busca el
pronunciamiento de demócratas y republicanos
para que entre los hispanos se cree la conciencia de que existe algo a
su favor.
Empero, puntualizó la
investigadora, busca beneficiar a los empresarios, aunque es probable que sigan
con las contrataciones de indocumentados porque no les interesa pasar por todos
los trámites burocráticos.
Otro aspecto de relevancia,
expuso, es ver la vulnerabilidad que tendrá el indocumentado en el momento en
que acabe su contrato y a los tres años pueda ser deportado porque el
empresario ya no se interesa en emplearlo.
En la actualidad, sostuvo, la
tradición en Estados Unidos y de sus industriales es que la mano de obra
mexicana es dúctil, dócil, hábil y muy trabajadora, por lo tanto, siempre
requieren de ellos.
Mónica Verea Insistió en que
Bush nunca se ha pronunciado por una amnistía, siempre por un programa de
trabajadores huéspedes, por lo que está muy distante la posibilidad de que se
llegue a la “enchilada completa”.
Coincidió con José Luis Valdés
en el sentido de que para una nueva negociación, México llega debilitado frente
a la expectativa de obtener el acuerdo migratorio que Bush ofrece.
Elaine Levine Leiter coincidió
en que es una propuesta con fines políticos, previo a la Cumbre Hemisférica de
Monterrey. Trata de decir a México, en particular, a América Latina, en
general, y a los latinos que viven en Estados Unidos, que Bush hace algo por el
tema de migración.
Pero, agregó, en el Congreso
del vecino país del norte se ha dicho que nada se resolverá hasta que se avance
más en la lucha contra el terrorismo.
La especialista sostuvo que el
presidente de Estados Unidos presentó la propuesta para presionar. Es un manejo
político de toda la agenda bilateral, aunque no es la primera ni será la última
vez que se trata de esa forma.
Previó que no habrá resultados
concretos de la discusión del tema en el Congreso estadounidense hasta después
de las elecciones.
Más adelante, indicó que las
organizaciones de latinos en Estados Unidos son muy cautelosos, pues toda esta
problemática implicará acrecentar el mercado laboral dual que ya existe. Son
dos grupos de trabajadores, los nativos de esa nación que reciben un determinado
salario, y los extranjeros dispuestos a aceptar menores remuneraciones.
De la Cumbre Hemisférica de Monterrey,
los especialistas dijeron que es un aspecto positivo de este proceso de diálogo
entre los países americanos con miras a garantizar condiciones de la
integración justas y de equidad, así como de garantía y gobernabilidad democrática.
Comentaron que esta reunión
multilateral es un conjunto de sesiones bilaterales que responden, sobre todo, a
la agenda estadounidense, cuyo tema de seguridad es uno de los puntales de su
política.
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