Boletín UNAM-DGCS-010
Ciudad Universitaria
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Pies de foto al final
del boletín
EUROPA Y ASIA,
INTERESADOS EN CULTIVAR AMARANTO
·
El amaranto ofrece un alto contenido
proteínico y variados usos comestibles
·
Teresa Reyna Trujillo, del Instituto de
Geografía, reveló que Mesoamérica es centro originario de más de 52 especies de
frutos
· Informó que en investigadores de la UNAM y de otras universidades latinoamericanas estudian la producción masiva de cultivos alternativos
Por su alto contenido proteínico, variados usos
comestibles y la facilidad con la que se cultivan, casi de manera silvestre,
además de que se ingieren como hortalizas el amaranto tiene alta demanda en
Europa y Asia, afirmo la bióloga Teresa Reyna Trujillo, del Instituto de
Geografía de la UNAM.
Por estas razones, entre otras, investigadores de la
Universidad Nacional, en colaboración con colegas de diversas instituciones de
educación superior de Latinoamérica y el Caribe, trabajan en la introducción de
cultivos alternativos como el amaranto y árboles frutales, como una opción
alimentaria para el hombre y los animales en diversos países de la región.
Reyna Trujillo reveló que
Mesoamérica es el centro originario de más de 52 especies de frutos, sobre todo
los territorios de la República Mexicana y Guatemala; no obstante, en la
actualidad están olvidados, pues no se conoce su ubicación y tampoco se
cultivan; sólo existen en forma silvestre.
Uno de los primeros productos
trabajados fue el amaranto. Este vegetal hoy es requerido por países europeos y
asiáticos para propagarlo en sus regiones. En América es posible encontrarlo de
manera silvestre desde el sur de Estados Unidos hasta la Patagonia.
Dos de las principales
especies comestibles y que hoy se propagan por el mundo son originarias de
México y Centroamérica, y una más de Sudamérica. No sólo poseen un alto
contenido proteínico, sino que también se ingieren como hortaliza.
Apuntó que al abordar este
tema, de inmediato se piensa en los dulces de alegría, que puede ser parte de
una agroindustria totalmente constituida. Se busca que sus derivados tengan
penetración en las grandes ciudades, donde se requieren para una mejor dieta de
la sociedad.
Para lograrlo, abundó Reyna
Trujillo, se realizan talleres sobre el consumo de todos los derivados de esa
semilla como atoles, galletas, pasteles, tamales y la misma hoja, de gran uso y
tradición entre mayas, teotihuacanos y aztecas.
También se tienen proyectos en
otros países como Perú, Argentina y Bolivia. En este último, a pesar de tener
ciudades con 4 mil metros de altura sobre el nivel del mar y poseer
temperaturas bajas y con poca precipitación pluvial, se ha adaptado de manera
importante.
La académica universitaria
reconoció que a nuestro país le falta decidir qué hacer con esta nueva
producción agrícola, qué apoyos se le dará para impulsar el desarrollo
agroindustrial en beneficio de la población y para darle salida al extranjero
vía exportaciones.
Opinó que otro problema del
campo mexicano es la falta de un manejo adecuado, racional y planificado de sus
recursos, pues en algún momento pueden encontrar mercados locales, regionales,
nacionales, y si se mantiene la calidad de las frutas, por ejemplo, promoverlos
en el exterior.
Gran parte de estos cultivos
podrían ingresar a los mercados en el mundo si los productores se ajustaran a
los altos estándares de las normas internacionales establecidas; de lo
contrario, podrían ser rechazados de inmediato.
Según datos de la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Banco de México (Banxico), Secretaría de
Economía (SE) y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI), México generó 2 mil 961 millones de dólares en exportaciones
relacionadas con la agricultura y silvicultura de enero a agosto de 2003.
Incluso la balanza de pagos
registró un superávit por 508 mil 467 millones de dólares en el mismo año, al
alcanzar un saldo en las exportaciones de productos alimenticios del sector
agro–silvícola de 2 mil 54 millones de
dólares. Esta cifra oficial permite considerar que este sector comercial
alcanza una de las actividades más dinámicas de la economía nacional.
Reyna Trujillo enfatizó que la
colaboración entre naciones, a través de sus centros de investigación, es
fundamental para el desarrollo y crecimiento industrial. Sin embargo, primero
hay que saber todo acerca de esas especies y fomentar el hábito de su consumo
entre la población para lograr una cultura alimentaria en expansión.
Con ese objetivo, desde hace
varios años se trabaja de la mano de otros colegas de los institutos de
investigaciones Antropológicas, Económicas y Biología, así como del Programa
Universitario de Alimentos de la UNAM, en la impartición de diplomados sobre
cocina prehispánica.
La bióloga, encargada del
proyecto Cultivos alternativos para América Latina y el Caribe, recordó que
desde hace varios años han venido trabajando con algunos países
latinoamericanos, pues Mesoamérica tiene un interés étnico, antropológico,
histórico y desde el punto de vista de los recursos faunísticos y florísticos.
En Cuba ya se ha introducido
el amaranto; también hay otro proyecto para el cultivo del mojo, capomo o
ramón, un árbol originario de América del que se conoce poco, pero que tuvo
gran importancia para la cultura maya. Su fruto era consumido por las mujeres
preñadas ya que coadyuva a la formación de leche.
Otra alternativa que trabajan
es introducir árboles frutales, los cuales son abundantes en la región y ocupan
grandes superficies.
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FOTO 1
La bióloga Teresa
Reyna Trujillo, del Instituto de Geografía, dijo que la colaboración entre
naciones, a través de sus centros de investigación, es fundamental para el
desarrollo y crecimiento agroindustrial.
FOTO 2
Teresa Reyna Trujillo investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM trabaja con colegas de otros países en la introducción del amaranto como cultivo alternativo para América Latina. Este vegetal es requerido por naciones europeas y asiáticas para propagarlo en sus regiones.