Boletín UNAM-DGCS-001
Ciudad Universitaria
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EL ESTRÉS PUEDE SER MORTAL EN PACIENTES CON DIABETES E HIPERTENSIÓN: BENJAMÍN DOMÍNGUEZ
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Toda la gente necesita un mínimo de estrés
para mantenerse viva, sana y activa, señaló el académico de la FP de la UNAM
· Las personas se anticipan a lo que va a pasar y esto genera altos niveles de tensión, destacó
El estrés puede ser factor de
aumento en los índices de mortalidad entre los mexicanos al agravar muchas
enfermedades como diabetes e hipertensión, aseguró Benjamín Domínguez Trejo,
académico de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
Todos los seres humanos tienen
tensión, no obstante, las situaciones provocadas por el medio ambiente y el
organismo pueden contribuir a que ésta se eleve y dañe en el estado de salud,
indicó.
Si bien toda la gente necesita
vivir en un mínimo estado de alerta para mantenerse seguros, sanos y activos,
esta condición puede aumentar a niveles negativos cuando se activa de manera
constante su capacidad de anticipación. Las personas no sólo responden a los
estímulos cuando acaecen, sino que también pueden preverlos, manifestando
intensas turbaciones, refirió el psicólogo.
Esto se advierte en los
pacientes atendidos en la Clínica del Dolor del Hospital General de México.
Muchas veces, después de habérseles extirpado un tumor canceroso, sienten el
mismo dolor que presentaban en la etapa previa a la operación. Eso se debe a
que su cuerpo responde al temor de volver a presentar cáncer.
Los humanos pueden manifestar
angustia ante muchas situaciones. Se sabe que los menores presentan ansiedad
ante los pleitos familiares y las comparaciones con sus hermanos u otros niños.
Los jóvenes son sensibles a las relaciones con sus padres o las autoridades, y
los adultos resienten los altibajos familiares, de pareja y laborales.
Así, mientras las personas
tengan menos posibilidades de moderar la intensidad de estas fuentes, más daño
les causarán, sostuvo Domínguez Trejo. Por ejemplo, dijo, quienes trabajan en
servicios de emergencia están sometidos a fuertes tensiones, tal es el caso de
bomberos, médicos de urgencias y policías. Entre estos profesionales se
presentan más casos de muerte por infartos.
Una de las formas para saber
si un sujeto está estresado es inquirir si tiene problemas para concentrarse,
está inquieto, se sobresalta con facilidad y presenta palpitaciones y
dificultad para dormir, precisó.
Al hablar sobre los
procedimientos para su manejo, el académico señaló que las personas resisten
niveles más elevados de perturbación cuando tienen mayor cantidad de redes
afectivas: “Este es un escudo natural, quienes tienen una buena agenda de
amigos, parientes y personas en las que pueden confiar plenamente son capaces
de disminuir considerablemente este estado anímico”, recalcó.
Sin embargo, dijo, fumar,
comer en exceso o ingerir bebidas alcohólicas disminuyen la tensión
momentáneamente, y a largo plazo la factura para la salud es alta.
Escuchar música es relajante
por su efecto distractor y puede ser una herramienta para el control natural.
Dormir o descansar también son actividades relajantes. Sin embargo, hay
ocasiones en que estos mecanismos ya no funcionan y es necesario recurrir a
especialistas.
Benjamín Domínguez precisó que
en los últimos diez años su trabajo ha estado enfocado a dar tratamiento a
personas seriamente afectadas por esta enfermedad, especialmente a grupos
vulnerables, como es el caso de víctimas de desastres, secuestro y asalto.
Lo primero que se hace, dijo,
es tomarles signos a través de marcadores fisiológicos, los cuales indican los
cambios presentados por el organismo en situaciones de angustia. Éstos pueden
ser la velocidad y profundidad de la respiración, y las variaciones en la
temperatura de las manos.
Como especialistas, destacó,
se enseña a los pacientes a relajarse por medio de ejercicios de control del
flujo pulmonar y se le pide recordar momentos que les produzcan tranquilidad.
La escritura emocional
autorreflexiva y platicar los problemas son otros recursos empleados en el
manejo de la tensión. “Cuando la gente puede hablar o escribir sobre sus
angustias reduce los efectos negativos”, expresó.
Aunque los tratamientos
farmacológicos son utilizados para corregir este problema, se debe considerar
que una pastilla podrá quitarle el nerviosismo al paciente, pero no le enseñará
a permanecer tranquilo, acotó.
El manejo del estrés se
consigue mediante un proceso de aprendizaje y, en ese sentido, las personas
deben reconocer las situaciones que les preocupan, para después buscar nuevas
formas de respuesta a sus procesos de anticipación, concluyó.
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FOTO 1
Toda la gente necesita un mínimo de estrés para mantenerse viva, sana y
activa, señaló Benjamín Domínguez, académico de la Facultad de Psicología de la
UNAM.
FOTO 2
Fumar, comer en exceso o ingerir bebidas alcohólicas pueden ayudar a disminuir el estrés, pero sólo momentáneamente, porque a largo plazo la factura para la salud será alta, sostuvo Benjamín Domínguez, de la Facultad de Psicología de la UNAM.