Boletín UNAM-DGCS-860
Ciudad Universitaria
![]() |
Pies
de fotos al final del boletín
LA MISOGINIA, PRESENTE EN LOS MITOS FUNDAMENTALES DE TODAS LAS CULTURAS: DANIEL CAZÉS
·
Con este término se hace
referencia a todas las formas de rechazo, violencia y opresión a la mujer,
señaló el director del CEIICH de la UNAM
·
Desde hace muchos siglos
la misoginia es un mecanismo masculino para dominar a su contraparte, indicó
Nelson Minello, académico del Colegio de México
·
Participaron en el ciclo de mesas redondas Los hombres ante la
misoginia: miradas críticas
La misoginia está
presente en los mitos fundamentales de todas las culturas, como ambiente de las
relaciones cotidianas, intelectuales y académicas, afirmó Daniel Cazés Menache,
director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y
Humanidades (CEIICH) de la UNAM.
Por ejemplo, el
relato de la Creación judeocristiana tiene rasgos misóginos, explicó, aunque ha
llegado a nosotros en dos versiones: la primera nos dice que Dios creó a los
dos sexos, pero es la menos difundida; la segunda, más conocida, afirma que
primero creó a Adán y de él a Eva.
Al dictar la
conferencia La misoginia: un enfoque teórico y metodológico predominante en la
filosofía, la ciencia y la política, el antropólogo mencionó que ese término se
entiende como el temor y odio al sexo femenino. Con él, “se hace referencia a
todas las formas de rechazo brutal o sutil, de interiorización, ridiculización,
exclusión, violencia y opresión a la mujer”.
Se funda en la
concepción de que sólo los hombres pueden ser plenos y normales, mientras que
ellas son incompletas, extrañas y anormales, precisó en el auditorio del
CEIICH.
Este rechazo es un
complejo de concepciones y acciones que corresponden al dominio masculino
mediante los patriarcas; sin embargo, las mujeres también han construido esta
dominación en distintos espacios y formas. En ese sentido, “a todos los sujetos
del patriarcado nos ataca la misoginia, aunque no nos demos cuenta”, sostuvo
durante la mesa redonda La misoginia en el contexto teórico.
En su oportunidad,
Nelson Minello Martini, investigador del Colegio de México, sostuvo que en la
sociedad actual “los hombres somos misóginos porque no es una cuestión
individual”; sin embargo, se puede estudiar y erradicar individualmente, pues
es una situación que deriva de un determinado orden de género en una sociedad
determinada, precisó.
Desde hace siglos,
por lo menos en el mundo Occidental, este prejuicio existe como un mecanismo
masculino para dominar a sus semejantes, sean del sexo que sean, lo cual se
extiende a aquellos con preferencias sexuales distintas.
En
su ponencia La misoginia estructural de los hombres, el académico comentó que
se trata de un problema social y debe ser tratado como tal. En tal sentido, no
se puede esperar un cambio en el comportamiento de los varones si no hay
también una transformación de la estructura de género y, por lo tanto, en la
relación con entre ambos sexos.
La misoginia está
en la vida cotidiana y también tiene que ver con el desarrollo de las
relaciones de producción, es decir, está inmerso en los ámbitos material y
laboral, destacó.
Por su parte, el
psiquiatra Mario Zumaya consideró que esta fobia es un conjunto de esquemas
emocionales y preverbales que dan significado a la experiencia frente a la
mujer y disparan conductas consecuentes.
Es un prejuicio
sexual, simbólicamente compartido por los hombres en su praxis masculina. A
pesar de tener ramificaciones políticas, es un fenómeno afectivo, psicológico,
basado en la pasión, no en el razonamiento, señaló en su ponencia Psiquiatras,
psicoanalistas y otros misóginos.
Los misóginos son
gente ordinaria, que los hace malvados en su falta de conciencia. Es el crimen
de la gente común que es incapaz o inhábil para pensar, para preguntarse o
contestar a las preguntas del sentido de sus vidas o de sus actos, abundó.
Así, ejemplificó,
ellos aceptan y valoran la igualdad en el trabajo cuando ellas se acoplan a los
valores de la masculinidad: la rivalidad, la competitividad, el individualismo
y el rendimiento. La convivencia se complica cuando no renuncian a su poder
femenino, a las tareas de la empresa, a la competencia académica o a la
profesión, indicó.
En ese contexto,
consideró, el destino de las nuevas relaciones de amor y sexo en donde todos
están involucrados, sólo logrará afirmarse en la medida en que sea capaz de
modificar los parámetros de jerarquías y poder instaurados por el patriarcado
en las diferentes esferas de la vida social.
La reacción
colectiva a ese respecto tiene dos derivaciones dignas de ser cuestionadas: en
primer lugar, la insensibilidad de quienes se niegan a ver en la violencia
misógina una realidad que les atañe, a partir de la cual elaboran narrativas
para justificar su soslayo. En otros, persiste la preponderancia machista, las
políticas desinformativas o la fascinación simple por el morbo de la nota roja.
En segundo lugar,
puntualizó, se distingue el desdén de diversos gobiernos que rechazan su
responsabilidad al respecto, al igual que los empresarios, la jerarquía
católica, los dirigentes de los partidos políticos, los medios de comunicación
y las elites intelectuales.
Incluso algunas
feministas históricas, al descubrir en las víctimas a mujeres desposeídas, sin
un capital político explotable en lo inmediato, se desentienden del problema,
pues sólo les interesa la lucha por el poder. Para todos ellos siempre habrá
mejores causas que defender, concluyó el autor del libro Huesos en el desierto.
---o0o---
Pies de foto
Foto 01
Daniel Cazés
Menache, director del CEIICH de la UNAM, dictó la conferencia La misoginia: un
enfoque teórico y metodológico predominante en la filosofía, la ciencia y la
política.
Foto 02
En el ciclo de
mesas redondas Los hombres ante la misoginia: miradas críticas, Nelson Minello,
investigador del Colegio de México, señaló en la UNAM que este prejuicio es un
mecanismo masculino de dominación.
Foto 03
El psiquiatra
Mario Zumaya afirmó que la misoginia, a pesar de sus ramificaciones políticas,
es un fenómeno afectivo, basado en la pasión, no en el razonamiento.
Foto 04
El escritor Sergio González Rodríguez, autor del libro Huesos en el desierto, disertó sobre el asesinato de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, fenómeno relacionado con la impunidad y la misoginia social.