Boletín UNAM-DGCS-831
Ciudad Universitaria
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Pies de foto al final del boletín
REMEDIARÍA LA BIOTECNOLOGÍA EL IMPACTO AMBIENTAL DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS
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Isabel Saad, de AgroBIO, aseguró que con las
nuevas técnicas biológicas se pueden hacer grandes contribuciones para conservar
el equilibrio ecológico
·
También, se convierte en una arma
estratégica para recobrar el medio ambiente dañado
La biotecnología puede ayudar a remediar el impacto que
las actividades humanas han tenido sobre el ambiente y obtener un desarrollo sustentable en cinco
áreas básicas: remoción de contaminantes; agricultura, establecimiento de
procesos industriales de bajo impacto ambiental, conservación y caracterización
de plantas cultivadas, así como el rescate de especies en peligro de extinción,
aseguró Isabel Saad, de AgroBIO.
Durante la conferencia Medio Ambiente. Salud Global
aseguró que con las nuevas técnicas biológicas se pueden hacer grandes
contribuciones para conservar el equilibrio ecológico.
Recordó que las actividades humanas han tenido un impacto
destructivo en el ambiente y todos sus elementos han sido contaminados: suelos,
cuerpos de agua marinos y continentales, el aire y esto ha provocado la pérdida
de biodiversidad.
Muchas especies biológicas han desaparecido debido, entre
otras causas, al crecimiento de las áreas pobladas, la desertificación, la
explotación excesiva de los recursos naturales, las guerras y las políticas y
legislaciones inadecuadas, así como por el abandono de prácticas culturales
tradicionales, sobre todo en los cultivos, las cuales han sido sustituidas con
tecnologías agresivas para el medio.
Ante tal panorama, la biotecnología se vuelve un arma
estratégica para recobrar el medio ambiente dañado, porque puede dar respuestas
en todas las áreas donde intervienen los seres vivos, aseveró la especialista.
Se trata de una serie de técnicas que emplean organismos
vivos –en sus partes o sistemas– con una utilidad clara: obtener un producto
para brindar un servicio o resolver problemas específicos. Definida así,
aclaró, existe desde hace mucho tiempo, con el nacimiento de la agricultura.
La biotecnología tradicional utiliza la fermentación para
producir vacunas y antibióticos; la bioremediación, procesos de degradación de
materia orgánica o recuperación de suelos contaminados de forma natural, y la
biotransformación, que produce enzimas para desarrollar ciertas sustancias en
transcursos de síntesis química.
La técnica moderna, también llamada ingeniería genética,
produce anticuerpos monoclonales o derivados de una sola célula; la terapia
génica para corregir defectos en los genes y evitar enfermedades; y la
clonación animal, muy importante en el área agropecuaria y “que no debería
hacerse nunca en humanos”, advirtió.
Explicó que esas técnicas son insustituibles en la remoción
de contaminantes, de hecho no hay una mejor alternativa. Por ejemplo, para
recuperar cuerpos de agua existen procesos combinados: reactores aerobios, con
ventilación y temperatura adecuadas para que los consorcios microbianos puedan
degradar la materia orgánica; anaerobios, sin presencia de oxígeno, donde las
bacterias además producen gas útil para el consumo doméstico e industrial, y
con algas. Con la ayuda de estas técnicas el agua puede volverse potable.
Estos procesos sirven para
limpiar acuíferos que luego alimentan de agua a las ciudades, o bien, para
aprovechar los desechos orgánicos que se convierten en composta, precisó Isabel
Saad.
También se pueden recuperar suelos contaminados por
derrames de petróleo o procesos agrícolas mediante el uso de microorganismos.
El proceso de “limpieza” con seres vivos –conocido como biorremediación–
utiliza también consorcios microbianos que dan al terreno las características
necesarias para que las poblaciones naturales de microbios puedan reproducirse
en grandes cantidades y degradar los contaminantes.
La biotecnología ambiental, reiteró, es una opción viable
para frenar el deterioro sufrido en suelos y aguas, y detener los procesos de
contaminación de las industrias, pero ello requiere formar recursos humanos de
alto nivel.
Mencionó que la agricultura es la actividad humana con
mayor impacto en el ambiente: “Generalmente no pensamos en eso, porque tenemos
10 mil años haciéndolo y nos parece natural; pero no es así”.
Esta labor ha restado espacios
a los ecosistemas, ya que alrededor del 80 por ciento de la superficie del país
está cubierta por zonas agrícolas o pastizales, y el resto son ciudades o zonas
naturales que aún sobreviven.
También se trata de la actividad que más agua potable
consume y en la que excesivamente se usan fertilizantes y agroquímicos que
afectan el suelo y aguas subterráneas. Por ello, “necesitamos cambiar la
práctica agrícola convencional: se requiere un nuevo sistema que utilice menos
insumos químicos, con abonos orgánicos en lugar de fertilizantes y sustancias
bioactivas a cambio de los insecticidas y plaguicidas”, expresó.
Otro de los beneficios de la biotecnología es que ayuda a
producir variedades de plantas resistentes a las plagas y razas animales más
productivas y resistentes.
Además, es posible crear vacunas en las plantas, lo que
permitiría abatir los problemas para su producción a gran escala; “se pueden
introducir ciertos antígenos a los vegetales y hacer que la gente se vacune
comiendo plátanos, tomates o fresas. Eso no sólo hace más barata la producción,
sino que evita reacciones secundarias porque ya no se introduce al
microorganismo completo, sino a la proteína o molécula con capacidad antígena”.
En los procesos industriales se aprovecha la capacidad
sintética de los seres vivos y se crean procesos más eficientes, rápidos y
baratos, que, además, contaminan menos, expuso Isabel Saad.
Una de las opciones para rescatar las especies
amenazadas, es la técnica de cultivo de tejido y células vegetales, porque
permite producir nuevas plantas a partir de un pequeño fragmento de la misma
–proceso conocido como micropropación–, finalizó.
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Foto 1
La biotecnología puede hacer mucho
para remediar el impacto que las actividades humanas han tenido sobre el
ambiente, indicó en la UNAM Isabel Saad, de AgroBIO.
Foto 2
Isabel Saad, de
AgroBIO, ofreció la conferencia Medio ambiente. Salud global, efectuada en el
Museo de las Ciencias Universum de Ciudad Universitaria.