11:00 hrs. Septiembre 30 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-736

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

CINCO TESTIMONIOS DE MUJERES VANGUARDISTAS DE LA UNAM

 

·        Las profesoras Ana Hoffman y Leda Speziale San Vicente representan a la mujer universitaria de avanzada de los años cuarenta

 

Universitarias como Ana Hoffman, Leda Speziale, Estephanie Acevedo, Belén Viniegra y Patricia Ríos representan el avance de la mujer en la UNAM. Rompieron tabúes, reglas sociales, barreras machistas e incursionaron en carreras antes ocupadas por los hombres.

 

La emérita Ana Hoffman, pionera en el estudio de la acarología en México, y la profesora de carrera Leda Speziale San Vicente, ingeniera civil que participó en la construcción de Ciudad Universitaria, representan a las mujeres vanguardistas de los años cuarenta. Cada una se autodefine con esta frase espontánea: “Era un bicho raro”.

 

Speziale San Vicente todavía se siente hoy distinta al resto de la gente. “Nunca pegué un grito a la hora de mis partos”, recuerda la catedrática de la Facultad de Ingeniería (FI) desde 1954, quien también cree firmemente en la igualdad entre sexos; por ello rechaza los clubes o asociaciones exclusivos para damas, porque con ellos se inicia la discriminación por género.

 

“Estoy enormemente orgullosa de ser mujer. Luché porque tuviéramos un lugar, pero nunca he tratado de hacer menos a los hombres”, dice a sus 85 años de edad.

 

Fue la única de su género en el área Físico-Matemática de la Escuela Nacional Preparatoria, a donde ingresó en 1943, y en la generación 1945-1949 en la carrera de Ingeniería civil, impartida en la entonces Escuela Nacional de Ingeniería de la Universidad Nacional, hoy FI.

 

Para Speziale, originaria del Distrito Federal –hija de padre italiano y madre mexicana-, el apoyo y la confianza de sus padres fueron elementos indispensables para la realización de sus estudios profesionales, en una época donde las ingenierías eran asunto masculino.

 

Narra que “picó piedra” por ser mujer. Algunos trabajos le fueron negados por razón de “faldas”, pero con ello  sólo consiguieron que se obstinara aún más. 

 

Su vida universitaria tampoco fue fácil. Acostumbró a sus compañeros al trato personal igualitario. Logró la amistad de muchos de ellos, que conserva hasta hoy. Leda incluso, no permitía su ayuda cuando debía recoger un lápiz del suelo; por instinto, ella misma lo hacía. En las prácticas profesionales de campo “me formaba, al igual que los demás, para entrar al único baño”, relata.

 

De junio de 1951 a noviembre de 1954 trabajó en la Dirección de Obras de Ciudad Universitaria, en el Departamento de Cálculo. “Hice trabajo de gabinete para la construcción de C. U.”, dice orgullosa.

 

La actividad docente de Speziale se inició a la edad de 18 años, cuando impartió clases de matemáticas en el Colegio Oxford de la Ciudad de México. Desde entonces descubrió su inclinación por la enseñanza.

 

En la FI fue la primera mujer en ocupar múltiples cargos: Consejera Técnica; coordinadora de materia; jefa del Departamento de Matemáticas Aplicadas y de la División de Ciencias Básicas.

 

En esa institución ha impartido clases de Geometría descriptiva, Álgebra y Geometría analítica, Álgebra lineal, Probabilidad y estadística, Métodos numéricos, Ecuaciones diferenciales, Diferencias, estática, cinemática y dinámica, y Cálculo I.

 

Por su parte, Ana Hoffman pertenece a la primera generación de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, fundada en 1939. Es hija del biólogo alemán Carlos C. Hoffman, quien fomentó en ella el estudio científico de la naturaleza, pero bajo criterios liberales, tan distintos a los de aquella época.

 

“Tenía mucha libertad y por eso me consideraban distinta; fuera de lo común”, recuerda la profesora. Inmediatamente hila una anécdota ocurrida en Campeche, cuando un grupo de mujeres le preguntó si trabajaba porque su marido no ganaba lo suficiente. Se ríe.

 

Hoffman tuvo dificultades para ascender de puesto por el simple hecho de su género, pero defendió el lugar que merecía y subió a pulso. Como muchas, también sufrió la “corte” de los caballeros, pero su educación le permitió sortear esas situaciones.

 

Se especializó en acarología, entonces una ciencia inexistente en México. Fundó dos laboratorios en la materia, uno en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional –el primero en América Latina- y otro en la FC de su Alma Mater.

 

Hoy es  emérita del Sistema Nacional de Investigadores y de la Universidad Nacional. Ha descrito géneros y especies nuevas para la ciencia. Impartió clases durante 60 años. Hoy, a sus 84 años de edad, dirige tesis, ofrece conferencias y está próxima a publicar un libro.

 

Científica y madre de dos hijos, Hoffman conoció toda la república mexicana y viajó por todo el mundo, impartiendo cursos y conferencias.

 

 

LAS MUJERES Y LA MECATRÓNICA

 

Estephanie Acevedo Cantú Escobar, de 19 años, y Belén Viniegra Pérez, de 20, son las únicas mujeres que integran la primera generación de la carrera de Ingeniería Mecatrónica, creada en marzo pasado por la UNAM.

 

A su vez, Patricia Ríos Murillo –del noveno semestre de Ingeniería  mecánica, Módulo de Mecatrónica, y con 24 años de edad– realiza una tesis basada en el diseño y fabricación de un prototipo de prótesis de antebrazo mecatrónico, que podrá accionarse por medio de la voz o de algunos movimientos.

 

Ninguna de las tres estudiantes se detiene a pensar si procrearán hijos, lo que ven como una posibilidad “sólo si hay tiempo”. Se pronuncian en tanto, porque las mujeres nunca se limiten: deben fijarse un objetivo y luchar por él, recomiendan.

 

Reconocen que viven en una sociedad machista y que han sido objeto de burlas por acceder a carreras seleccionadas mayoritariamente por hombres.

 

Convivir con los compañeros no es fácil, dice Patricia Ríos, “pero te forma carácter y aprendes a manejarlo”. Hija de un ingeniero civil, tiene predilección por la física y las matemáticas aplicadas, determinantes en la elección de su carrera.

 

Con un alto promedio de aprovechamiento, la estudiante hidrocálida vive sola en el Distrito Federal y recibe de forma periódica, el apoyo económico de sus padres, residentes en Aguascalientes.

 

A su vez, Estephanie Acevedo y Belén Viniegra cursaban la carrera de Ingeniería en computación, pero al crearse Mecatrónica decidieron hacer el cambio, concientes de que conjuntarían las ingenierías mecánica de precisión y electrónica de control, además de los sistemas computacionales.

 

-o0o-

 

 

 

 

FOTO 01

 

La emérita Ana Hoffman, pionera en el estudio de la acarología en México, representa el avance de las mujeres en la UNAM. Este género rompió las reglas sociales, las barreras machista e incursionó en carreras antes ocupadas por los varones.

 

 

FOTO 02

 

Leda Speziale San Vicente, ingeniera civil que participó en la construcción de Ciudad Universitaria, es una de las mujeres vanguardistas de los años cuarenta. Hasta hoy cree firmemente en la igualdad entre los sexos.