Boletín UNAM-DGCS-736
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
CINCO TESTIMONIOS
DE MUJERES VANGUARDISTAS DE LA UNAM
Universitarias como Ana Hoffman, Leda Speziale,
Estephanie Acevedo, Belén Viniegra y Patricia Ríos representan el avance de la
mujer en la UNAM. Rompieron tabúes, reglas sociales, barreras machistas e
incursionaron en carreras antes ocupadas por los hombres.
La emérita Ana Hoffman, pionera en el estudio
de la acarología en México, y la profesora de carrera Leda Speziale San
Vicente, ingeniera civil que participó en la construcción de Ciudad
Universitaria, representan a las mujeres vanguardistas de los años cuarenta.
Cada una se autodefine con esta frase espontánea: “Era un bicho raro”.
Speziale San Vicente todavía se siente hoy
distinta al resto de la gente. “Nunca pegué un grito a la hora de mis partos”,
recuerda la catedrática de la Facultad de Ingeniería (FI) desde 1954, quien
también cree firmemente en la igualdad entre sexos; por ello rechaza los clubes
o asociaciones exclusivos para damas, porque con ellos se inicia la
discriminación por género.
“Estoy enormemente orgullosa de ser mujer.
Luché porque tuviéramos un lugar, pero nunca he tratado de hacer menos a los
hombres”, dice a sus 85 años de edad.
Fue la única de su género en el área
Físico-Matemática de la Escuela Nacional Preparatoria, a donde ingresó en 1943,
y en la generación 1945-1949 en la carrera de Ingeniería civil, impartida en la
entonces Escuela Nacional de Ingeniería de la Universidad Nacional, hoy FI.
Para Speziale, originaria del Distrito Federal
–hija de padre italiano y madre mexicana-, el apoyo y la confianza de sus
padres fueron elementos indispensables para la realización de sus estudios
profesionales, en una época donde las ingenierías eran asunto masculino.
Narra que “picó piedra” por ser mujer. Algunos
trabajos le fueron negados por razón de “faldas”, pero con ello sólo consiguieron que se obstinara aún
más.
Su vida universitaria tampoco fue fácil.
Acostumbró a sus compañeros al trato personal igualitario. Logró la amistad de
muchos de ellos, que conserva hasta hoy. Leda incluso, no permitía su ayuda
cuando debía recoger un lápiz del suelo; por instinto, ella misma lo hacía. En
las prácticas profesionales de campo “me formaba, al igual que los demás, para
entrar al único baño”, relata.
De junio de 1951 a noviembre de 1954 trabajó en
la Dirección de Obras de Ciudad Universitaria, en el Departamento de Cálculo.
“Hice trabajo de gabinete para la construcción de C. U.”, dice orgullosa.
La actividad docente de Speziale se inició a la
edad de 18 años, cuando impartió clases de matemáticas en el Colegio Oxford de
la Ciudad de México. Desde entonces descubrió su inclinación por la enseñanza.
En la FI fue la primera mujer en ocupar
múltiples cargos: Consejera Técnica; coordinadora de materia; jefa del
Departamento de Matemáticas Aplicadas y de la División de Ciencias Básicas.
En esa institución ha impartido clases de
Geometría descriptiva, Álgebra y Geometría analítica, Álgebra lineal,
Probabilidad y estadística, Métodos numéricos, Ecuaciones diferenciales,
Diferencias, estática, cinemática y dinámica, y Cálculo I.
Por su parte, Ana Hoffman pertenece a la
primera generación de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, fundada en 1939.
Es hija del biólogo alemán Carlos C. Hoffman, quien fomentó en ella el estudio
científico de la naturaleza, pero bajo criterios liberales, tan distintos a los
de aquella época.
“Tenía mucha libertad y por eso me consideraban
distinta; fuera de lo común”, recuerda la profesora. Inmediatamente hila una
anécdota ocurrida en Campeche, cuando un grupo de mujeres le preguntó si
trabajaba porque su marido no ganaba lo suficiente. Se ríe.
Hoffman tuvo dificultades para ascender de
puesto por el simple hecho de su género, pero defendió el lugar que merecía y
subió a pulso. Como muchas, también sufrió la “corte” de los caballeros, pero
su educación le permitió sortear esas situaciones.
Se especializó en acarología, entonces una
ciencia inexistente en México. Fundó dos laboratorios en la materia, uno en la
Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional –el
primero en América Latina- y otro en la FC de su Alma Mater.
Hoy es emérita del Sistema Nacional de Investigadores y de la
Universidad Nacional. Ha descrito géneros y especies nuevas para la ciencia.
Impartió clases durante 60 años. Hoy, a sus 84 años de edad, dirige tesis,
ofrece conferencias y está próxima a publicar un libro.
Científica y madre de dos hijos, Hoffman conoció
toda la república mexicana y viajó por todo el mundo, impartiendo cursos y
conferencias.
Estephanie Acevedo Cantú Escobar, de 19 años, y
Belén Viniegra Pérez, de 20, son las únicas mujeres que integran la primera generación
de la carrera de Ingeniería Mecatrónica, creada en marzo pasado por la UNAM.
A su vez, Patricia Ríos Murillo –del noveno
semestre de Ingeniería mecánica, Módulo
de Mecatrónica, y con 24 años de edad– realiza una tesis basada en el diseño y
fabricación de un prototipo de prótesis de antebrazo mecatrónico, que podrá
accionarse por medio de la voz o de algunos movimientos.
Ninguna de las tres estudiantes se detiene a
pensar si procrearán hijos, lo que ven como una posibilidad “sólo si hay
tiempo”. Se pronuncian en tanto, porque las mujeres nunca se limiten: deben
fijarse un objetivo y luchar por él, recomiendan.
Reconocen que viven en una sociedad machista y
que han sido objeto de burlas por acceder a carreras seleccionadas
mayoritariamente por hombres.
Convivir con los compañeros no es fácil, dice
Patricia Ríos, “pero te forma carácter y aprendes a manejarlo”. Hija de un
ingeniero civil, tiene predilección por la física y las matemáticas aplicadas,
determinantes en la elección de su carrera.
Con un alto promedio de aprovechamiento, la
estudiante hidrocálida vive sola en el Distrito Federal y recibe de forma
periódica, el apoyo económico de sus padres, residentes en Aguascalientes.
A su vez, Estephanie Acevedo y Belén Viniegra
cursaban la carrera de Ingeniería en computación, pero al crearse Mecatrónica
decidieron hacer el cambio, concientes de que conjuntarían las ingenierías
mecánica de precisión y electrónica de control, además de los sistemas
computacionales.
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FOTO 01
La emérita Ana Hoffman, pionera en
el estudio de la acarología en México, representa el avance de las mujeres en
la UNAM. Este género rompió las reglas sociales, las barreras machista e
incursionó en carreras antes ocupadas por los varones.
FOTO 02
Leda Speziale San Vicente, ingeniera civil que participó en la construcción de Ciudad Universitaria, es una de las mujeres vanguardistas de los años cuarenta. Hasta hoy cree firmemente en la igualdad entre los sexos.