Boletín UNAM-DGCS-731
Ciudad Universitaria
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SE GLOBALIZAN LOS BIENES
COMUNES: ADOLFO GILLY
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No únicamente el comercio, los flujos de
capital, las tecnologías o la información
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Hambre, destrucciones de pueblos y culturas,
migraciones, desempleo, trabajo barato, violencia y guerra también están
inmersas, sostuvo el académico de la FCPyS
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El proceso globalizador exige reunir vidas
humanas y naturaleza en un único mundo común, destacó
La
crisis del liberalismo y de sus fundamentos teóricos y prácticos han abierto un
espacio que para el pensamiento político dominante, resulta difícil llenar y
hasta considerar, afirmó Adolfo Gilly, académico de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, quien aseguró que ese pensamiento no
hace más que repetir términos que hoy carecen de sustento real, como
transiciones, democracia, legalidad y otros similares, sostuvo.
Al
dictar la ponencia La gran transformación inconclusa, efectuada en la Sala Isabel
y Ricardo Pozas de la FCPyS, Gilly destacó que la globalización, por el
contrario, tiene un exceso de realidad. “De cualquier modo que la definamos, es
el estado actual de los asuntos humanos”, precisó.
No
obstante, dijo, no sólo se está globalizando ante nosotros el comercio, los
flujos de capital, las tecnologías o la información, sino el hambre, las
destrucciones de pueblos y culturas, el SIDA, las migraciones, el desempleo, el
trabajo barato, las inhumanas fábricas sin ley, las simbióticas redes
financieras y criminales, así como la violencia y guerra entran también a este
proceso.
Siguen
con el mismo esquema de los tiempos coloniales, pero bajo rasgos políticos
diferentes, de destrucción de culturas, pueblos, bienes y herencias comunes;
sigue avanzando a toda fuerza, sostuvo. Hoy vemos los sufrimientos de un nuevo
proceso mundial de privatización creciente y de despojo, de una nueva
revolución industrial global, con todas sus violencias y penas impuestas a
miles de millones de seres humanos.
A este respecto, destacó que la globalización
requiere nuevos bienes comunes, no nuevas guerras. Este fenómeno exige reunir
vidas humanas y naturaleza en un único mundo común. No es un sueño, es una
necesidad.
Estos,
dijo, son los nuevos terrenos de enfrentamiento en una sociedad global, donde
cada necesidad humana debe ser un derecho y como tal debe ser tratada. Si la
globalización ha de ser una fase nueva de la civilización y de la vida humana,
requiere bienes comunes globales en sus cimientos y mercados normales en sus
superficies, aseveró.
Los
derechos no pueden estar en venta, ni tampoco los bienes comunes globales;
éstos deben ser base firme de los intercambios, los avances y las invenciones
individuales, puntualizó el académico universitario.
La
privatización creciente del patrimonio común y los mercados autorregulados,
separan a los hombres de la naturaleza, y a sus necesidades de los derechos
humanos, mencionó. Por ello, indicó, necesitamos el conocimiento y la razón
para enfrentar y hacer retroceder a las fuerzas ciegas del mercado. “En un mundo
global, un conjunto de bienes comunes y de derechos globales tiene que ser
parte de su esencia”, explicó.
La
gran transformación está todavía inconclusa. Debemos ser los humanos y no las
fuerzas irracionales del mercado quienes decidamos cuál será la salida. Se
trata, explicó, del cambio del antiguo mundo de las solidaridades tradicionales
de raíz agraria entre los seres humanos, que ha atravesado a todas las
civilizaciones, hasta el mundo del puro intercambio de mercancías a través del
dinero.
Dicha
transformación inició con la Revolución Industrial y se prolonga todavía hasta
nuestros días. “Parece que el 60 por ciento de la población mundial son
campesinos y una buena parte de los que viven en la ciudad mantienen las viejas
reglas de solidaridad, de intercambio y de creencias, pero la conversión de
todo en mercancía –seres humanos y relaciones–, está destruyendo el mundo”,
finalizó.
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PIE DE FOTOS
Foto 1
La crisis del liberalismo y de sus fundamentos
teóricos y prácticos han abierto un espacio que para el pensamiento político
dominante resulta difícil de llenar y hasta considerar, afirmó el académico
Adolfo Gilly.
Foto 2
El profesor Adolfo Gilly dictó la ponencia “La gran transformación inconclusa”, en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM.