Boletín UNAM-DGCS-728
Ciudad
Universitaria
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Las bacterias, hongos y virus son capaces de
producir medicamentos, sin embargo existen requerimientos técnicos para
administrarlos
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Los microorganismos deben estimular
quimiorreceptores en las células para generar antibióticos y luego deben ser
eliminados
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No bastaría disponer del microorganismo que
produjera el antibiótico; se tendría que valorar la concentración que éste
último deberá alcanzar en el sitio de la lesión, para que resulte efectivo
Los avances en biología molecular e ingeniería genética
permiten a los microorganismos convertirse en fábricas productoras de
medicamentos; sin embargo, los investigadores aún estudian la posibilidad de
que desarrollen esa función in vivo y dentro del cuerpo humano; analizando los
riesgos que implican para el paciente, afirmó Rafael García González, profesor
de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Durante la charla “Bacterias genéricas intercambiables”,
organizada por la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC) y la Casa
de Francia, el maestro en ciencias biológicas enfatizó que si bien es innegable
que se puede modificar una bacteria y enriquecerla con información adicional
para que produzca múltiples sustancias, aún no se conoce ninguna persona
tratada con un microorganismo que haya generado un antibiótico in vivo.
Tras aclarar que las bacterias, los hongos y los virus
son verdaderos reactores biotecnológicos, capaces de producir medicamentos como
los producidos por fermentación -cuyo productos se administran en cápsulas o
pastillas-, reparó en las dificultades y requerimientos técnicos que se
necesitarían para, por ejemplo, administrar una bacteria.
“No bastaría disponer del microorganismo que produjera el
antibiótico; se tendría que valorar la concentración que éste último deberá
alcanzar en el sitio de la lesión, de manera que resulte efectivo”, aseguró.
Sin embargo, el científico añadió que se buscan
quimiorreceptores que sean sensibles a los estímulos de los microorganismos,
“para que induzcan a la célula para producir el antibiótico en el momento que
se requiera y detenerla cuando sea conveniente”, explicó; además, ello implica
que con la curación del paciente, “se debe eliminar ese microorganismo o
agente” por los riesgos que implicaría”, añadió.
Los peligros aludidos durante la administración de este
tipo de fármacos, afirmó, “tiene relación con microorganismos patógenos y
agentes oportunistas que abaten los mecanismos de defensa inmunológica de los
enfermos”.
Estos patógenos están programados para dañar al
organismo, y aún cuando se les programe para beneficio humano, poseen
mecanismos perjudiciales. El científico ejemplificó que algunos componentes de
los microorganismos, al ser introducidos en el aparato digestivo o circulatorio
pueden generar problemas al paciente, aun cuando fueran inocuos al manejarlos
en laboratorio.
Durante su intervención en la misma charla, Sergio
Sánchez Esquivel, investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets, en
Estados Unidos, destacó que la principal ventaja que ofrecen estos organismos
biológicos es que demandan mínimas condiciones para reproducirse. Sin embargo,
se requiere especificar su utilización, dado que pese a los posibles riesgos
que presenten en la elaboración de medicamentos, es factible que su estudio
contribuya a descifrar la secuenciación del genoma humano.
Para el actual jefe de Departamento de Biología Molecular
y Biotecnología del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, la idea
de encontrar nuevas fórmulas y vías médicas diferentes a las que hoy se conocen
conlleva nuevos efectos y consecuencias, considerando que aún no se generan
soluciones a los problemas que ya se tienen con los fármacos convencionales.
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