Boletín UNAM-DGCS-718
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
POSIBLE, OTRO
MUNDO PARA LA HUMANIDAD: ESPECIALISTAS
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El
Estado-nación no desaparecerá en el corto o mediano plazo; será absorbido por
una estructura política emergente más amplia: Víctor Batta
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El mañana no
será un mero producto de la paz, sino consecuencia necesaria del devenir social
de la humanidad entera: Graciela Arroyo
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Para Georgina
Sánchez, directora de Asesores Internacionales en Prospectiva, el futuro estará
definido por la capacidad de los líderes para acercarse a sus representados
políticos y sociales
Es necesario abogar
por la democratización en la toma de decisiones internacionales, a partir de la
influencia que la sociedad civil puede ejercer sobre el Estado y los organismos
internacionales, propuso Víctor Batta, profesor de Teoría de las relaciones
internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la
UNAM.
El académico dijo
que hoy en día es posible identificar los grandes procesos mundiales, en
apariencia contradictorios y separados, que se corresponden con igual número de
visiones sobre el futuro del Estado y del sistema internacional.
Dijo que
actualmente se vive una transnacionalización económica impulsada por el
neoliberalismo y conocida como globalización; por otro, se observa que el
capitalismo se ha desplegado por medio de los estados nacionales, y fincado en
la soberanía de cada uno de ellos.
Otro proceso, complementario a los
enfoques anteriores, parte de una crítica a los efectos nocivos producidos por
la globalización. Sostiene que el Estado ha sido incapaz de resolver los
principales problemas de la humanidad, como el hambre, la desigualdad, la
pobreza y el deterioro ecológico y, por tanto, aboga por la democratización en
la toma de decisiones internacionales, a partir de la influencia que la
sociedad civil puede ejercer sobre el Estado y los organismos internacionales.
Desde una visión
prospectiva, afirmó el experto, puede adelantarse que los estados nacionales y
las relaciones inter estatales son una forma política específica de
organización social mundial, que está en proceso de ser rebasada por una nueva
forma transnacional de Estado.
Si bien el
Estado-nación no desaparecerá en el corto ni mediano plazo, sí vive un proceso
de transformación que lo llevará en el futuro, a ser absorbido por una
estructura política emergente más amplia, aclaró Víctor Batta.
Se prevén, cuando
menos, tres escenarios futuros sobre el sistema internacional y el papel del
Estado. El primero, de anarquía imperial, donde la guerra contra el terrorismo
no puede tener fin mientras haya países, estados, gobiernos, religiones,
organizaciones políticas o individuos susceptibles de ser sospechosos de
amenazar la seguridad de Estados Unidos.
El segundo, de
regreso al consenso, podría presentarse en la medida en que haya una
reconciliación trasatlántica entre Estados Unidos y Europa, donde se retomarían
las negociaciones multilaterales, el respeto al derecho internacional y la
solución pacífica de los conflictos.
Un tercero sería de
gobernabilidad democrática, cercano a los anhelos de paz, justicia, equidad y
libertad de la humanidad, donde se trataría de rechazar al neoliberalismo, la
violencia y las guerras y, por el contrario, proponer alternativas de solución
a los problemas que apremian a los seres humanos.
Dado también que el Estado-nación
continúa siendo el marco privilegiado del ejercicio democrático, otra tarea
fundamental será obstruir la llegada al poder de los sectores de derecha más
conservadores del espectro político de cada nación, así como impulsar una
reforma democrática en el seno de la ONU, incluyendo la reorganización del
Consejo de Seguridad, concluyó Batta.
Por su parte, Graciela Arroyo, profesora
del Centro de Relaciones Internacionales de la misma FCPyS, señaló que para la
humanidad, el gran desafío es conciliar nuevas formas de poder, acordes con los
objetivos humanitarios. El futuro llegará y ahora toca construirlo, manteniendo
la esperanza y la convicción de que otro mundo es posible.
Señaló que el mañana
no será un mero producto de la paz, sino consecuencia necesaria del devenir
social de la humanidad entera. Hoy, dijo, “estaríamos en el caso de plantearnos
la necesidad de rehacer el mundo, transformarlo para construir un futuro mejor,
porque éste último no existe per se, lo hacemos para nosotros y como herencia
para los que nos siguen. Eso significa, además, que en la realidad que vivimos,
en esta nueva etapa civilizatoria, el porvenir ya comenzó”.
El mañana seguirá siendo el de la
diversidad humana, multiétnico y multicultural. La existencia de diferentes
grupos permite y propicia la interculturalidad, o sea, la presencia de culturas
autónomas, autóctonas, pero que buscan relacionarse entre sí, romper las
barreras necesarias para percatarse de qué valores necesitan para su
desarrollo, cuál es el origen de sus valores, cuáles son susceptibles de
generalización y cuáles son universales.
Por ello resulta
tan necesario estar conscientes de la cultura propia para apreciar y respetar a
las otras. Esta doble actitud positiva, opinó Graciela Arroyo, facilitará la
realización de muchos proyectos y, al mismo tiempo, será la clave para una
convivencia mundial más armónica y respetuosa.
Mediante una
cultura de paz no sólo se renuncia a la guerra, sino a la fabricación y venta
de armamento. Se aprende a respetar la naturaleza y a utilizar sus recursos de
manera adecuada; se reconoce que todos los seres somos iguales, respetamos la
diversidad humana y luchamos contra el racismo, la exclusión y la intolerancia.
Asimismo, usamos la ciencia, la tecnología y el conocimiento con fines sociales
y humanistas.
“Es necesario convertir estos valores en
principios políticos y llevarlos a la práctica; ese es el gran reto para las
relaciones internacionales”. Un día, la paz será resultado de los vínculos
interculturales basados en el reconocimiento, la concordia y la cooperación
entre los pueblos. Eso, finalizó, depende de todos.
Durante
su intervención, Georgina Sánchez, directora de Asesores Internacionales en
Prospectiva, explicó que debido a la imposibilidad de pensar en un mundo donde
no exista el poder se debe reflexionar acerca del tipo de dominio que debe
existir.
El futuro de la
humanidad, abundó, estará definido por la capacidad de los líderes para
acercarse a sus representados, no sólo políticos, sino empresariales y
sociales. Además de ello, seguirán emergiendo con fuerza las nuevas
generaciones de líderes comprometidos no sólo con la sociedad, sino con toda la
humanidad.
Según Georgina
Sánchez, veremos sociedades “horizontales”, es decir, la “dinamización” de
redes de la sociedad civil organizada, incluso de manera internacional, que
actuarán de manera eficaz, “porque lo que cuenta no es la existencia de la
sociedad, sino su capacidad para relacionarse con ella misma”.
En particular,
dentro de la sociedad del conocimiento –cuyas primeras etapas ya vivimos–, las
habilidades más importantes serán las del pensamiento matemático y lógico, la
multi y transdisciplina, el multiculturalismo, la ética aplicada a valores civilizatorios,
la lógica científica, la convivencia plural y la resolución pacífica de
conflictos.
La humanidad,
aseveró la analista política, estará caracterizada siempre por valores
universales: dignidad, libertad, equidad y justicia.
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FOTO 1
Víctor
Batta, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM,
participó en la mesa de clausura del XXVIII Coloquio Internacional “Escenarios
para la Humanidad”.
FOTO 2
El
mañana no será un mero producto de la paz, sino consecuencia necesaria del
devenir social de la humanidad, aseveró Graciela Arroyo, profesora de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en la clausura del XXVIII
Coloquio Internacional “Escenarios para la Humanidad”.
FOTO 3
El
futuro estará definido por la capacidad de los líderes para acercarse a sus
representados políticos y sociales, sostuvo Georgina Sánchez, directora de
Asesores Internacionales en Prospectiva, en la clausura del XXVIII Coloquio
Internacional “Escenarios para la Humanidad”, organizado por la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM