06:00 hrs. Septiembre 23 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-712

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

LA PUBLICIDAD CONSTRUYE ARQUETIPOS HUMANOS Y SEXUALES

 

 

La publicidad no sólo invita al consumo, sino a mirar el mundo de una determinada manera, de comprender la vida y de entender la existencia de hombres y mujeres. Es decir, construye arquetipos humanos y sexuales porque difunde maneras de entender la masculinidad y la feminidad.

 

Así lo señaló Carlos Lomas, de la Universidad de Oviedo, España, al explicar algunos de los usos y abusos de esta herramienta en el contexto de las estrategias de construcción sociocultural de género.

 

Los anuncios no sólo hablan de los objetos; son una invitación para observar el mundo desde un ángulo singular. De acuerdo con los publicistas, ser mujer no sólo significa ser diferente a los hombres, sino ser menos que ellos y no tener posibilidades de desarrollo personal.

 

Al dictar el curso Publicidad y estereotipos sexuales, organizado por el Programa Universitario de Estudios de Género, Carlos Lomas  afirmó que esta disciplina actúa en el seno de nuestras sociedades, como una herramienta de control social, de alienación ideológica y de manipulación cultural.

 

El también asesor de Formación del Centro de Profesorado y de Recursos Gijón, explicó algunos de los diferentes estereotipos sobre las mujeres, exhibidos habitualmente en los anuncios, y la labor de las técnicas publicitarias en la construcción social de los arquetipos sexuales.

 

La publicidad asocia, de forma generalizada, la esencia femenina con la maternidad, las tareas domésticas, la dependencia al varón, la compra caprichosa y la obsesión por la belleza.

 

El contenido de estos mensajes alaba determinados estilos de vida, se elogian o condenan maneras de entender el mundo, se fomentan o silencian ideologías y se exhiben estereotipos sociales y sexuales.

 

Además, se persuade a las personas sobre la utilidad y bondad de ciertos hábitos y conductas; se vende un oasis de ensueño y perfección absoluta, en donde se proclama a diestra y siniestra el intenso placer de los objetos y de las masas, señaló el doctor en Filología Hispánica.

 

En el Auditorio Mario de la Cueva de la Torre II de Humanidades, definió que hombres y mujeres somos diferentes no sólo por el sexo inicial distinto, sino por los modos culturales que en cada época y lugar definen a cada género.

 

En este sentido, esas construcciones sociales sobre el significado sexual de ser persona en nuestras sociedades, tienen su origen en las propias diferencias biológicas y en factores culturales, como la pertenencia a una u otra clase social, a una u otra etnia o raza, el status socioeconómico, el ámbito familiar, el nivel de instrucción cultural, las diferentes ideologías y querencias.

 

El catedrático de la Universidad española de Oviedo señaló que estos elementos socioculturales condicionan, en igual medida que los físicos, las diversas maneras de ser hombre y ser mujeres en nuestras sociedades.

 

Dichas identidades están social e históricamente construidas, aseveró; son fruto del devenir histórico y, en ese contexto, están sujetas a las miserias y a los vasallajes de la cultura patriarcal, pero también están abiertas a la utopía y el cambio de la igualdad.

 

No existe una esencia arquetípica entre ambas, ni un modo único para serlo en nuestras sociedades, sino formas múltiples y heterogéneas, en función de estas variables de tipo sociocultural, añadió el también director de la revista Signo.

 

Explicó cómo la publicidad contribuye a la justificación de determinados arquetipos de lo masculino y de lo femenino y por tanto, a la difusión a gran escala e indiscriminada de estereotipos sexuales con relación a ambos sexos.

 

“En nuestras sociedades se aprende a ser hombre o mujer no sólo porque tenemos uno u otro sexo, sino porque se enseña a serlo en el contexto familiar, escolar y en el uso del lenguaje”, indicó el autor del libro Teoría y prácticas de la educación lingüística.

 

Lo que se entiende por masculinidad hegemónica no es sino una ideología del poder y una opresión contra las mujeres. Si entendemos esa versión dominante podrá empezar a plantearse la convivencia y el nuevo aprendizaje para cambiar y transformar esa relación deformada, concluyó.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

La publicidad no sólo invita al consumo, sino a entender la existencia de hombres y mujeres, afirmó Carlos Lomas, de la Universidad de Oviedo, España, quien dictó el curso Publicidad y estereotipos sexuales, organizado por el Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM.

 

FOTO 2

 

Los publicistas menosprecian el desarrollo de la mujer, sostuvo Carlos Lomas, de la Universidad de Oviedo, España, en el curso Publicidad y estereotipos sexuales, que organizó el Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM.