16:00 hrs. Septiembre 19 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-704

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

DEBEN DESTINARSE MAYORES RECURSOS PARA PREVENIR LOS EFECTOS DE LOS SISMOS

 

·        Señaló Raúl Valenzuela Wong, del Instituto de Geofísica de la UNAM

·        El Servicio Sismológico Nacional, a cargo de la UNAM, determina la intensidad y el epicentro de los movimientos

 

Deben destinarse más recursos para que la población sepa qué hacer antes, durante y después de un sismo, señaló Raúl Valenzuela Wong, del Instituto de Geofísica de la UNAM, a 18 años de los sismos del 19 y 20 de septiembre de 1985, que según cifras oficiales, provocaron 10 mil muertos.

 

La urgencia por implementar políticas de prevención reside en que según los registros históricos, en el territorio mexicano han ocurrido sismos importantes. Empero, con el conocimiento actual de la ciencia es imposible conocer fecha y hora en que estos se producen, afirmó

 

Al dictar la conferencia Los sismos en México y el mundo, dijo que el ciclo sísmico señala que cuando se produce un movimiento telúrico se libera energía y se deforma el terreno; de inmediato, comienza a acumularse en un proceso lento. Es decir, en donde se ha registrado un temblor, pasará un determinado intervalo de tiempo y nuevamente se producirá otro de la misma magnitud o parecida.

 

En la Capilla del Museo de las Ciencias, Universum, el sismólogo comentó que “más que prepararnos para un sismo en particular, en una región específica y en una fecha determinada, debemos prevenir a largo plazo. Es decir, mejorar los códigos de construcción y, como ciudadanos, identificar dentro del hogar, la oficina o la escuela, los sitios de riesgo (por ejemplo, cerca de ventanas) y los de seguridad (como muros, marcos de puertas o columnas), así como establecer un lugar de reunión familiar.

 

Al hablar del proceso de generación de sismos, el especialista mencionó que los epicentros se concentran en regiones específicas del planeta, como el Cinturón de Fuego en el Pacífico donde, además, también hay actividad volcánica; otras son las situadas en medio de los océanos Atlántico e Índico (regiones conocidas como dorsales).

 

De esa forma, los países más afectados por este tipo de fenómenos naturales son los que tienen costas en el Pacífico, como Chile, Ecuador, Perú, Centroamérica, México, Estados Unidos, Rusia, Japón, Indonesia y Nueva Zelanda.

 

Entre los sismos importantes acaecidos en el mundo durante el siglo XX, destacan los de México (1985); Italia (1908), con más de 60 mil muertos; Japón (1923), con alrededor de 143 mil decesos; Perú (1970), con 66 mil, y China (1976), con 255 mil fallecidos.

 

Los temblores se relacionan con el proceso conocido como subducción. Al respecto, Valenzuela Wong explicó que la corteza terrestre está dividida en una serie de placas tectónicas (semejantes a piezas de un rompecabezas) que embonan entre sí. Son 12 principales, entre ellas las del Pacífico, América del Norte, Cocos, Rivera y del Caribe, sobre las cuales se encuentra nuestro territorio.

 

Dichas placas están en contacto unas con otras y tienen tres tipos de movimientos: se alejan, se juntan o chocan (causa principal de los sismos en México) o se desplazan una junto a la otra.

 

Así se han determinado regiones bien localizadas de generación de temblores. En nuestro país se encuentran en el Mar de Cortés, y en especial, en las costas del Pacífico, donde se registró el movimiento más fuerte del siglo XX, de magnitud 8.2 grados, en 1932, entre las placas de Rivera y de América del Norte.

 

Finalmente, Valenzuela Wong recordó que la UNAM está a cargo del Servicio Sismológico Nacional, el cual determina la magnitud y epicentro de los movimientos, y proporciona información a las autoridades para mejorar la capacidad de evaluar y prevenir riesgos sísmicos y volcánicos en el territorio.

 

El Servicio cuenta con una red convencional, formada por 15 estaciones ubicadas, principalmente, en el sur y centro del país, donde se producen los temblores más grandes; y una red de banda ancha, con 18 estaciones (en sitios como La Paz, Mazatlán, Zacatecas, Chamela, Colima, Acapulco, Zihuatanejo, Oaxaca, Huatulco, Morelia, Iguala, D. F., entre otros), equipadas con los instrumentos más modernos para la transmisión de datos vía satélite, Internet y radio.

 

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Más que prepararnos para un sismo en particular, en una región específica y en una fecha determinada, los ciudadanos deben saber qué hacer antes, durante y después de un fenómeno de esa naturaleza, dijo Raúl Valenzuela Wong, del Instituto de Geofísica de la UNAM

 

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Raúl Valenzuela Wong, del Instituto de Geofísica de la UNAM, señaló que la urgencia por implementar políticas de prevención obedece a referencias históricas que señalan que en México se han producido sismos importantes