Boletín UNAM-DGCS-702
Ciudad Universitaria
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El ambientalista de Estados Unidos, Owen
Lynch, dijo que los patrones económicos que provocan la marginación de los pueblos
son similares de un país a otro
México tiene mucho que
aprender, como todos los países, sobre la lucha que se libra por los derechos
de propiedad de la tierra en diversas regiones del planeta, aseguró Owen Lynch,
profesor del Centro de Estudios de Derecho Ambiental Internacional, con sede en
Washington, Estados Unidos.
El ambientalista
estadounidense consideró que los patrones económicos que provocan la
marginación de los pueblos, son similares de un país a otro, y por lo menos hay
15 naciones que están lidiando con este tipo de problemas.
Reconoció que muchas de las
estrategias que se instrumentan para cambiar esta situación, como promover la
justicia ambiental, unir los derechos humanos y las actividades de las personas
son de carácter genérico.
Owen Lynch dijo que en la
actualidad existen seis mil millones de personas en el mundo, de las cuales,
alrededor de la mitad vive en zonas rurales y, en su mayoría, depende
directamente de los recursos naturales, como sucede en América Latina.
Indonesia, por ejemplo, uno de los cinco países más
poblados del mundo, tiene 250 millones de personas. Se trata del mayor
archipiélago del mundo con más de 15 mil islas. No obstante, sólo seis mil de
ellas se encuentran habitadas, aunque sean minúsculas. De extremo a extremo del
país hay más de cinco mil kilómetros de distancia.
En cuanto a superficie,
una sola de las islas de esta nación, Kalimantan, tiene una superficie
equivalente al territorio de España; mientras que el islote de Java –donde se
concentra el 70 por ciento de la población del país– es más grande que Gran
Bretaña.
Lynch comentó que uno de los
principales mitos sobre los recursos naturales es que los granjeros son quienes
destruyen los bosques, y como odian los árboles, los cortan y los queman.
Hay lugares en donde se podan
árboles y se queman tierras debido a tradiciones culturales muy antiguas, pero
se lleva a cabo de manera sostenible. Sin embargo, es factible que existan
tierras destruidas que ya no podrán ser utilizadas. En 1988 el Banco de
Desarrollo Asiático calculó que la causa principal de la deforestación en Asia
era por el cambio o rotación de cultivos.
Para el reconocido
ambientalista, “nunca vamos a tener un desarrollo sostenible si no nos
escuchamos” unos a otros. No importa si unos son más ricos o más pobres que
otros, si son de México o Estados Unidos, si fueron a la universidad o no, si
unos interactúan con los recursos naturales y otros no.
Resaltó, por ejemplo, que hay
muchas razones por las cuales no se han ideado políticas y leyes para apoyar a
los habitantes de las montañas y proteger los ecosistemas en donde viven.
Un motivo importante es que
los pobladores de esos lugares carecen de influencia política; es decir, no
pertenecen al ámbito urbano, muchos son pobres y no son suficientemente
numerosos para formar una masa crítica y llamar la atención. Además, la
población a menudo se encuentra dispersa en zonas extensas e inaccesibles.
Los obstáculos materiales que
presenta el terreno montañoso no sólo aíslan a los pobladores de esas zonas
respecto a los de tierras bajas, sino también entre sí. A ello se añaden las
diferencias lingüísticas y la falta de servicios de transporte y de
comunicación, que a su vez hacen que la población de las montañas tenga
dificultad para organizar reuniones y coordinar acciones colectivas.
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o0o –
Foto 1
El catedrático
del Centro de Estudios de Derecho Ambiental Internacional, Owen Lynch,
recomendó mayor conocimiento en la lucha que se libra por los derechos de
propiedad de la tierra.
Foto 2
El ambientalista
de Estados Unidos Owen Lynch, ofreció la conferencia Los recursos naturales…¿de
quién y para el bienestar de quién?, en el Instituto de Investigaciones
Sociales de la UNAM.