06:00 hrs. Septiembre 17 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-696

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

“SOFT POWER”, ESTRATEGIA DE MÉXICO PARA PARTICIPAR EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL

 

·        El “poder suave o blando”, consistente en fortalecer la imagen de México en el exterior, no es nuevo: Roberto Peña Guerrero, de la FCPS

·        Mencionó que los Estados son actores centrales de las relaciones políticas internacionales, pero hoy comparten su acción con empresas transnacionales, organizaciones no gubernamentales y redes sociales

·        Por su parte, Rosamaría Villarelo manifestó que cada vez que se habla de la política exterior de México se le vincula con la agenda bilateral con Estados Unidos

 

En el cambio de las relaciones interestatales a las transnacionales, México utilizará el poder suave o blando (“soft power”), como estrategia para participar en el contexto internacional, afirmó Roberto Peña Guerrero, coordinador del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la UNAM.

                                        

El académico explicó que el gobierno requiere un “concepto” con impacto mundial para fortalecer la imagen de México en el exterior a través de ese “singular instrumento diplomático”, que consiste en la influencia que un país puede ejercer frente a otros gobiernos, instituciones y organizaciones, a partir de la percepción favorable que éstos tengan de su sociedad y cultura.

 

Esa fue la base de la postura mexicana frente al conflicto en Irak; sin embargo, quizá este discurso vaya quedando de lado ante las presiones de Estados Unidos hacia nuestro país, nación con la cual vivimos una “etapa de cicatriz, de un nuevo acercamiento”, afirmó.

 

No obstante, aclaró, en términos de efectividad diplomática, México siempre se ha manejado dentro del marco del poder suave, por lo que no es una estrategia nueva. “Siempre la ha usado y lo ha hecho bien”.

 

En la mesa “México ante el actual contexto del poder mundial”, dentro del XXVIII Coloquio Internacional de Primavera, organizado en la FCPS, abundó que el “soft power” es una forma indirecta de ejercer el poder, a diferencia del “poder duro”, que incluye acciones militares y económicas, que se emplea para obligar a terceros a cambiar su postura.

 

Un país puede obtener los resultados que desee en política internacional, cuando consiga que otras naciones quieran seguir su estela, admirando sus valores, emulando su ejemplo, aspirando a conseguir su nivel de prosperidad; en este sentido, resulta tan importante atraer a terceros con esta estrategia, como obligarlos a cambiar mediante amenazas o el uso de la fuerza militar o económica.

 

Para Estados Unidos este aspecto del poder representa conseguir que otros ambicionen los avances propios; más que coaccionar, absorbe a terceros, expuso el también profesor e investigador de la Facultad.

 

En nuestro país, desde la administración del presidente Miguel de la Madrid se forman cuadros que buscan reproducir el “american way of life” (modo de vida americano) y seguir los dictados del vecino país del norte; “de ahí que el alineamiento de nuestra política exterior esté en función de lo que determina el poder blando de EU”, reveló.

 

Recordó que estamos ante una nueva era de la humanidad, del conocimiento y la información, aún en estado germinal, impulsada por el desarrollo científico y tecnológico que sustenta los procesos de globalización, regionalización y localización.

 

 

La sociedad del conocimiento sustituye a la era de la modernidad, que abarcó desde finales del siglo XV y hasta el XX, tiempo en el que se articuló una estructura económica mundial de alcances globales, la “economía mundo” basada en un sistema de relaciones interestatales, conformado por unidades básicas –los “Estados nación”–, y de cuyas interacciones se proyectó la dimensión política de la sociedad internacional.

 

Sin embargo, el sistema interestatal está en vías de desaparecer, siendo la Organización de las Naciones Unidas su último reducto. Ese modelo, surgido luego de la “Guerra de los Treinta Años”, con la “Paz en Westfalia”, región de Alemania en 1648, basado en el principio de la soberanía plena y en la actuación exclusiva de los Estados en las relaciones internacionales, ha sufrido cambios sustantivos.

 

Si bien los Estados siguen siendo actores centrales de las relaciones políticas internacionales, hoy comparten su acción con empresas transnacionales, organizaciones intergubernamentales, no gubernamentales y redes sociales.

 

El Estado, como núcleo sustantivo de dicho sistema de relaciones interestatales, se encuentra en el marco de la era del conocimiento, sujeto a fuerzas “centrífugas”, generadas por la globalización y regionalización, y “centrípetas”, por la presencia emergente y activa de la sociedad civil, aseveró el especialista.

 

El cruce de ambas fuerzas trastoca las estructuras estatales tradicionales. Por ello, se afirma la existencia de una crisis de la política, la ética y el derecho internacionales, porque todo el basamento que les dio consistencia y estructura está siendo impugnado por el actual proceso de transformación de la humanidad.

 

Sin embargo, finalizó, esto conlleva contradicciones y resistencias, en tanto que la presencia de una potencia hegemónica, Estados Unidos, parece regresar el mundo a un modelo donde la primacía de un Estado-nación recrea el sistema de las relaciones interestatales.

 

Por su parte, Rosamaría Villarelo Reza, también académica de la FCPS, manifestó que cada vez que se trata la política exterior de México se le vincula con la agenda bilateral con Estados Unidos, y las relaciones con las demás naciones quedan desdibujadas.

 

Opinó que México –por su dependencia de la Casa Blanca, pero sobre todo ante la falta de una visión estadista del actual gobierno frente a los problemas mundiales– ha dado tumbos que han echado por tierra la política exterior de Estado.

 

Aseguró que uno de los principales problemas de la política exterior de México es su dependencia de amistades más que de relaciones de Estado. “Pero EU no tiene amigos, sino intereses. Por eso hubo un enfrentamiento con Washington con motivo del conflicto en Irak”, insistió.

 

La agenda internacional de México se ha reducido a la relación con el vecino del norte, y sus prioridades, como un acuerdo migratorio, se dejan de lado para atender las estadounidenses, como se muestra en la declaración del secretario mexicano de Relaciones Exteriores,  Luis Ernesto Derbez, quien afirmó que el interés de México es la lucha contra el terrorismo, concluyó.

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

Para participar en el contexto internacional, México utilizará como estrategia el poder suave o blando, “soft power”, aseveró Roberto Peña Guerrero, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en el XXVIII Coloquio Internacional de Primavera.

 

 

FOTO 2

 

Rosamaría Villarelo Reza, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, participó en el XXVIII Coloquio Internacional de Primavera, en donde afirmó que la agenda exterior de México se reduce a su relación con EEUU.