06:00 hrs. Septiembre 14 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-693

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

HOY MÁS QUE NUNCA, INDISPENSABLE LA PRESENCIA DEL ESTADO: KAPLAN

 

·        La globalización no es fatal ni irreversible, aseguró

·        La soberanía es compatible con la integración económica mundial

 

La figura del Estado no es la mejor expresión de un país, pero hoy más que nunca es indispensable su presencia, aseguró Marcos Kaplan, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.

 

Con frecuencia, dijo, se repite el argumento sobre la fatal extinción del Estado como consecuencia de la globalización; pero esta frase “es simplemente una justificación para encubrir la pérdida de voluntad en el ejercicio de la soberanía, dejando de lado los proyectos nacionales alternativos”.

 

 “Debe tenerse cuidado con la trampa que presenta como realidad aquello de lo que se abdicó; es decir, la facultad del Estado como representante verdadero de la sociedad y la soberanía nacional”, agregó.

 

En estricto sentido, dijo, la globalización significa una combinación permanente de inclusiones y exclusiones, de divergencias y conflictos, al constituir lo que algunos han llamado “una nueva geografía mundial del desarrollo y del subdesarrollo”.

 

Evidentemente, señaló, con el orden mundial y los Estados nacionales puede pasar cualquier cosa; pero ni el Estado nación ni la soberanía están condenados al debilitamiento o la extinción; no son monolíticos, homogéneos, recalcó Kaplan en la Sala Ricardo Torres Gaitán, de la Torre II de Humanidades de Ciudad Universitaria.

 

Por tanto, aseguró, puede cederse soberanía “sin destruir al Estado en su conjunto; ciertas parcelas a otros Estados u organismos internacionales, sin que esto signifique que se está entregando en su totalidad o que está condenado a someterse a las condiciones de la globalización”. El ejercicio soberano, afirmó, es compatible con una integración económica mundial de distinto tipo.

 

En última instancia, aseveró, debe tomarse en cuenta que no hay globalización sin Estado: este fenómeno multiplica los conflictos de tal manera que debe existir un ente regulador para manejarlos.

 

La globalización, aclaró, no es un fenómeno nuevo. La conquista de nuevos espacios forma parte de la naturaleza del ser humano. Incluso, destacó, ha habido momentos en la historia cuando se avanzó mucho más que en el presente. El ejemplo más claro es el periodo del último cuarto de siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial.

 

Tampoco es un fenómeno fatal ni irreversible por dos razones: una, cuanto más crece más destruye sus propias condiciones, pues se acompaña de una movilización de actores afectados por la globalización y, por tanto, involucrados en la resistencia; dos, no crea nuevas condiciones de mejora para la totalidad de los países.

 

Lo mejor, consideró entonces, es afirmar que aún no hay globalización, sino una acumulación creciente de viejas y nuevas tendencias de internacionalización. Inclusive, señaló, es más conveniente hablar de “globalizaciones” de diferente tipo, unas altamente destructivas y otras representando un paso adelante en la historia humana, como la universalidad de los derechos humanos.

 

Sin embargo, puede afirmarse que hay tres principales fuerzas, estructuras y procesos trabajando por la globalización. El primero es la fuerte concentración de poder mundial en una escala sin precedentes en la historia, con lo cual se pone en duda la existencia de la soberanía nacional. La segunda se refiere a la tercera revolución industrial, científica y tecnológica, que crea por primera vez la infraestructura para permitir el avance de los fenómenos globales. La última es la transnacionalización.

 

Al dictar la conferencia magistral Estado y globalización en América Latina, Kaplan sostuvo además, que se conforma un triángulo entre México, América Latina y países como el nuestro. En uno de sus lados se encuentran la crisis y la descomposición económica, el insuficiente crecimiento y, sobre todo, la primacía del modelo de capitalismo salvaje como factor fundamental del desarrollo de estos países.

 

El segundo lado abarca los procesos de disolución social, es decir,  todos aquellos que llevan al deterioro o la destrucción de clases y grupos, de actores económicos, sociales y políticos. Lo anterior, precisó, apunta a la aparición de una “subclase o no clase” de parias, expulsados del estrato a donde pertenecen, pero sin otro lugar a donde ir dentro de la sociedad. Las migraciones son parte de este proceso.

 

Por último, en el tercer lado se ubican “las tendencias de inestabilidad, conflictividad, ingobernabilidad y anarquización en el terreno político”, lo cual se manifiesta sobre todo, en la multiplicación de las formas de violencia y terrorismo.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

Hoy más que nunca, ante la globalización, es indispensable la presencia del Estado, aseguró Marcos Kaplan, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, al participar en el Tercer Seminario Institucional de Economía Financiera

 

Foto 2

 

Marcos Kaplan, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, aseguró que puede cederse soberanía para la integración económica, sin que ello derive en la extinción del Estado