Boletín UNAM-DGCS-686
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NEGOCIAN EN LA OMC ASUNTOS QUE AFECTAN A LAS ECONOMÍAS EN DESARROLLO
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Alejandro Álvarez Béjar, profesor de la
Facultad de Economía, dijo que entre ellos se encuentran los servicios
financieros y, dentro de éstos, la energía, el sector eléctrico, la educación y
la salud
· Las asimetrías con relación a los subsidios agrícolas son terribles; tan sólo EU gasta alrededor de 50 mil millones de dólares en apoyo directo al sector: Berenice Ramírez, del Instituto de Investigaciones Económicas
En la reunión de la Organización Mundial
de Comercio (OMC), inaugurada ayer en Cancún, Quintana Roo, se negocian asuntos
que, a pesar de no estar en el centro del debate, pueden perjudicar a las
economías en vías de desarrollo y, en particular, a América Latina.
Además, se prevé que no se lograrán
acuerdos concretos, sino que sólo será un encuentro de discusión de
procedimientos, señalaron especialistas universitarios.
En la conferencia La
OMC y la reunión de Cancún, organizada por la Facultad de Economía (FE) de la
UNAM, Alejandro Álvarez Béjar, profesor de esa dependencia, dijo que entre los
aspectos no difundidos se encuentra el asunto de la reforma a los servicios
financieros, y dentro de éstos los cambios en materia de energía, sector
eléctrico, educación y salud.
Aseguró que, en el
entorno general, prevalece la decisión de impulsar el desmantelamiento de los
sectores de servicios públicos para trasladarlos al sector privado, intenciones
“coronadas por las negociaciones de la OMC”, enfatizó.
En la Sala Octaviano
Campos Salas de la FE, Álvarez Béjar explicó que el Acuerdo General de Comercio
en Servicios es un punto nodal, porque
representa el grueso de las actividades productivas en todo el mundo.
“El gran problema
que enfrentan, opinó, es cómo avanzar en la desregulación del sector eléctrico
para privatizarlo, y cómo abrir a los privados nuevos espacios en la esfera de
la educación”.
Respecto a la parte
más espectacular de la “confrontación” en el encuentro, referente al problema
de la agricultura y sus subsidios,
mencionó que los dos principales grupos de exportadores agrícolas son la
Unión Europea (UE) y Estados Unidos, los cuales dañan este sector en naciones
rezagadas.
Las asimetrías son
significativas; por ejemplo, en los países en desarrollo el 70 por ciento de la
Población Económicamente Activa (PEA) se dedica a las actividades agrícolas,
donde esta actividad representa el 35 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB), mientras que para los desarrollados los porcentajes corresponden al 5
por ciento de la PEA y ni siquiera al 2 por ciento del PIB.
Las naciones pobres
han visto aumentar sus importaciones. México es un ejemplo claro. Los
campesinos están siendo desplazados a gran velocidad por la introducción de
productos provenientes, sobre todo, de EU.
Además de esta
disparidad, existen los subsidios. Aunque, opinó, no debe terminarse el
respaldo a la agricultura; en nuestro caso, por nuestras debilidades,
deberíamos impulsarla mucho más y, a la vez, exigir que se reduzcan los apoyos
de las economías poderosas a sus productores.
De otro modo,
indicó, tendremos en mayor medida, un factor de expulsión de mano de obra, o de
gente ocupada en actividades de baja productividad, como el sector informal
urbano que no representa nada para el país. Tampoco contaremos con
autosuficiencia alimentaria.
Las negociaciones
de la OMC, además, ocurren en momentos en que se vive una crisis del
multilateralismo. La guerra de Irak, expuso el académico, desbordó a la
Organización de las Naciones Unidas y demostró que ese organismo debe ser
replanteado y sus funciones discutidas.
La Organización
Mundial de Comercio también se ve afectada, porque la Unión Americana se sigue
dando el lujo de ejercer represalias unilaterales y de establecer sanciones o
impuestos compensatorios cuando se trata de sus intereses. Las reglas,
finalizó, no son globales, en realidad, “es una para mí, que soy fuerte, y otra
para el resto del mundo”.
A su vez, Berenice
Ramírez, del Instituto de Investigaciones Económicas, aseveró que los puntos
que más destacan en la negociación de la OMC son, en particular, cuatro:
subsidios a la agricultura; patentes y salud pública; acceso a mercados de
productos no agrícolas, como las manufacturas; y la construcción de
instrumentos para un comercio más justo.
Con relación a los
subsidios agrícolas refirió que, por ejemplo, el apoyo del Estado japonés para
los agricultores de arroz asciende a 700 por ciento de los costos de
producción; los subsidios presupuestarios directos que otorga la UE tienen un
costo anual de cien mil millones de dólares. En tanto, EU gasta alrededor de 50
mil millones de dólares de protección al sector. “Las asimetrías son
terribles”.
Por el contrario,
para la región de América Latina el panorama es otro; hay apertura comercial,
pero también caída de ingresos y aumento de la pobreza, sin creación de
empleos. Ello se debe, se dice, porque no se han hecho bien las reformas y
porque no se han abierto sectores como el energético. De ahí el riesgo para la
zona.
Finalmente, Pablo
Ruiz Nápoles, también académico de la FE, señaló que las dificultades del
comercio libre son, principalmente, dos. Una se relaciona con la resolución de
controversias en un ámbito multilateral donde se toman decisiones relativas a
problemas bilaterales. La otra es la forma de “castigar” a un país, el trato
injusto mediante las sanciones a su comercio.
En tal sentido,
hace falta resolver las polémicas de una manera más equitativa para los países
pobres y que realmente comprometa a los industrializados, que son los que
regulan el comercio. Por eso, este tipo de reuniones tiene pocas posibilidades
de éxito, finalizó.
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Foto 1
Las naciones
pobres han aumentado sus importaciones y México es un ejemplo claro de ello,
recalcó Alejandro Álvarez Béjar, de la Facultad de Economía de la UNAM.
Foto 2
Berenice Ramírez,
del Instituto de Investigaciones Económicas, aseveró que las negociaciones en
la OMC se refieren a subsidios a la agricultura, a patentes y salud pública, y
al acceso de productos no agrícolas al mercado.
Foto 3
El académico de la Facultad de Economía, Pablo Ruiz Nápoles, señaló que hace falta resolver las polémicas de una manera más equitativa para los países pobres y que realmente comprometa a los industrializados, que son los que regulan el comercio.